Restaurante Tenderete, donde el caldo de pescado majorero cobra vida propia
Retomamos desde estos primeros días julio nuestras críticas gastronómicas en Por Fogones, para tratar de contarles lo que nos llame la atención alrededor de nuestras Islas Canarias. Pero algo va a cambiar en estas críticas y creo que es justo que lo diga de antemano. Por lo pronto, todo aquel local que abre sus puertas o lucha por hacerlo, tiene mi mayor reconocimiento al esfuerzo, por lo que les adelanto que la parte de puntuaciones será eliminada a partir de ahora. No creo que sean estos unos momentos para “notas” y sí para apoyo y sensaciones. Eso no significa que todo sea color de rosas, pero hay cosas que se pueden y se deben hablar de puertas para adentro. Hacia ustedes, mi intención será darles motivos y ganas de visitar casas donde puedan disfrutar de una gastronomía plena de gustos y sensaciones, historias con cultura y raíces. Por lo pronto hoy les invito a que nos acompañen de farra al Restaurante Tenderete, en la isla de Fuerteventura, concretamente a Puertito de la Cruz, pueblito en la zona de Jandía, cercano al faro.
Siempre que he cogido la carretera que te lleva a Cofete siento que viajo en un bucle de espacio/tiempo. Me maravilla ese trayecto de tierra, cada vez mejor acondicionado, donde te puedes sentir en la más absoluta soledad, cruzarte con cabras y contemplar el Faro de Jandía, majestuoso en su lejanía. Hacia allí que me dirigí, con mi caldo de pescado previamente encargado, como mandan los cánones, y con ganas de conocer la propuesta que elabora Vicente Rodríguez en su Restaurante Tenderete. Llegar, acomodarte y empezar con los primeros bocaditos en forma de papas fritas de paquete con anchoas, su cañita, pulpito frito con mojo y papas o unas bogas fritas de la zona, hacen que el cuerpo tome conciencia de lo que significa la palabra felicidad llevada al paladar.
Lapas majoreras de temporada, únicas y como es menester, con su sartén y majado, porque aquí es cuando la expresión de lo menos es más alcanza su máxima expresión. Y como gran fin de fiesta y motivo más que suficiente para viajar no sólo a la isla, sino desplazarse hasta la casa de Vicente, su caldo de pescado. Hoy de dentón, que fue el pescado cogido a primera hora de la mañana para que se hiciera bien despacito desde temprano, sus papitas sancochadas, su verdura fresca y, sobre todo, un gofio escaldado con el mismo caldo con su cebolla roja en forma de cuchara, del que no quedó ni el cuenco. Sublime y majestuoso plato, uno de los mejores caldos de pescado que recuerdo haberme comido en muchos años, servido en su caldero en mesa, pasando al plato delante del comensal, dejando allí el mismo para embriagarte con el aroma. En definitiva, vivir el mar de Fuerteventura llevado a la mesa.
Como postre, una travesura en forma de plátano del “ayudante en cocina” de Vicente, su hijo Omar. Un joven que ha pasado por las cocinas de Dabiz Muñoz y también de Viridiana, que tiene dentro el desparpajo de la juventud y el respeto a la tradición que le marca su padre. Sin duda, una pareja que ofrece sabor, producto, respeto, cocina y también un toque de picardía que le viene muy bien a una casa, Tenderete, donde comer es toda una fiesta para el comensal. Si les apetece, pueden seguirnos en Facebook, Twitter e Instagram bajo los nicks @alahoradecomer y @porfogones
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