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Piden 21 años de cárcel para el etarra que planeó varios atentados en Cantabria

El fiscal pedirá una pena de 21 años de cárcel en el juicio que se celebrará este lunes en la Audiencia Nacional contra el etarra Aritz Arginzoniz, miembro del comando Larrano, que planificó una serie de atentados en Cantabria en el verano de 2007 por orden del jefe del aparato militar Garikoitz Aspiazu, Txeroki.

Arginzoniz fue detenido el 10 de julio de 2007 en la estación de autobuses de Santander antes de que el comando Larrano pusiera en práctica sus planes de atentar contra los Juzgados nuevos de la capital cántabra, la sede principal del Banco de Santander o la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

En el momento de su arresto, el etarra portaba una mochila en la que ocultaba un revólver cargado, un temporizador con el anagrama de ETA, un mapa de carreteras de España y Portugal, un callejero de Santander y diversa documentación falsa.

En su escrito de conclusiones, el fiscal narra como Argingoniz, en compañía de Eneko Zarrabeitia Salterain Sorgin, se reunió con Txeroki en el sur de Francia el 29 de junio de 2007, apenas diez días antes de ser detenido.

En aquella entrevista, el jefe de los comandos de ETA entregó a Arginzoniz una serie de objetivos que debían ser atacados en Cantabria, así como una de las pistolas que habían sido sustraídas el 23 de octubre de 2006 en la localidad francesa de Vauvert.

Tras su reunión con Txeroki, Argingoniz y Sorgin cruzaron la frontera en bicicleta y se desplazaron hasta Laredo (Cantabria).

Posteriormente, Sorgin se trasladó hasta la localidad vizcaína de Zeberio donde recogió unos 50 kilos de amonal, teléfonos móviles y diversos efectos para la fabricación de artefactos explosivos con destino a la campaña de atentados en Santander.

El fiscal detalla cómo en agosto de 2006 Argingoniz fue captado para ETA por el propio Txeroki y desde entonces ocultó en su domicilio de Elorrio (Vizcaya) a miembros liberados de la banda como Garikoitz Etxebarria Jon y Saioa Sánchez Iturregi Hintza.

Tras su huida a Francia al ser descubierto, compartió vivienda en Hendaya con Hintza.

En esta vivienda de Hendaya, un miembro de ETA sin identificar les impartió un cursillo de armas y explosivos, hasta que recibió el encargo del jefe militar de ETA de volver a España para preparar la campaña de atentados en Cantabria.

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