“Hago fotos de mujeres para mujeres, no para que gusten a los hombres”

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Rechaza el canon impuesto, la belleza normativa y defiende modelos inclusivos y diversos. “Hago fotos de mujeres para mujeres, para que les gusten a ellas, no a los hombres; esa es la clave de mi proyecto”. El fotógrafo Andrew Gallego ha iniciado una serie de fotografías con el lema De mujeres para mujeres con las que pretende “dejar claro que la mujer, independientemente de su edad, estado físico u otras circunstancias que condicionen su día a día, tales como el trabajo, el cuidado de hijos, de los padres, etc., siguen siendo atractivas”, ha asegurado en una entrevista con este digital.

Fotos a cara lavada. “No necesitan un exceso de maquillaje, no tienen por qué esconder el paso del tiempo, las arrugas, los cambios en la textura de la piel, ya sea en el rostro o el resto del cuerpo. Son fotos prácticamente a cara lavada, con el corazón al descubierto y el alma liberada. Así suelen acabar, libres, felices y, sobre todo, emocionadas al verse como nunca se habían visto. Sí, puede que se hayan visto en otras fotos sin maquillaje, con ropa de estar por casa, ropa cómoda, pero nunca se habían visto a través de los ojos de alguien que las mirara como yo lo hago y con la intención que yo lo hago”, subraya.

La belleza de lo auténtico. “Todas y cada una de las mujeres que participan en el proyecto tienen algo que las diferencia de las demás, cada una posee una cualidad que me llama la atención y por eso están aquí. Voy buscando eso, componer entre todas estas imágenes la mujer perfecta, cosa que no ocurrirá porque no hay mujer que posea todas esas cosas que yo veo en ellas. En lo natural, la verdad, lo auténtico o en lo real, es donde más belleza encuentro. Parar su mundo, su vida, su tiempo y que se vean desde otros ojos, cerebro y corazón”, explica.

Lograr que se gusten. “Mi empeño y mi labor es hacer que se gusten, que se enamoren de ellas mismas otra vez, que no se escondan cuando publican fotos en sus redes sociales o en su vida diaria. Son perfectas tal cual son, solo tienen que verlo, solo tienen que dejar que se lo muestren, que lo interioricen, que lo disfruten y que sean felices con ellas mismas. Ese es mi trabajo, a eso me dedico, a buscar la belleza y enseñarla, así de simple”, sostiene.

Cánones obsoletos. “En parte, lo que intento mostrar, más que cómo son o cómo están, lo que busco reflejar es cómo les gustaría sentirse. Busco mostrar su libertad, su alegría, su confianza en ellas mismas como personas y mujeres, sus ganas de reír y de madurar sin ser juzgadas por una sociedad y por unos cánones de belleza absolutamente obsoletos y ridículos en algunos casos”, resalta.

Liberarse de cadenas. “En la mayoría de los casos esto acaba siendo una terapia que les hace liberarse de ciertas cadenas que la sociedad les impone y que el día a día les impide o dificulta tener el valor suficiente para romperlas. La idea es abrir ojos, conciencias y sobre todo corazones con este proyecto. Defiendo sobre todo la belleza natural, la que nos viene dada, la que todos tenemos dentro y que se ve reflejada en nuestros ojos”.

Descubrirse y amarse. “Verse, reconocerse, descubrirse y amarse. Es parte de lo que busco con De mujeres para mujeres. Lo bonito de lo simple, lo llamativo del momento, lo impactante de lo excepcional, único e irrepetible. Su mirada, su sonrisa, su victoria”, señala.

Todas tienen algo interesante. “Dirijo mi mirada principalmente al ser humano, sea cual sea su condición y con este proyecto más a la mujer concretamente. A todas las mujeres en general, desde mujeres de veinte años a las que llegan a los sesenta, en todas hay algo llamativo e interesante que mostrar. Lo que intento es demostrarles que ese canon de belleza impuesto es algo que no tiene ningún sentido en la actualidad. Hacerles ver que tal cual son y están son perfectas. Lo que intento con esta forma de trabajar es que ese sufrimiento desaparezca poco a poco. No es justo mirarse al espejo y sentirse mal o avergonzado por no tener las medidas o aspecto que nos dicen que debemos tener para ser aceptado. Es una crueldad”, afirma.

Aportar para cambiar. “La sociedad ha avanzado y acepta ya un ideal de belleza más inclusivo, pero aún así, en ese sentido soy un poco pesimista ya que queda mucho por hacer, y en eso estamos, intentando aportar lo que yo pueda.

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