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Una tapa solidaria recuerda desde Valladolid a los afectados del volcán

Efe

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Una tapa solidaria, en recuerdo de los afectados por la erupción en Cumbre Vieja, ha estrenado este lunes en Valladolid el XVIII Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de la mano de Carolina Fanjul, chef del Hospital San Agustín en Avilés (Principado de Asturias).

“Es un guiño a los palmeros porque desde que ha comenzado la guerra en Ucrania ya casi nadie se acuerdo de ellos, es un recuerdo a los que tanto sufrieron”, ha explicado a EFE Carolina Fanjul mientras da los últimos retoques a “Husa Rib”, un 'cráker' de plátano canario y carne de cerdo de la raza astur-celta.

De Cumbre Vieja se ha traído sal volcánica como condimento junto a flores de Tagete Patula, autóctonas de México, listo para un bocado que ha presentado en una parrilla elaborada en miniatura con una lata de refresco reciclada.

“Tiene de todo: un punto dulce, salado, ácido y picante”, ha añadido Carolina Fanjul, quien ha destacado la novedad que supone la participación de una cafetería-restaurante de un hospital en el certamen más prestigioso de la tapa, en competencia con santuarios culinarios de la alta cocina española.

De Avilés hasta Mieres donde se ubica el restaurante “Tc28 Beber y Comer”, median apenas cincuenta kilómetros, un suspiro por la 'Y' astur que comunica a dos de las poblaciones más industriosas del Principado y que este lunes han disputado en Valladolid, un derbi gastronómico de alto voltaje culinario.

Han jugado, eso sí, en terreno neutral con las mismas armas: el producto autóctono sazonado con especias americanas, un aroma cosmopolita del que no ha prescindido Mario Fernández en su tapa “19 de enero”, fecha de su onomástica, San Mario, que comparte martirologio con San Canuto.

Así ha justificado precisamente la forma tubular de su tapa, un guiso de gocho astur-celta, “una especie animal que estamos recuperando”, adobado con un toque de mole mejicano, queso asturiano de Abredo y brotes de cilantro para contrastar, ha relatado a EFE.

Desde Albacete, Antonio Cuerda (restaurante Cuerda) ha llegado a la otra meseta con su langostino ibérico, un crujiente de flor manchega, tartal de langostino con huevo de mújol, angula ahumada y pepino, polvo y trocitos de jamón ibérico.

Comparte apellido con el fallecido cineasta que alumbró “Amanece que no es poco” pero matiza que no son familia, explica que en Albacete la tapa se ha puesto de moda desde hace varios años y que la receta que ahora presenta se le ocurrió al probar un bocado similar “en algún sitio” de cuyo nombre, al parecer, prefiere no acordarse este chef manchego.

Del langostino ibérico, con jamón de Salamanca eso sí, al cóctel de gambas que ha elaborado Palmira Soler (restaurante 5gustos) que ha jugado en casa, en su Valladolid natal, donde recuerda cómo su madre vestía de fiesta el salón familiar para celebrar los domingos y fiestas de guardar con ese cóctel que ahora ha desempolvado.

Sobre una copa de doble fondo, las gambas se asientan sobre un lecho de hielo falso, “con un toque de cítricos ”para limpiar la boca“, ha precisado.

Ha competido en esta primera jornada Alberto Montes, del restaurante Atrio, en Cáceres, un viejo conocido de este concurso que ya ha ganado en una ocasión y que en otra quedó en segunda posición.

Imaginativo y transgresor, Alberto Montes ha jugado con las palabras que definen su tapa: “Tómate un baño” y el tomate, ingrediente principal de la sopa que ha elaborado al estilo extremeño, con un toque diferencial de comino“ y que ha vertido sobre la cabeza abierta de un pequeño muñeco sentado en el interior de una bañera minúscula.

La sopa lleva además una mayonesa de curry y un aire de menta para procurar el efecto de espuma de ese peculiar baño gastronómico.

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