El legendario Cine Víctor vuelve a cerrar sus puertas
El legendario Cine Víctor de Santa Cruz ha vuelto a cerrar sus puertas después de casi tres años de llevar a cabo una programación interrumpida y variada, que abarcaba desde monólogos a conciertos o encuentros de aficionados a los cómics manga. Al parecer la anterior empresa no obtuvo los resultados económicos deseados y por ello desde hace un mes y medio se ha optado por abandonar esta actividad. No obstante, uno de los dueños de este antiguo cine confía en llegar en breve a firmar un acuerdo con otra compañía que volverá a retomar la programación. En este caso se trata de una promotora especializada en obras de teatro y exhibición de cine de calidad. El contrato podría ser firmado en breve y con ello la última de las antiguas salas de pantalla única que aún sigue en pié y funcionando de forma más o menos continua en Canarias podría abrir de nuevo sus puertas tras casi cuatro años en los que se han sucedido cierres y aperturas.
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A finales de 2008, el cine cerró después de un largo período en el que permaneció funcionando bajo el patronazgo del Cabildo tinerfeño ofreciendo cine de autor. Sin embargo, la institución insular al final derivó esta actividad a la Sala del museo TEA. A partir de entonces permaneció sin actividad durante casi dos años, tras los cuales fue arrendado por la empresa que ahora acaba de abandonarlo. Sin embargo, los dueños confían en que este cierre sea temporal y apenas dure unas pocas semanas más. Los propietarios del inmueble indican que resulta muy complicado mantener en la actualidad la actividad cultural no sólo por la crisis sino también por la falta de ayudas oficiales.
En este aspecto el Cine Víctor tiene que enfrentarse a la dura competencia que supone el Teatro Guimerá, cuya programación está financiada en gran parte por el Ayuntamiento de Santa Cruz. Aunque aún no se quiere adelantar el nombre de los nuevos arrendatarios, uno de los dueños apunta que se trata “de gente con mucha ilusión, nuevas ideas y contactos. Confiamos en que todo se solucione rápidamente”, señala. El Cine Víctor se enclava en un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la plaza de La Paz y el único uso que se le puede dar a esta sala es cultural. Por ello sus dueños se han visto muchas veces obligados a tener que soportar los enormes gastos que supone su mantenimiento durante los períodos en los que ha permanecido sin uso.
El edificio fue construido por el arquitecto José Enrique Marrero Regalado, fallecido en 1956, promotor de otras salas situadas en la isla. Fue inaugurado en 1954 con la proyección de la película musical británica Los cuentos de Hoffman. “Marrero era buen conocedor de este tipo de construcciones, decoraba y diseñaba todos los detalles de sus obras. Con respecto a este edificio hay que destacar en su interior la relación tan cercana cine-espectador que intenta crear Marrero. La ornamentación está compuesta por mármoles, cortinas de terciopelo, herrajes dorados y una decoración de gran calidad”, se indica en la ficha del Plan General. El cine tiene capacidad para 550 butacas en la parte baja y 225 en la parte superior y se puede decir que en la actualidad se ha convertido en el único cine de gran pantalla que en estos momentos funciona en Canarias, pese a las épocas en las que ha permanecido cerrado.
Después de mantenerse durante décadas como sala regular en abril del año 2002, el Cabildo alquiló el edificio para desarrollar una programación estable caracterizada por cine independiente en versión original subtitulada. Desde febrero de 2004, las proyecciones y actividades de la Filmoteca Canaria en Tenerife se celebraron en esta sala, como consecuencia de un acuerdo de colaboración entre la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno canario y el Cabildo a través de las empresas públicas Socaem (actualmente Canarias Cultura en Red) e Ideco, mediante alquiler a los propietarios del inmueble.
El 31 de diciembre de 2008 finalizó el contrato, que no fue renovado por el Cabildo que trasladó su programación al TEA, mientras que la Filmoteca hizo lo propio con los cines Renoir Price. La decisión causó polémica, llegándose a crear entonces una asociación en contra del cierre de la antigua sala. Así tras varios intentos finalmente desde finales del año 2009 una empresa logró mantener una actividad estable y variada que finalizó hace un mes y medio.