Radiografía del sistema universitario canario: de la eclosión de las privadas a la función de ascensor social de la pública

Pruebas de la EBAU en la ULPGC.

Jennifer Jiménez

7 de diciembre de 2024 18:46 h

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En Canarias ya hay más universidades privadas (cinco) que públicas (dos), además de la UNED. Tanto la Universidad de La Laguna (ULL) como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) siguen aunando a un mayor número de estudiantes. El curso pasado, según los últimos datos del ISTAC, en la ULL había matriculados 20.128  alumnos y alumnas el curso pasado, mientras en la ULPGC eran 17.537 las personas matriculadas. Mientras tanto, las matriculaciones en la privada han aumentado un 713% en cinco años

En 2019, había 2.015 matriculados y 486 egresados entre la Universidad Europea de Canarias, la Fernando Pessoa y la del Atlántico Medio; en 2020, 1.565 matriculados y 617 egresados; en 2021, 4.815 matriculados y 1.968 egresados; y en 2022, 5.649 matriculados y 2.768 egresados. Además de estas dos universidades, también opera en Canarias la de Las Hespérides y pronto arrancará la Universidad Tecnológica de Canarias (TECH).

La expansión de las privadas es una tendencia que ha seguido en los últimos dos años en los que se han aprobado numerosas nuevas titulaciones. En septiembre de este año se aprobaba el Máster Universitario para el Acceso al Ejercicio de la Abogacía y la Procura y el Máster Universitario en Gerontología, Dependencia y Salud por la Universidad del Atlántico Medio. También el BOC anunciaba la aprobación del Grado en Medicina y Máster Universitario en Sistemas Integrados de Gestión por la Universidad Europea de Canarias o el Grado en Biomedicina para esa misma universidad. 

En 2023 también se anunciaron nuevos títulos o el hecho de que el Gobierno de CC-PP exima a la universidad privada Fernando Pessoa de pagar al Servicio Canario de Salud (SCS) para que su alumnado de Enfermería y Medicina pueda realizar prácticas en centros de salud y hospitales públicos del Archipiélago. 

Por qué proliferan las privadas

El director de la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa (ACCUEE) José Saturnino Martínez explica a este periódico que en el Archipiélago se dan varias peculiaridades que dan un margen a estas universidades privadas que han aflorado en los últimos años. Por ejemplo, un estudiante que no recibe beca y que quiere estudiar Psicología (una carrera que no hay en la ULPGC) tiene que irse a La Laguna, y si hace cálculos le puede salir más rentable matricularse en la Fernando Pessoa. “Hay un margen en Canarias, que es que si tienen problemas para estudiar en la universidad de su isla lo tienen más complicado que si estuviesen en la Península. Entonces, hay un mercado que pueden cubrir las privadas, una necesidad que no existe en la Península”, resume. 

Además, el sociólogo cree que hay que tener en cuenta de las universidades privadas que se ofertan en Canarias, que una es online y otra que empezará a operar pronto también lo es. En las Islas estas universidades también se benefician de las condiciones fiscales, especialmente las que son online. “Digamos que hay una serie de elementos que permiten dar una posibilidad a la privada mayor en Canarias que en otros sitios”. Asimismo, las privadas han aprovechado dos espacios: carreras que no hay plaza en la pública y máster de alta demanda como el de formación del profesorado o de carreras sanitarias. 

También hay veces que ofertan títulos que la pública no está ofertando. “Hay que tener en cuenta todos esos elementos para entender ese crecimiento que está viviendo la oferta”, remarca el sociólogo. De hecho, hay una expansión en la formación no oficial. “El crecimiento en la próxima década se verá más en la formación no reglada y eso ”dependerá del reconocimiento que las privadas vayan teniendo en la calidad de lo que hacen“. En este punto, incide en que las universidades públicas también tienen títulos no oficiales con mucho reconocimiento. 

El sociólogo destaca que cuando hay crisis económicas hay mayor demanda de formación y recuerda que la nueva ley universitaria da la posibilidad de ofertar títulos reglados como no oficiales. “Personas que a lo mejor llevan cinco o diez años en su sector y quieren cualificarse”, apunta. Martínez subraya que en un contexto de reducción de la natalidad va a haber menos estudiantes jóvenes, pero hay posibilidad de que siga existiendo una demanda creciente online o también cree que hay posibilidades de dirigirse a públicos extranjeros, incluso en las presenciales. 

Sostiene que la universidad pública también puede diversificarse en el sentido de llegar a sectores que a lo mejor son estratégicos desde el punto de vista cultural, de identidad de lo canario… 

El papel crucial de la pública

Saturnino Martínez apunta que las universidades públicas en tanto que tienen la matrícula subvencionada desempeñan “un papel fundamental en lo que es la movilidad social ascendente”:  personas que a lo mejor no tienen muchos recursos y debido a que no tiene que pagar tanto como en la privada puede ir a la pública. “Es verdad que hay un filtro previo importante que es acabar el Bachillerato o la FP, un filtro que opera con mucha fuerzas”, agrega. Además, están las políticas de becas, aunque muchas veces no cubren todo el proceso de formación. “Como Canarias es una región más pobre, lo que va a encontrar es más alumnado becado”. Por ello, insiste en que esa función de la pública siempre va a estar ahí pese a la privada. 

El estudio El perfil socioeconómico del estudiantado universitario en España, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, reflejó que “la ocupación y los estudios de los padres influyen en la elección del tipo de universidad y de los ámbitos de estudio de los alumnos universitarios y determinan también su rendimiento, aunque lo hacen de formas distintas, dando lugar a una población heterogénea y diversa”. En este sentido, Canarias es una de las comunidades con principales porcentajes de progenitores con ocupaciones bajas (30,9%). 

El informe concluía que los perfiles familiares medios y bajos tienden a matricularse en universidades públicas en mayor medida que los perfiles altos. La mayoría de los alumnos de universidades privadas pertenecen a familias con progenitores con ocupaciones altas y/o estudios altos. 

Ocho de cada diez titulados, trabajando a los cinco años

Hace unos meses la ACCUEE publicó un estudio junto al ISTAC en el que se reflejaba que ocho de cada diez personas tituladas en las universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria en 2018 (78.08%) estaban trabajando a los cinco años de haber egresado, es decir, de haber obtenido su titulación. Los últimos datos publicados indican que entre el alumnado egresado en 2022, la tasa de inserción laboral al año de concluir sus estudios universitarios fue del 62,17%.

La rama de Ciencias de la Salud ha sido la que ha conseguido una tasa de inserción laboral más alta, con un 83,52% del alumnado egresado que trabaja. Ingeniería y Arquitectura (82,87%) y Ciencias Sociales y Jurídicas (77,84%), son las siguientes en volumen de inserción laboral. Las personas tituladas en la rama de Artes y Humanidades han sido las que han tenido una tasa de inserción menor, con un 62,77%, seguidas de las de la rama de Ciencias (73,09%).

En 2022-2023, el total de estudiantes que terminaron sus estudios universitarios de grado, máster o doctorado en las universidades públicas canarias fue de 6.537. De estos 4.027 fueron mujeres y 2.510, hombres. Más de la mitad de estas personas, 3.307, han concluido sus estudios de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas. 

Saturnino Martínez destaca que ese discurso de que tener estudios universitarios no sirve es resultado de unas comparaciones erróneas. “Lo que suele ocurrir muchas veces es que la gente mira las tasas de paro juvenil y entonces ve que entre los universitarios hay más nivel de paro o hay un nivel de parto alto con respecto a otros títulos de FP, pero el error es que el paro juvenil, según las definiciones internacionales estadísticas, se entiende entre personas entre 16 y 24 años. Ahora, le gente entiende como joven a personas de más de 20 años, entonces no es una cuestión de la edad en sí misma sino de ¿cuánto tiempo hace que acabaste los estudios?”, señala. 

En este sentido apunta que las personas que acaban un máster, por ejemplo, termina sus estudios tres años más tarde y busca trabajo más tarde que alguien que haya cursado un ciclo. “Es una cuestión de tiempo”, incide. “Cuando haces bien la comparación y no tomas la edad como referencia sino el tiempo desde que terminó los estudios, pues ahí, la universidad mejora”, remarca. No obstante, hay que tener en cuenta que hay mucha heterogeneidad en las carreras. “Hay gente que encuentra trabajo incluso sin terminar los estudios, como las que tienen que ver con la informática, y ahí hay un alto abandono porque sin terminar los estudios ya las empresas los están buscando”, aclara. 

Por otro lado, defiende que hay carreras que pueden ser estratégicas desde el punto de vista cultural o de sentido de la sociedad, pero “luego desgraciadamente esa importancia cultural no se ve recompensada con buenas oportunidades laborales”, indica. Por ello, subraya que a la hora de pensar en el mercado de trabajo no se puede “pensar en la universidad como un todo” y “el único criterio de los títulos no puede ser el de la rentabilidad laboral porque esto es algo que viene con el ciclo económico, con las demandas sociales y hay otros elementos. Está bien que el alumnado lo sepa cuando se matricula”, sostiene. “No podemos pensar que lo bueno es lo que demanda el mercado, porque el mercado es voluble y la sociedad es algo más que el mercado”, insiste. 

Canarias, a la cabeza en abandono universitario 

Las universidades de Canarias tienen entre sus alumnos la mayor tasa de abandono de los estudios del país, del 19,1%, mientras que la más baja corresponde al País Vasco, con un 10,8%, según la Estadística sobre indicadores universitarios del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Se trata de unos datos donde también destaca Balears por su elevada cifra de abandono (16,8). Saturnino Martínez explica que en la ACCUEE se preguntaron esta cuestión ya que las mayores tasas se daban en archipiélagos con gran peso del turismo. No obstante, detectaron que hay varios elementos que coinciden con otros territorios pero hay algo particular de los dos archipiélagos. 

El sociólogo señala que en toda España el alumnado que saca mejores notas en la PAU se mueve más. “Los mejores de la comunidad de Madrid se van más de la comunidad de Madrid, los mejores de Barcelona se van más de Barcelona…” Y el tipo de alumnado con muy buena nota tiene bajas tasas de abandono. “¿En Canarias qué pasa? Que un buen número de alumnado se va, pero no nos viene buen alumnado”. Pero incide en que esto se debe a nuestras condiciones archipielágicas ya que un estudiante que viva en Madrid, si decide irse a Salamanca está a 200 kilómetros, pero venirse a Canarias supone 2.000 kilómetros. “Entonces, hay un problema estructural base que da la condición archipielágica que hace que el alumnado que saca más notas en la Península, no elija títulos en Baleares o Canarias”, incide. 

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