El incendio “impacta gravemente” en el turismo activo de la Isla
La Asociación T-Activa La Palma informa en un comunicado que “el dramático incendio que ha vivió la Isla recientemente también ha afectado a los turistas de visita en La Palma, y especialmente en el sector de empresas del turismo activo que desarrollan sus actividades en los montes de la Isla, que han tenido que suspender durante semanas sus actividades al cerrarse el acceso a las zonas donde normalmente desarrollan sus actividades”.
Añaden que “como consecuencia del reciente incendio acaecido en La Palma, las empresas y profesionales de turismo y ocio activo, organizadas en torno a la Asociación T-Activa La Palma, han mantenido suspendidas o limitadas sus actividades en los parajes naturales de Cumbre Vieja y Tamanca”. “Experiencias que necesitan de estos excepcionales lugares, como son los vuelos en parapente desde Los Campanarios, las actividades en Acropark, excursiones de senderismo o safaris en buggies a lo largo de toda la zona afectada, entre otras, no pudieron desarrollarse durante semanas mientras se mantuvo activo el incendio, y posteriormente se han visto limitadas por motivos de seguridad y pérdida de atractivo visual, lo que se prolongará durante meses”, aseguran.
“Cientos de turistas y excursionistas no podrán disfrutar de la oferta de actividades de las empresas de turismo activo, simplemente porque no se puede desarrollar en un espacio natural tan degradado. Estas empresas están formadas por autónomos, pequeñas empresas familiares que ante el presente desastre no pueden seguir adelante, máxime cuando estamos en plena temporada alta”, afirman.
Explican que “un incendio deja innumerables damnificados tras su paso de destrucción y desolación. El último incendio de La Palma, que partió de Jedey y acabó quemando casi 5 mil hectáreas de monte y medianías, dejó tras de sí un reguero de destrucción y desolación, con construcciones quemadas, cultivos arrasados, carreteras cortadas, telecomunicaciones afectadas, angustia de las familias afectadas, y, lo que es peor, la pérdida de una vida humana mientras luchaba por acabar con este desastre”.
Añaden que “los impactos ambientales sobre la fauna y la flora son incalculables, con desaparición de especies singulares y únicas, destrucción de hábitats, muerte de especies animales, esterilización y erosión del suelo, además del fuerte impacto paisajístico que se extiende por todo el territorio, y que permanecerá degradado durante años. Y los costes económicos de la extinción y posterior reposición del medio son y serán enormemente inasumibles para un territorio limitado y humilde, máxime cuando el efecto continuado del abandono en la gestión de las zonas forestales y rurales han contribuido a generar esa gran masa de material inflamable para la extensión de esta desgracia”.
Pero el incendio, dicen, “también supone una importante pérdida en términos de imagen y posicionamiento turístico para La Palma, pues no en vano el monte y el medio natural es el primer escaparate turístico de la Isla, y durante las últimas semanas el impacto mediático generado sobre la catástrofe dejará tras de sí pérdidas para el sector en términos de anulación de reservas y cambio en las preferencias de elección del destino vacacional, especialmente durante la temporada estival”.
Tradicionalmente, detallan, “son las actividades residenciales y agrarias las que aparecen como las principales damnificadas tras la finalización del periodo de lucha contra incendios. Las actividades turísticas, y especialmente las de ocio activo, que tienen el monte como principal soporte, pasan desapercibidas a la hora de compensar por los daños sufridos. Pero no es menos cierto que estas empresas han tenido que paralizar su actividad y tendrán considerablemente mermados sus ingresos en los próximos meses, coincidiendo prácticamente con todo el período de recuperación del medio natural”.
También es cierto, precisan, “que estas actividades viven del monte, al igual que tradicionalmente lo han hecho agricultores y ganaderos, y se sienten igual de implicados y arraigados a él. Cuidan de este entorno porque es su principal medio de vida, denuncian los atentados ecológicos, recogen basuras, comunican incidencias, reponen senderos… Son parte del paisanaje y asumen el cuidado de los ecosistemas naturales”.
Recientemente, señalan, “se han reunido las principales instituciones para valorar los sistemas de compensación a las personas afectadas. Desde la Asociación de turismo T-Activa La Palma se quiere poner en conocimiento de todas esas instituciones competentes la necesidad de valorar las pérdidas sufridas por las empresas de ocio activo durante las semanas que ha tenido lugar el incendio y por el lucro cesante que supondrá durante los próximos meses, de forma que puedan incluirse entre los damnificados por el incendio, al igual que lo son las actividades agrarias y residenciales”.
La Asociación T-Activa ha adoptado el acuerdo de “solicitar a las instituciones públicas competentes que se incluya en los cálculos de pérdidas por el incendio las actividades turísticas suspendidas, así como el lucro cesante por inactividad para los próximos meses, mientras dure todo el periodo de extinción y seguridad”. Asimismo, “se dará traslado a estas instituciones de la propuesta de colaboración de las empresas asociadas a T-Activa La Palma, para que se reformule el modelo de gestión de los montes, dando participación a la ciudadanía para que haga una gestión sostenible en aprovechamiento forestal y prevención, en lugar de centrar todos los esfuerzos en la extinción, cuando un incendio es consecuencia del fracaso de una gestión previa”, sostienen.
Este colectivo quiere que “las empresas de turismo activo sigan vivas y puedan dar vida a la Isla Bonita, destino de naturaleza y aventura”.