La portada de mañana
Acceder
Israel aprovecha hasta el inicio del alto el fuego para continuar la masacre en Gaza
El grupo de León: la conexión entre Quirón, la pareja de Ayuso y el ático de Chamberí
OPINIÓN | 'Los imperios de las galaxias', por Enric González

La casa de los simios

Noé Ramón / Noé Ramón

La casa Amarilla del Puerto de la Cruz a pesar de su aspecto ruinoso y desvencijado guarda en su interior la particularidad de haber acogido entre los años 1913 a 1918 la Estación de Atropoides de Tenerife (EAT) considerada en la actualidad el primer centro de estudios primatológicos de la historia. Sin embargo su estado de abandono es absoluto y su desaparición podría ser inminente en caso de que las instituciones no se decidan a rehabilitar el edificio de forma urgente. Ahora se ha abierto una cierta esperanza después de que el Consorcio de Rehabilitación Turística del Puerto de la Cruz haya situado esta actuación en el grupo de las iniciativas prioritarias.

Previamente, sin embargo, será necesario que se lleve a cabo la expropiación, la compra o el alquiler del inmueble ya que en estos momentos pertenece a la empresa Canary Property Promotions que no sólo no tiene ningún interés en conservar el edificio sino que sus intenciones pasan más bien por todo lo contrario. En este enclave se quería construir una urbanización turística conocida como Costa de la Paz que se ha visto truncada por la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del entorno al que la empresa se opuso desde un primer momento.

El Consorcio Turístico del Puerto de la Cruz sitúa la rehabilitación del primer centro de estudios primatológicos como una de sus actuaciones prioritarias

El arquitecto Pedro Rodríguez Anadón ha sido el elegido para llevar a cabo este proyecto de restauración con el fin de que el inmueble acoja un museo en el que se dé a conocer la importancia que tuvo en el pasado. La directora del Consorcio, María Luisa Cerrillos, indica que efectivamente esta actuación ha sido considerada prioritaria pero también advierte del gran retraso que en estos momentos experimenta el proyecto de rehabilitación de la zona turística. Anadón se muestra igualmente cauto y cree que antes de lanzar las campanas al vuelo deberá acabar la complicada negociación que está en marcha para poder hacer uso del inmueble. La recuperación de la Casa Amarilla ha sido apoyada por la experta en investigaciones primatológicas, Jane Goodall, quien en 2011se desplazó a la isla y se fotografió en el entorno de la casona con el fin de escenificar la obligación de que sea rehabilitada.

Con la puesta en marcha de este museo se quiere reconocer la labor del sicólogo alemán experto en percepción Wolfgang Köhler, quien fue director del centro desde el año 1914 hasta su cierre. Este estudioso es considerado el padre de la escuela de la Gestalt por la psicología moderna. Köhler elaboró un texto de referencia titulado La inteligencia de los chimpancés basándose precisamente en los estudios desarrollados en el Puerto de La Cruz. La experiencia del psicólogo en Tenerife supuso un importante precedente para la primatología moderna y dotó a su autor de reconocimiento y prestigio en el ámbito internacional.

Aunque los estudios de Köhler siguen vivos hasta nuestros días no ocurre lo mismo con la casa que los vio nacer que en estos momentos se encuentra más cercana a la desaparición que otra cosa. Por ello se ha creado en Tenerife una asociación que lleva el nombre del científico alemán que promueve su conservación y rehabilitación. Hace algunas fechas se produjo un misterioso incendio en su interior y los miembros del colectivo acusan a la empresa propietaria de haber derribado una de las plantas. Y todo ello, pese a que como señala el miembro de la asociación Héctor García Suárez, el nombre del inmueble es citado en libros de texto y salones de conferencias de todo el mundo. Desde que fuera declarada BIC en 2005, la ley de Patrimonio Histórico de Canarias obliga a sus propietarios a procurar su conservación y mantenimiento en todo momento, así como a su restauración. Ninguno de estos compromisos ha sido cumplido hasta el momento, sino más bien todo lo contrario.

Köhler elaboró un texto de referencia titulado 'La inteligencia de los chimpancés' basándose en los estudios desarrollados en el Puerto de La Cruz

“Desafortunadamente, a principios de los noventa se realizaron obras de demolición en la Casa Amarilla que provocaron la caída de la cubierta y parte de las caras este y norte”, señala el miembro de la asociación quien también ha abierto una página de gran éxito en Facebook para dar a conocer el proyecto de rehabilitación. Otras muchas instituciones, como la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia y la Universidad de La Laguna, ya se han pronunciado oficialmente a favor e incluso ha presentado un proyecto de Museo.

En el año 2004, Marcos Brito, que era entonces y aún lo es alcalde del Puerto de la Cruz, se comprometió a salvar la Casa Amarilla y restaurarla frente a la Conferencia Nacional de Decanos de Psicología que presentó una propuesta sobre la restauración del recinto. Pero este compromiso no ha sido cumplido. El apoyo a la iniciativa fue expresado por numerosas instituciones científicas de todo el mundo, así como por medios de comunicación nacionales, varios colegios de psicólogos, el Instituto Max Planck, la revista 'Nature' o la primatóloga Jane Goodall. “Desde el colectivo Somos Primates nos gustaría sumarnos a esta iniciativa de la Asociación Wolfgang Köhler de Tenerife, que se opone a la demolición de este antiguo centro. Es nuestro deseo apoyar también el proyecto de creación de un Museo, ya que consideramos fundamental preservar aquellos lugares que fueron pioneros en la idea de que lo que nos separa de los otros grandes simios es tan poquito, que merece la pena estudiarlo en profundidad”, indica González Suárez.

La historia oficial que está recogida en multitud de publicaciones apunta que la EAT fue creada en 1912 por la Academia Prusiana de las Ciencias a expensas de la Fundación Albert Samson-Stiftung. En principio surgió como una iniciativa personal del profesor del neurofisiólogo Max Rothmann, autor de la ponencia 'El establecimiento de investigaciones psicológicas y fisiológicas cerebrales en antropoides'.

Los estudios poco sistemáticos y esporádicos realizados hasta entonces por militares y aventureros, o de forma ocasional en jardines zoológicos, resultaban insuficientes para cubrir la demanda de información sobre comportamiento animal o posibles vínculos de parentesco entre hombres. Hay que tener en cuenta que en aquellos años el debate sobre la teorías evolucionistas de Charles Darwin estaban en pleno auge y existía gran interés en comprobar si efectivamente el hombre procedía del mono. En este marco, los científicos se plantearon la creación de un centro de estudios primatológicos al que se pudiera llegar “a Europa en poco tiempo, pero sin alejar demasiado a los antropoides de la zona subtropical llevándolos demasiado al norte”.

Entre 1913 y 1918 en la estación tinerfeña se sentaron las bases del estudio del comportamiento de los simios

Las islas Canarias aparecieron entonces como un emplazamiento ideal para este proyecto. Su elección favorecía el traslado de simios como los orangutanes desde Asia por la ruta de Tánger o los chimpancés y gorilas por África desde Camerún. En la primavera de 1912, Rothmann había visitado la isla para determinar el emplazamiento exacto de la Estación de Antropoides; el Valle de La Orotava sería para el fisiólogo alemán la región más indicada dadas sus condiciones climáticas. En julio de este mismo año, un joven chimpancé macho Kónsul es trasladado desde el sur de Nigeria e instalado en el Hotel Taoro. En septiembre les acompañarían siete chimpancés más como son las hembras Tschego, Grande, Tercera, Rana y Chica; y el macho Sultán, capturados en Camerún por el gobierno colonial germano.

La pionera Estación de Antropoides de Tenerife estaría proyectada originalmente en unos terrenos cercanos al Hotel Taoro, para lo cual el arquitecto berlinés Erich Levy habría realizado un diseño de maderas. El proyecto sin embargo no convencería a Christian Trenkel, director del Hotel, quien sugiere la realización de un contrato de alquiler en alguna casa en las afueras del Puerto de la Cruz, tal y como se hizo. Mientras tanto se proponía al joven graduado Eugen Teuber para la dirección de este experimento, entre otros aspectos, por sus conocimientos científicos y hablar con fluidez el francés y el español.

El estudioso se encargó de establecer la sede para la EAT en la Casa Amarilla y firmó un contrato por siete años, pagando 1.140 marcos anuales “con derecho al agua y a usar el teléfono”. Un año después de su elección, el joven Teuber decide regresar a Alemania para terminar sus estudios y cumplir el servicio militar. Por ello se hizo necesario buscar un nuevo director.

Antes de abandonar la isla, los estudios que realiza Teuber son exhaustivos y se centran en el repertorio de conductas de los chimpancés: vocalizaciones, gestos, juego social, juego con objetos, exhibiciones emocionales, coprofagia o uso de piedras, entre otros. Y dedica especial atención a las conductas inteligentes, como la imitación o la capacidad de usar instrumentos, mostrada por algunos animales.

En la carpa instalada dentro de los terrenos conocidos como 'huerta de los machangos' se desarrollarían la mayoría de actividades de la Estación. Un pequeño laboratorio, integrado por un cronómetro, un tocadiscos, una cámara de fotografía, un cinematógrafo y un fonógrafo de Edison es incluido para fotografiar, filmar y registrar las distintas actividades. Con ellos Teuber grabaría los sonidos de los animales y sacaría instantáneas de sus expresiones y sus gestos.

Tras la marcha de Teuber es cuando entra en escena Köhler quien ya había participado de forma destacada en la serie de experimentos fundacionales de la escuela de la Gestalt. En poco tiempo, el nuevo director se trasladó junto a su familia a Tenerife y formalizó su contrato para iniciar de forma inmediata sus experimentos con los simios.

Para ello contaría con los medios establecidos de antemano por Teuber: un grupo de chimpancés compuesto por dos machos y cinco hembras, un amplio patio de juegos con habitáculos para el descanso; el empleado de la zona, Manuel González y García, también llamado 'el de los Machangos' que era el encargado de la alimentación y limpieza de los animales; y un laboratorio para la fotografía y filmación. El programa de Köhler estaba orientado al estudio de las emociones, la inteligencia y la percepción de los chimpancés. Destacan entre sus actividades la realización de tareas basadas en el uso del razonamiento, como acoplar cañas, apilar cajas o el uso de pértigas para alcanzar alimentos inaccesibles. Entre los años 1915 y 1921 se publica además una serie de cinco monografías descriptivas sobre los experimentos de la Casa Amarilla y sus resultados.

Las pruebas de inteligencia serían registradas en formato fílmico bajo el título, 'Wolfgang Köhler: Intelligenzprüfungen an Menschenaffen'. Durante su estancia en la Casa Amarilla, el estudioso concluiría que “hay casos en los que hasta la más escéptica de las personas tiene que admitir que el chimpancé es capaz de adquirir nuevas conductas, no sólo de sus congéneres, sino también del hombre”.

Las crónicas escritas sobre aquella epopeya científica cuentan que ciertas observaciones realizadas sobre los chimpancés de la Casa Amarilla revelarían asimismo la capacidad de cooperación, confabulación e incluso crueldad en estos animales. Los años de Köhler y su familia en el Puerto de la Cruz transcurrirían sin incidencias salvo excepciones, como el hecho de ser acusado por sus vecinos de actuar para el gobierno germano durante la Primera Guerra Mundial espiando el tráfico de submarinos ingleses. En 1918, la EAT se trasladó a una nueva finca denominada El Ciprés, en La Orotava. Meses más tarde, el centro pionero, el primero en todo el mundo dedicado al estudio de los primates, fue cerrado definitivamente por falta de presupuesto.

La crisis económica provocada por la Gran Guerra terminaría prematuramente con el proyecto ideado por Max Rothmann. “Sus ochos años de existencia, sin embargo, resultarían suficientes para considerarlo un éxito científico, profesional y el precedente de gran número de centros repartidos por el mundo”, se indica en las enciclopedias. Con el tiempo Köhler fue nombrado presidente de la Asociación Americana de Psicología, miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, doctor Honoris Causa en universidades de Estados Unidos y Europa. En reconocimiento a su labor investigadora existe además en la actualidad el Centro de Estudios Primatológicos Wolfgang Köhler de Leipzig, dedicado al estudio de los grandes simios y su conservación.

Espionaje y batalla judicial

En el año 2011 el Tribunal Supremo (TS) ponía punto y final a la batalla judicial que desde hacía años habían emprendido los dueños de la finca de la Casa Amarilla la empresa Canary Property Promotion para evitar por todo los medios posible su protección como Bien de Interés Cultural (BIC). En principio, recurrieron la catalogación del inmueble como monumento al considerar que no tenía valor para ello. Los tribunales les dieron la razón, pero sin embargo años después vendrían a ratificar la declaración como Sitio de Interés Histórico, promovida por el Cabildo y el Gobierno canario.

Y la razón que hace valer el Supremo es precisamente que en este edificio se llevaron a cabo importantes experimentos para conocer los procesos de aprendizaje de los simios cuyas conclusiones aún siguen vigentes. El TS alabó la intención del Cabildo de garantizar la conservación del inmueble que calificó de “irreprochable” y apeló a que a partir de aquel momento se llevaran a cabo medidas para garantizar la rehabilitación y conservación de la casa.

Los propietarios no sólo no quieren conservar el edificio sino que han hecho todo lo posible para que desaparezca

La empresa, sin embargo, con el fin de anular la declaración adujo retrasos en la catalogación final y volvió incluso a desempolvar la antigua acusación de que en realidad el centro sirvió como lugar donde se realizaron actos de espionaje durante la Primera Guerra Mundial. Cuando parecía que la batalla en los tribunales había acabado, ahora ha trascendido que la empresa ha presentado otro recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) esta vez reclamando una indemnización por las supuestas consecuencias negativas que ha traído consigo la declaración BIC del inmueble.

En concreto, solicitan 27.000 euros por daño emergente y lucro cesante, aunque ya el Consejo Consultivo de Canarias ha rechazado ambas pretensiones. Los juristas del organismo consultor consideran que en realidad sólo una de las dos parcelas se ha visto afectada por la imposibilidad de ejecutar el proyecto turístico Costa de la Paz. Y ello es así en cuanto que los trámites para llevar a cabo esta urbanización se iniciaron cuando ya habían comenzado de forma paralela los de protección del entorno. En cualquier caso los defensores de este inmueble consideran que lo principal, como era su conservación, se encuentra ya garantizada. Otra cosa es que efectivamente se lleve a cabo su restauración pese a las promesas que se han planteado durante todo este tiempo.

Etiquetas
stats