''Dos meses después de la muerte de Franco inauguramos un local del PCE''
Entrevista a Domingo Valencia en 'El Correíllo'
Tiene 87 años pero recuerda como si fuera ayer el día en el que lo detuvo la guardia civil el 22 de julio de 1936 en un puesto de frutas del mercado del Puerto. Cinco días antes se había manifestado en las puertas del ayuntamiento de San Lorenzo junto a varios compañeros comunistas para defender la legalidad republicana, había rumores de un golpe de Estado pero todavía no lo habían confirmado. Domingo Valencia tenía 15 años y era militante de las juventudes comunistas. Hasta el ayuntamiento se acercó el Diputado comunista del Frente Popular Eduardo Suárez, que informó a los concentrados, entre los que estaba el alcalde del municipio de San Lorenzo, Juan Santana Vega (conocido como Juan Machado) que Franco había dado un golpe de Estado que estaba siendo secundado en varios cuarteles de la Península.
En una entrevista concedida al programa El Correíllo, de CANARIAS AHORA RADIO, Domingo Valencia recordó cómo vivió en primera persona la represión durante la guerra civil y la dictadura franquista. A Domingo Valencia le hicieron un Consejo de Guerra, “fuimos juzgados 21compañeros, para cinco de ellos el Fiscal pidió la pena de muerte, para los otros solicitaron cadena perpetua.” Al final los cinco condenados a muerte fueron fusilados y los otros fueron condenados a 30 años de prisión, Domingo recuerda que “la pena más corta fue para mi porque yo era menor de edad, me condenaron a 6 años y un día de prisión”. La familia de Domingo Valencia presentó un recurso y logró que le indultaran la mitad del tiempo de la condena.
En el campo de concentración de Gando coincidió con Juan Rodríguez Doreste (que luego sería el primer alcalde socialista del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria). “Los falangistas nos daban palizas y nos obligaban a hacer trabajos forzados”. Valencia recuerda que “uno que lo pasó muy mal fue el exalcalde de Arucas Juan Doreste Casanova, porque era cojo y la guardia civil y los falangistas lo obligaban a caminar rápido para hacer los trabajos forzados”.
Al final salió del campo de concentración de Gando el 19 de julio de 1939, pero cuatro días después de recuperar la libertad tuvo que incorporarse al ejército para cumplir el servicio militar. “Me dieron un fusil y me pusieron a hacer guardia sin realizar el servicio de instrucción, por eso tengo el honor de no haber jurado bandera española impuesta por Franco”. Dentro del ejército Domingo siguió militando en el Partido Comunista y participando en la organización de la lucha contra el franquismo. El servicio militar duró hasta diciembre de 1945. Después trabajó en la construcción. En casa de Domingo Valencia se pudo refugiar durante dos años el histórico dirigente comunista Germán Pírez. También se quedó en casa de un familiar suyo Juan García, “El Corredera”. Según cuenta Domingo “nos llegó una orden de la dirección del Partido Comunista que todos los militantes estábamos obligados a dar refugio al menos una noche y dos días a ”El Corredera“ y yo cumplí la orden sin ningún problema”.
Domingo Valencia celebró con otros compañeros la muerte de Franco. Apenas dos meses después varios compañeros inauguraron una sede del Partido Comunista en Casa Ayala. Aunque hasta el 9 de abril de 1977 no se legalizó el PCE, varios militantes del partido se atrevieron a alquilar un local y poner en la fachada la bandera republicana y la del Partido Comunista un año y medio antes de la legalización del partido.
Domingo Valencia pertenece a la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas. Desde esta organización están trabajando para recuperar la memoria histórica de las personas represaliadas durante la guerra civil y el franquismo, y para realizar el reconocimiento público, social e institucional de las víctimas del fascismo. Con una gran humildad Domingo cuenta que “mi aportación a la asociación es simplemente el testimonio de mi vida, de mi experiencia como víctima”. Gracias a gente como Domingo Valencia hoy podemos conocer los crímenes y sufrimientos provocados por un sistema que duró casi cuarenta años. Todavía hay gente que se opone a la recuperación de la memoria histórica y a la anulación de todas las condenas y sentencias que se realizaron durante un régimen fascista. Domingo Valencia se jugó la vida durante cuarenta años, nunca traicionó a la democracia, la democracia no debería traicionarlo a él ni a las miles de víctimas del franquismo.