La maldición de La Cícer vislumbra su fin
En 1928, en una zona que por aquellos años era las afueras de la ciudad, se instaló en un descampado de unos 16.000 metros cuadrados la Compañía Insular Colonial y Electricidad y Riesgos S.A., más conocida como La Cícer, que generaba electricidad para la capital grancanaria. Por aquellos años la empresa tenía una gran rival en la isla, la Sociedad de Electricidad de Las Palmas, pero cuatro años después de crearse, en 1932, ambas empresas dejaron de hacerse la competencia y se fusionaron para constituir la Unión Eléctrica de Canarias (UNELCO), que desde entonces fue la dueña de ese espacio. La ciudad creció, como es normal con el progreso, y la estación eléctrica cercana al barranco de La Ballena quedó encajada en medio del barrio de Guanarteme. En época de Mayoral se licitó la construcción de un aparcamiento en primera línea de la playa que nunca llegó a finalizarse. Fue en el año 2001, con Juan José Cardona como concejal de Urbanismo, cuando este espacio pasó de ser privado a ser público gracias a la permutación que se le realizó a Unelco del actual solar que está en obras por oficinas y plazas de aparcamientos en la zona donde hoy se levanta el Edificio Woermann. El primer intento de realizar una obra para la ciudadanía fue en época de Pepa Luzardo, cuando se intentó construir un parque acuático que fue adjudicado en el 2006 a Sacyr y que nunca se llegó a realizar por falta de fondos. En la actualidad, en esta zona se está construyendo un complejo deportivo que la empresa Ingesport gestionará los próximos 31 años. Sin embargo, en febrero se produjo una crisis en la UTE que realizaba el edificio, lo que pareció amenazar el proyecto con verse abocado a una paralización de la obra, aunque finalmente la propia empresa de gestión deportiva ha continuado con esta construcción.
Tras dejar Unelco este espacio, el primer gran proyecto que se intentó en La Cícer fue la construcción de un parque acuático que permitiría derribar el mamotreto que es el aparcamiento que ocupa la primera línea de playa. Peroestas obras se paralizaron en su día a media construcción, como demuestran los vasos de las piscinas que se iban a hacer aquí. Así, en 2012, por fin el Ayuntamiento de la capital afrontó el proyecto y volvió a realizar un concurso que ganó la UTE (Unión Temporal de Empresas) Ingesport y Antalsis.
Un año más tarde, en agosto de 2013, se presentó el proyecto de la obra en el solar, en un acto en el que estuvo presente el alcalde, Juan José Cardona; el presidente del Grupo Ingesport, Gabriel Sáez Irigoyen; el director de Contratación de Antalsis, Alexandre Abalde, y los campeones olímpicos Fermín Cacho (atletismo) y José Manuel Moreno (ciclismo en pista) como padrinos de GoFit, nombre del futuro complejo deportivo. En este evento, Sáez prometió que si no había “causa de fuerza mayor” la obra estaría finalizada entre 11 y 12 meses (para finales de verano de 2014). Esas causas de fuerza mayor han hecho acto de presencia con un concurso de acreedores a mediados de febrero de la empresa Antalsis, constructora del complejo, que provocará que los plazos previstos de obra no se cumplan como estaba previsto.
Este proyecto tiene un 90% de ejecución por parte de Ingesport, mientras que el 10% restante es de Antalsis debido a que por exigencias del concurso debía acreditar capacidad y experiencia en la construcción, hecho de la que la primera carecía. Esta, ante los indicios de problemas de liquidez de la constructora, rompió relaciones y contratos con su socio. Aunque según afirma Carmen Sosa, directora de operaciones en Canarias de Ingesport, Antalsis “era y es un socio muy serio” con el que venían trabajando en varios proyectos y comunicó sus dificultades, en la prensa gallega se recoge que la empresa encargada de realizar las obras acusaba a su socio de ser el culpable de su preconcurso de acreedores, ya que “la principal causa” de las “tensiones de tesorería” que la han llevado a esta situación fue que “Ingesport adeuda a Antalsis más de 2 millones de euros por conceptos relacionados con obras ejecutadas”, por lo que tomó la decisión de forma “unilateral e injustificada de rescindir contratos” para la construcción de los centros deportivos de Lisboa y Las Palmas de Gran Canaria, lo que “limita las posibilidades de viabilidad de la empresa”.
No obstante, el director de comunicación de Ingesport, Francisco Huerta, comentó en los medios de Galicia que no era cierto que su empresa adeudara a Antalsis más de dos millones de euros por conceptos relacionadas con obras ejecutadas y que, ante los reiterados incumplimiento en el pago a proveedores y a retrasos en la ejecución de obras, decidieron rescindir los contratos. De esta manera, fue la empresa de gestión deportiva la que desde mediados de febrero está acometiendo la obra que tiene un presupuestos de ocho millones de euros, pero que alcanzará los diez con la ejecución de los equipamientos a cambio de una concesión durante los próximos 31 años.
Según la oposición en el Ayuntamiento, los trabajos están paralizados. Así lo defiende la concejala del PSC-PSOE Isabel Mena, quien opina que hay que ver “cuáles son los pasos que debe seguir el Ayuntamiento, porque la obra se la adjudicó a esta UTE”, ya que cumplía con los requisitos en el pliego de condiciones, por lo que si esta UTE ya no existe, “hay que ver si jurídicamente se puede asumir la obra solo una de las partes ganadoras del concurso”.
De esta opinión también es el concejal de Nueva Canarias José Eduardo Ramírez, quien incluso comenta que las obras están paralizadas “desde verano”, mucho antes de la crisis Antalsis-Ingesport y que el Consistorio “no se ha enterado o se enteró tarde y, después de enterarse, lo negó”. Y aunque lo sabían lo volvieron a negar. Así, cuando reconocieron que se habían parado las obras y quisieron reaccionar, “reaccionaron tarde”, acusa Ramírez, quien añade además que el grupo que lidera Cardona ha actuado con falta de diligencia “para saber lo que estaba haciendo” y que además ha habido falta de comunicación por parte de la empresa, quien debió haber informado del conflicto interno que tenía con su socia.
Por su parte, Carmen Sosa asegura que las obras “no han estado paradas” a excepción del periodo vacacional de las navidades. Así, durante el mes de enero la obra se acometió “en términos normales” y ha sido en febrero cuando se encontraron con esta situación, pero que no hubo en ningún momento una parada total, sino una transición suficientemente ordenada para la salida del socio operador, que atravesaba dificultades para pasar a liderar el socio principal. Por ello afirma que en “ningún momento” se han parado la construcción del complejo deportivo porque esto significaría “sanciones importantes”, aunque sí que se ha reducido el ritmo, como también confirman desde la asociación Recuperar La Cícer.
Es por esta ralentización de los trabajos que tanto el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Martín Muñoz, como la empresa ahora encargada de la construcción del futuro GoFit prevén que los vecinos puedan gozar de esta instalación deportiva a finales de 2014, fecha de la que dudan desde el PSC porque no se sabe “si es posible que Ingesport se quede con la obra, ya que el concurso lo ganó en UTE”.
Todo indica que la edificación, que desde mediados de febrero ha sido asumida por la empresa presidida por Gabriel Sáez, en seis meses tendrá ya levantado el edificio. Y es que, como Carmen Sosa expone, esto es un doble reto para ellos porque la inversión está aprobada desde el primer momento y tiene que desarrollarse “en tiempo y forma” y por otro lado porque la construcción de complejos “no es el corazón de su negocio”, ya que ellos se dedican a la gestión de complejos deportivos. De esta manera, tras asumir la construcción, Sosa asegura que la empresa que representa ha analizado y trabaja todos los presupuestos que se venían desarrollando con los distintos operadores locales, por lo que Ingesport lo único que está haciendo es revisar las ofertas que tenía Antalsis, las cuales está recuperando para dar continuidad a la obra. “Ahora mismo la parte de estructura ya se está poniendo en marcha, en cuanto a la parte de seguridad, inmediatamente la empresa ya contrató con una empresa de seguridad de la obra. Y a lo largo de la semana anterior –la última de febrero– en lo referido a las instalaciones técnicas se están analizando las ofertas”.
Unos vecinos molestos
El barrio de La Cícer lleva años aguantando unos vecinos molestos, y no son precisamente los que protestan porque este espacio sea para los ciudadanos, sino que cuando se construyó el parque acuático solamente dio tiempo a crear los vasos de las piscinas, los cuales, cuando se inundaban por lluvias o roturas de alguna alcantarilla, provocaban que los mosquitos se reprodujeran y crearan una plaga en la zona.
Así, en los últimos meses han vuelto estas polémicas y en los medios han salido noticias que informan que estos insectos siguen volando por culpa de las obras. Ante esto, Carmen Sosa sostiene que no va a contradecir a los vecinos, pero que por tres ocasiones han fumigado. La primera fue cuando se rompió una tubería de aguas fecales, por lo que se hizo una limpieza y se desinfectó el solar, y las otras dos fueron tras las lluvias de este invierno. Por su parte, Martín Muñoz asegura que el origen de estos insectos está en el depósito de tormentas situado bajo el aparcamiento subterráneo y que para darle solución “el agua está siendo tratada”.
Lo cierto es que aunque los dos vasos están vacíos, en las obras, como se ve en las imágenes, hay una charca próxima a la puerta que está sucia y podría ser un foco de estos insectos, tal como comenta Mena, quien argumenta que los mosquitos provienen de la obra, ya que en el solar “hay agua empozada debido a las lluvias, que han formado grandes charcos y el agua se ha quedado ahí al no haber movimiento en la obra”.
La subestación eléctrica, herencia de Unelco
El solar en el que se están acometiendo estas actuaciones es muy grande, cerca de los 14.000 metros cuadrados, pero fuera de él existe uno de los eternos problemas del barrio de Guanarteme, la subestación eléctrica de Unelco situada en la calle Secretario Padilla, la cual está ilegalmente ocupando la parcela debido a que no tiene licencia municipal para ello, según dictaminó hace varios años una resolución emitida por el Ayuntamiento. Habría que remontarse hasta los últimos años de los 90, ya que es de aquí de donde viene el problema, porque cuando se le permutó a Unelco las oficinas en el Woermann a cambio de esta parcela, no se introdujo en esta negociación la mudanza de la estación eléctrica. La mayor molestia que ocasiona en el vecindario la subestación es que emite humos, ruidos y vibraciones, además de la ionización positiva del medio ambiente, que es perjudicial para la salud porque debilita a las personas debido a que les disminuye las defensas inmunológicas, dificulta la circulación sanguínea y acarrea problemas respiratorios.
Aunque en los planos del centro deportivo no se recoge actuación con la subestación, seguramente su construcción permitirá ejercer presión para que esta sea trasladada a otro espacio. Según explica José Eduardo Ramírez, el Ayuntamiento ofreció un espacio en las inmediaciones de la carretera de Chile, pero la compañía eléctrica solo lo aceptará si se le paga el traslado, por lo que el conflicto radica aquí. A pesar de ello continúan las negociaciones con Endesa, tal como comenta Martín Muñoz, aunque desde el PSOE no creen que la solución vaya a ser inmediata porque el problema está en “alcanzar un acuerdo con Endesa que el Ayuntamiento pueda asumir”.
No obstante, desde Ingesport, aunque ven esto como “un punto crítico”, creen que no tiene que mermar los atributos de la parcela porque no puede “eclipsar ni colapsar la atención del edificio”, y aunque evidentemente a la empresa le gustaría que desde el punto de vista medioambiental sea “mucho más atractiva”, no quieren ver este generador eléctrico como un hándicap, sino como algo que “ciudadanos, Ayuntamiento y Unelco” tienen que resolver por el beneficio de todos más pronto que tarde, hecho por el que Isabel Mena también remarca que “hay que seguir trabajando para alcanzar un acuerdo cuanto antes”.
Casi 3.000 metros cuadrados de Playa de Las Canteras
El proyecto es ambicioso y permitirá recuperar la playa a los vecinos de Guanarteme en particular y a los ciudadanos en general, ya que cuando se termine, previsiblemente a finales de 2014, la ciudad habrá ganado 2.800 metros de Playa de Las Canteras más tras la demolición del aparcamiento sobre el que está actualmente el paseo y que abomba este, creando una pendiente en la zona peatonal. Un aparcamiento que nunca se llegó a utilizar y que únicamente acogió (y acoge) un balneario y las dependencias de la Cruz Roja y la Policía Local, obra creada durante el mandato de Jerónimo Saavedra.
A este aumento de la playa hay que añadirle la modificación del propio paseo, ya que paralelamente a las obras de GoFit se acometerá la demolición del actual paseo y la construcción del nuevo, que permitirá la alineación de la avenida con la calle Pizarro. Así, el nuevo se sostendrá con cinco pilares, por lo que la nueva avenida será similar a una pasarela bajo la cual crecerá tanto la playa como una plaza que servirá de acceso al centro deportivo y en la que está previsto que haya una cafetería y los locales que albergarán a la Policía Local, la Cruz Roja, el balneario y una escuela de surf. Esta obra será llevada a cabo por el Cabildo de Gran Canaria, quien destinará 1,5 millones de euros para salvar esta distancia de casi 120 metros que permitirá que la ciudad pueda disfrutar de 25 metros de zona de baño.
Complejo deportivo de última generación
Cuando el proyecto esté finalizado, la ciudad contará con un moderno centro deportivo con precios populares. Una de las exigencias del Ayuntamiento cuando se licitó la obra es que la empresa ganadora, que tendrá la concesión por 31 años, debería tener a cambio unos precios populares que fueran accesibles para la gran mayoría de los ciudadanos. Los precios ya están fijados, y se ha establecido que el abono mensual individual cueste 36 euros, el familiar 49 y el de la tercera edad, 18, lo que permitirá que entre 8.000 y 10.000 vecinos sean usuarios de GoFit. Por estos precios se podrá gozar de una amplia oferta de usos deportivos, recreativos y educativos orientados al bienestar de la salud de la ciudadanía. El edificio albergará seis piscinas, de las cuales dos serán para la práctica y enseñanza de la natación, mientras que las cuatro restantes serán un vaso terapéutico, un jacuzzi, una pileta de agua fría para después de la sauna y un camino de guijarros para masajes en los pies. Aparte, tendrán cinco gimnasios para actividades de musculación y cardiovasculares, además de yoga, Pilates, aerobic o fitness, entre otras actividades.
A esto hay que añadirle la zona destinada a SPA, la cual estará dotada con amplio baño turco y una sauna panorámica, junto a otra sauna de cuatro duchas. Estos servicios se ampliarán con un espacio de ludotecas, una zona para cuatro cabinas de fisioterapia y una cafetería con terraza exterior, además de un garaje subterráneo que tendrá 201 plazas de aparcamiento. En total está previsto que se creen unos 50 puestos de trabajo fijos y permanentes. Según explica Carmen Sosa, cuando el edificio esté levantado, que calcula que sea en torno a septiembre, se comenzará la preselección de personal y la labor de marketing, captación, visitas del edificio, para posteriormente realizar el equipamiento deportivo del complejo.
Por tanto, si todo marcha bien, todos los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria podrán gozar, por una parte, de una playa mucho más amplia y que volverá a tener el espacio que le fue robado con un aparcamiento fruto de la especulación y, por otro, un moderno complejo deportivo que contará con precios populares que permitirán el uso y disfrute de toda la familia para finales de este 2014.
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