El Parlamento de Canarias distingue a sus tres ex presidentes
El primero en recibir la medalla de oro del Parlamento de Canarias fue el Rey Juan Carlos I en su última visita a las Islas, distinción que se entregó este martes a los tres presidentes de la Cámara en las anteriores cinco legislaturas.
En nombre de Pedro Guerra, presidente del Parlamento canario durante la etapa provisional y la primera legislatura ((1982-1987) recibió la medalla de oro su viuda, Nieves. Leopoldo, el hijo mayor de Pedro Guerra, destacó que los objetivos de su padre eran actuar con equidad y respeto hacia los diputados y abrir el Parlamento canario a los ciudadanos, y señaló que el primer presidente de la Cámara legislativa canaria actuó con gran dedicación y entusiasmo, consciente de la responsabilidad histórica de impulsar la democracia participativa.
Victoriano Ríos, presidente del Parlamento de Canarias durante la segunda y la tercera legislatura (1987-1995) comentó que los tres ex presidentes tuvieron en común el esfuerzo para mantener la neutralidad. Reconoció que durante su mandato pensó en neutralizar el voto del presidente del Parlamento regional, como ocurre en otros países, pero explicó que en Canarias los partidos siempre han necesitado de todos los votos.
Victoriano Ríos recordó “con orgullo” que el Parlamento de Canarias se ha fortalecido con el paso de los años para ser la piedra angular de la Comunidad Autónoma. Para Victoriano Ríos la entrega de la medalla de oro del Parlamento de Canarias no es por los méritos que ha reunido sino para destacar la importancia de la Cámara legislativa canaria.
José Miguel Bravo de Laguna, presidente del Parlamento de Canarias durante la tercera y la cuarta legislatura (1995-2003) se mostró emocionado por el reconocimiento recibido, y comentó que él debería ser el agradecido por haberle permitido presidir la Cámara. Bravo de Laguna dijo que se ha hecho un esfuerzo “enorme” por consolidar las instituciones de representación del pueblo canario que, agregó, siempre ha necesitado, en su opinión, de una especial atención por su lejanía del continente y por su insularidad.
José Miguel Bravo de Laguna indicó que para ser presidente del Parlamento de Canarias fue preciso que concurrieran diversas circunstancias familiares y políticas y pidió disculpas por los errores que pudo haber cometido durante las dos legislaturas que estuvo al frente de la Cámara legislativa. La meta era hacerlo lo mejor por Canarias, aseveró José Miguel Bravo de Laguna, quien estimó que los canarios no necesitan recuperar la fe sino consolidarla.
El actual presidente del Parlamento canario, Gabriel Mjato, elogió a sus tres predecesores, a los que calificó de políticos con mayúsculas que dedicaron su vida al servicio de Canarias.