La iglesia de Candelaria de Tijarafe protagoniza un artículo en el ‘Anuario de la Facultad de Geografía e Historia’ de la ULPGC
La iglesia de Nuestra Señora de Candelaria protagoniza el artículo Evolución arquitectónica y enriquecimiento artístico de la parroquia de Tijarafe en los siglos XVI y XVII (La Palma, Islas Canarias), que Antonio Marrero Alberto, doctor en Historia del Arte y Máster en Restauración del Patrimonio Cultural, publica en la edición de febrero de Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), se indica en una nota de prensa del Consistorio tijarafero. En el citado artículo, Antonio Marrero “realiza un estudio de los cambios materiales producidos en el templo parroquial desde la perspectiva documental, durante los dos primeros siglos de existencia, desde que comenzó la ampliación de la primitiva ermita hasta que llegó a un estado casi similar al actual, señalando también la llegada de elementos muebles importantes como imágenes y retablos, y relatando las vicisitudes de su conservación”, se explica en la nota.
Apunta que “se trata de un artículo patrocinado por la Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Tijarafe en 2016, año en el que esta misma área invitó a dos reconocidos historiadores del arte para realizar sendos estudios sobre el patrimonio cultural contenido en la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria”. Señala que “a Antonio Marrero, en calidad de experto en cubiertas mudéjares, se le encomendó el análisis de las cubiertas del templo parroquial, encontrando en ese proceso información tan relevante como la existencia del que puede ser el único retablo conocido de Damián Pastor en Canarias. Por su parte, el musicólogo Lorenzo Chinea Cáceres se centró en las campanas de la espadaña”.
Por tanto, añade, “lo que se pretende desde el Ayuntamiento de Tijarafe es dar a conocer el municipio en el ámbito cultural más académico. Pudiendo llamar la atención de un público específicamente interesado en el patrimonio cultural tijarafero, no ya desde un punto de vista meramente recreativo, sino también científico. El conocimiento del patrimonio cultural es siempre el primer paso para su conservación, divulgación y puesta en valor. Tijarafe conserva un patrimonio artístico y arquitectónico de un valor incalculable, una parte del cual se encuentra concentrado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Candelaria, que alberga verdaderos tesoros de diversas corrientes artísticas y procedencias geográficas, como son piezas de arte flamenco y barroco o arquitectura mudéjar”.
En la nota se apunta que “fruto de la invitación que se realizó en el año 2016, Antonio Marrero publicó el pasado año en la Revista de Historia Canaria Retablos del siglo XX y sus trazas. El escultor Damián Pastor (1845-1904) y su obra en la iglesia de Tijarafe, donde comparte el descubrimiento casual de este retablo, que se supone que es el único de la autoría del imaginero valenciano, pasando este elemento de ser infravalorado dentro del catálogo patrimonial del templo, a adquirir una importancia diferente”. Asimismo, en el año 2017, “Marrero publicaba Techumbres mudéjares policromadas de La Palma, un libro general sobre la isla de La Palma, donde figuran los dos ejemplos de techumbre policromada presentes en la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria de Tijarafe: la del presbiterio y la de la Capilla del Cristo”.
Lorenzo Chinea Cáceres, por su parte, “hizo un recorrido por la historia de las campanas y el análisis de sus toques, centrándose en las peculiares campanas de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Candelaria, que recogió en Las campanas de Tijarafe y sus repiques tradicionales, publicado en el año 2018 en la Revista de Historia Canaria. No obstante, quedan dos artículos pendientes de publicación, que serán presentados próximamente”.
José Policarpo Martín Cruz, concejal de Patrimonio Histórico, subraya que “estas publicaciones pretenden que se hable de Tijarafe, en este caso a través de su patrimonio cultural, en foros académicos en los que pueda prender la chispa del interés en nuevos estudios con mayor profundidad. Ello nos dará un conocimiento más detallado de nuestras raíces culturales que nos permita transmitirlas y compartirlas, es decir, que nos sirva para mantenerlas como elemento de cohesión cultural de nuestro pueblo y a su vez atraigan visitantes que deseen conocerlas”.
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