Del abuso de poder a las ciberviolencias machistas: lo que destapan los testimonios contra Armando Ravelo según las expertas

Armando Ravelo.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Humillaciones, insinuaciones, acoso… son algunos de los hechos que se describen en los testimonios que apuntan desde el fin de semana pasado a Armando Ravelo. La primera persona en denunciar expuso cómo el cineasta le hacía insinuaciones sexuales por redes sociales cuando aún tenía solo 15 años. Otras actrices, exparejas y trabajadoras en general del mundo del cine han salido a denunciar públicamente los comportamientos machistas del autor estallando así un Me Too canario que llega tras las acusaciones de violencia sexual de otro cineasta en el panorama nacional, Carlos Vermut. Las expertas coinciden en que la denuncia social es igual de válida y que hay que respetar los tiempos de las víctimas

La exdelegada del Gobierno contra la violencia de género Victoria Rosell explica que este Me Too es muy valioso porque posibilita “la verdad”, que es el primer paso para que haya justicia y reparación, pero que no necesariamente tiene que ser consecutivo. Remarca que solo un 8% de las mujeres denuncia en los juzgados la violencia sexual y que esto no debe quitar credibilidad a las víctimas sino que se debe reforzar la reparación social y simbólica. “Un Estado consciente de su nivel de violencia machista sistémica es proactivo” y por ende insiste en que se deben dar medios y recursos antes de que esa mujer tenga una sentencia firme, que por muchas causas puede no tenerla. 

Rosell incide en ir desterrando el término abuso y hablar de agresión (igual que en el caso de la futbolista Jennifer Hermoso) para que se hable de violencia sexual, que añade que tiene diversos grados. La Ley del Solo sí es sí define la agresión sexual como que se  “realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento”. La magistrada destaca que aún se palpa en la sociedad una concepción muy masculina de lo que es violencia, que va más allá de la violencia física. 

En cuanto a los testimonios que señalan a Armando Ravelo, la magistrada recuerda que en el primer caso se trata de una adolescente que se está incorporando a la vida laboral y que el machismo “nos domestica” en el “abuso de poder” y “entra de lleno en tus facetas vitales y sexual”. Por ello, sostiene que no puede existir “este aprendizaje en el ámbito artístico”. Otro aspecto que destaca es esa violencia que se está produciendo en los soportes digitales, un ámbito donde las menores están recibiendo las primeras agresiones. “Las niñas están más expuestas y esto conduce a un nivel de estrés y de angustia que lleva a que muchas tengan incluso ideación suicida”, advierte. 

La especialista en violencia sexual y de género Kika Fumero también coincide en que este Me Too es síntoma del empoderamiento feminista a escala mundial y menciona los antecedentes de este movimiento en Estados Unidos, el #Cuéntalo de la periodista Cristina Fallarás o el caso de la futbolista Jennifer Hermoso. “Estamos asistiendo a un momento de unión también motivado por una red tan poderosa como las redes sociales”. Cree que en Canarias este Me Too es aún incipiente y que pueden salir más casos por destapar. Así mismo, insiste en que el movimiento feminista está creciendo y que muchos de los recursos los están poniendo las mujeres de manera gratuita porque muchas feministas son juezas, abogadas, fiscalas, psicólogas… “Ahora más que nunca debemos estar ahí apoyando a las víctimas y no bajar la guardia”, apunta. 

Para Fumero, es fundamental desplegar más recursos para sostener a las víctimas, porque una vez que dan sus testimonios, están sometidas a una presión las 24 horas del día y es un “desgaste”. “Hay que acompañarlas hasta el final en el proceso porque desde que haya una falla, sabemos del poder que tienen esas personas (los agresores) y que son el motivo por el que estos casos no han salido a la luz”, indica. Esos agresores pueden intentar machacar o intimidar a las víctimas por canales privados. “No podemos permitir que las víctimas caigan y si caen tenemos que sostenerlas con todas las herramientas y recursos que necesiten”, apunta. Por ello, más allá del apoyo emocional y social público hace mención a los recursos del Gobierno, que debe tener “una actitud proactiva” en todo ello, ofreciendo su apoyo a las víctimas. 

En este sentido, la directora del Instituto Canario de Igualdad, Ana Brito, expresó poco después de que salieran a la luz los testimonios que señalan a Armando Ravelo que condena “cualquier conducta, expresión verbal o abuso que atente contra la dignidad de las mujeres”. “No podemos consentir que desde una situación de poder se normalice el abuso y comportamientos machistas”, dijo a la vez que animó a las víctimas a que cuenten sus testimonios. Por su parte, la consejera de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, Isabel Mena, recordó que este Me Too es toda una conquista del movimiento feminista y recordó que esta corporación ha abierto un servicio específico para tratar las ciberviolencias machistas. 

Cabe recordar que toda víctima de violencias machistas o quien conozca un caso puede llamar al Dispositivo de Mujeres Agredidas de Canarias del 1-1-2, donde se le ofrecerán recursos psicológicos, jurídicos y de otra índole. Así mismo, existe el teléfono de información 016. 

Elisa Pérez Rosales, portavoz del Foro contra la Violencia de Género de Tenerife, remarca que desde que sale un testimonio, salen muchas otras mujeres porque entienden que no les ha ocurrido solo a ellas. Además, incide en que la denuncia social es igual de válida, lo que ocurre es que “se cuestiona la palabra de las mujeres”. Y esto, incide en que una estrategia “patriarcal y machista” y que tiene que ver con que no se cuestionen los privilegios. 

El magistrado Joaquín Bosch ya destacó en sus redes sociales tras los casos de Vermut y Ravelo que las mujeres afectadas tienen la posibilidad de buscar una condena penal, pero esa no es la única respuesta existente. “Una víctima puede preferir simplemente que se conozcan los hechos y que se produzca un reproche social. Y está en su derecho de reclamarlo”, afirmaba. Y añadía que “la clave de estas denuncias sociales es que los hechos sean veraces” y que “la veracidad no queda afectada por el hecho de que una víctima tarde años en contar los hechos”, resume. 

El abuso de poder en el cine 

Kika Fumero recuerda que en el caso que señala a Armando Ravelo se da un claro “abuso de poder”. Se trata de un sector marcado por la inestabilidad laboral en el que quien tiene el poder son en su mayoría hombres y que ya han descrito muchas actrices. “Las jóvenes son las más explotadas por esa ideología patriarcal”, agrega. Por ello, incide en la necesidad de contar con recursos pues estas personas quedan en una situación precaria. Ese acoso y esa relación de poder que se ejerce sobre las mujeres cuando este cineasta tiene ese poder de llamarlas para darles papeles y se aprovecha de su situación de vulnerabilidad para acosarlas“, añade Pérez Rosales. 

Las expertas lo comparan con el caso de Rubiales y la agresión sexual a Jennifer Hermoso durante el Mundial de Fútbol. “Si esa situación fue visible porque fue retransmitida en televisión, imagina lo que pasa cuando las mujeres lo sufren en silencio y en esos espacios donde se vuelve a cuestionar su palabra”, agrega la portavoz del Foro. 

La abogada especializada en violencia de género Natalia Morales indica que el fútbol o el cine son ámbitos donde durante mucho tiempo se han dado casos de abuso de poder y que gracias a las campañas de sensibilización y a que una mujer lo cuenta, lo hacen las demás. El hecho de que sea común y habitual en determinados sectores, lo hace aún más “gravoso”, apunta. Insiste en que tanto el acoso laboral como el sexual son constitutivos de una violencia machista. 

Las ciberviolencias en auge

Natalia Morales indica que lleva ya muchos años detectando las ciber violencia machista en casos de parejas y exparejas, lo que añade que ahora se visibilizan más. “Los maltratadores usan muchísimo los vídeos e imágenes que se realizan en la intimidad y la aprovechan con intención de amenazar posteriormente a la víctima”, señala. En el mismo sentido, se expresa la abogada Beatriz Palmés, que indica que el término ciber más que definir la conducta, define el medio. La conducta indica que es la de generar un daño y la herramienta serían en este caso las redes sociales, el teléfono etc. Se trata de canales por los que se lleva tiempo colando la violencia pero ahora está más en auge. 

¿Cómo se puede reparar a las víctimas? 

Kika Fumero afirma que lo que describen los testimonios que han salido hasta ahora es que se trata de una agresión sexual y que el cineasta, pese a que ha confesado gran parte de estos hechos que se han denunciado, cuando se le pregunta por la reparación solo responde que es difícil acercarse ahora a esas personas, como si a las víctimas les bastara un perdón. Para la experta eso es infantilizarlas.

Elisa Pérez Rosales remarca que son fundamentales los recursos para la atención del conjunto de mujeres en cada situación de violencia, pero que muchas veces las mujeres no se sienten protegidas por el sistema. Por ello, destaca que las víctimas tienen que buscar alternativas como la denuncia pública. 

La abogada Beatriz Palmés apunta que el daño es un “vínculo” y recientemente colgaba un vídeo en sus redes sociales donde expresaba que existen iniciativas de justicia restaurativa de mediación penal (proceso de diálogo en el que se busca un acuerdo), pero añade que esto no se debe meter “con calzador” e incide en que esto no se puede usar en casos de violencia de género; pues la víctima estaría en situación de “inferioridad” frente al agresor y es una manera de revictimizar a las mujeres.

Para la abogada Natalia Morales tanto la denuncia social como la judicial son relevantes e incide en que la jurisprudencia tiene más que superado que no se puede juzgar a una víctima por el tiempo que tarde en denunciar esa violencia. “Si una víctima tarda 20 años, el caso será enjuiciado en las mismas condiciones como si una mujer denuncia al día siguiente”, explica. Además, apunta que La Ley del Solo si es sí recoge que el derecho a la reparación incluye además de las indemnizaciones por daños morales que te haya podido ocasionar, por el dinero que has dejado de recibir o la pérdida de ingresos, incluido el lucro cesante. 

En concreto, la Ley del Solo sí es sí recoge que “las víctimas de violencias sexuales tienen derecho a la reparación, lo que comprende la indemnización a la que se refiere el artículo siguiente, las medidas necesarias para su completa recuperación física, psíquica y social, las acciones de reparación simbólica y las garantías de no repetición”. Uno de los temas que ha salido en el debate público estos días es si se pueden usar vías efectivas de reparación del daño.

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