La exgerente entró en ordenadores ajenos
La exgerente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Patrizia Hess, admitió durante su reciente declaración ante el juez que, efectivamente, había tenido acceso a los correos electrónicos de los trabajadores pero dijo que lo hizo “por problemas operativos”. La exgerente, que en estos momentos está imputada por un presunto delito contra la intimidad, señala que nunca fue consciente de que con esta actuación pudiera estar vulnerando ningún derecho de los empleados.
Hess indicó que había sido contratada en 2008 por el anterior director, Andrés de Souza, a quien responsabilizó de que hubiera solicitado a los empleados en su momento las claves de acceso de los ordenadores. “No fue iniciativa mía sino del anterior director. Pero ninguno de los empleados se opuso en ningún momento, ni tampoco los voluntarios, ni los hoy denunciantes”, en referencia en este último caso al nuevo director, Jorge Domínguez.
Otra de las acusaciones por las que tuvo que declarar apuntaba a que accedió a las cámaras de seguridad del recinto, a lo que la imputada responde que efectivamente ocurrió así pero que fue “para ver si funcionaban, pero no para controlar nada ni a nadie en concreto”.
Desactivada la moción de censura
Lo cierto es que la bicentenaria entidad lleva desde hace meses sumida en un conflicto a causa de la presentación de una moción de censura por parte de la Junta que es afín a Souza, aunque en principio esta operación ha quedado desactivada después de que no saliera adelante el pasado jueves.
Uno de los motivos que se alegaban para pedir la dimisión del nuevo director era, precisamente, que había tomado de forma unilateral la decisión de cesar a la anterior gerente. Domínguez había justificado esta decisión por su elevado sueldo que alcanzaba los 56.000 euros al año, un tercio del presupuesto de la entidad.
Durante su comparecencia ante el juez, Hess recordó que entró a trabajar en la sociedad como auxiliar administrativa y que poco a poco fue ascendiendo de puesto. En cuanto a la acusación de que su contrato no se adaptaba a su titulación, apuntó que no aportó el título de diplomada ya que nunca se lo pidieron y admitió que no es licenciada, “tal y como sabían el anterior director y el actual, quienes tienen certificados de todo esto”.
El despido, según indicó la exgerente, se debió a que cuando llegó de vacaciones Domínguez le ofreció unas nuevas condiciones laborales y le dijo que debía firmarlas directamente, “cosa que no hice sino que en su lugar pedí explicaciones”. A partir de aquí, ha presentado una denuncia por acoso laboral, dentro de un cada vez más complicado entramado de acusaciones cruzadas.
Hess tuvo que responder ante el juez si efectivamente accedió a las taquillas personales de los trabajadores, de lo cual los denunciantes aseguran tener pruebas. La exgerente indica que las llaves se encontraban en Secretaría y ella no las utilizó nunca.
Sin embargo, acto seguido manifiesta que jamás llegó a relacionar estos hechos con la comisión de un ilícito penal alguno.
Ataque informático
Los denunciantes han querido recordar también lo ocurrido con una anterior trabajadora cuyo despido se declaró improcedente y donde también se detectó el acceso a su ordenador sin permiso de la empleada. En este caso Hess se limita a culpar de nuevo al anterior director tanto del despido como de haberla autorizado a utilizar las claves de la trabajadora.
Se desmarca del supuesto ataque informático que sufrió el sistema de la entidad desde el exterior y del que se sospecha que podría haber sido responsable el anterior equipo, también despedido, al señalar que los técnicos no eran amigos suyos. “Yo entraba en la base de datos de la Real Sociedad por mi trabajo. Me dedicaba a cambiar o a introducir datos, pero nunca se los facilité a nadie para que pudiera entrar en la base”, indicó durante su declaración.