“Me humilló y me forzó a hacer cosas que yo no quería”: nuevos testimonios señalan al cineasta canario Armando Ravelo

Armando Ravelo en la presentación de su última película.

Nayra Bajo de Vera

Santa Cruz de Tenerife —

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“Yo lo admiraba y él lo utilizó para hacer conmigo lo que quería”. Así relata su relación con el director de cine Armando Ravelo una joven que, para contar su experiencia, ha solicitado permanecer anónima. Durante casi dos años, explica, mantuvieron una serie de prácticas sexuales “inapropiadas, desagradables e incómodas” a las que accedió debido a la “manipulación” que ejerció sobre ella, que se mezcló con “el cariño y el amor” que sentía por él: “Me humilló y me forzó a hacer cosas que yo no quería”.

Se conocieron, cuando ella tenía 25 años y él 38, en una charla sobre cine canario. En aquel momento, ella era estudiante universitaria, pero ni ahora ni entonces ha estado vinculada al mundo de la actuación, el cine o el teatro. Comenzaron entonces una amistad que “poco a poco fue volviéndose manipuladora y abusiva” hasta el punto de dejarle huellas psicológicas que duraron “mucho tiempo”.

Según narra la joven a Canarias Ahora, el cineasta trató de separarla de una amiga suya cuando esta detectó patrones abusivos en la relación. Entre otras cosas, asegura, la forzó a mantener relaciones sexuales sin preservativo. Cuando decidió romper lazos con él, continuó enviándole mensajes “durante un año entero”, a pesar de que ella había dejado de contestarle. Al final, le explicó por qué no quería volver a tener contacto con él y lo bloqueó en redes sociales. Acto seguido, Armando la llamó y le envió varios SMS donde la acusaba de haber tenido una “salida de tono” y de haber intentado hacerle “daño” con sus palabras, tal y como ha podido comprobar este periódico.

“Quiso grabarme mientras teníamos relaciones sin decirme nada”

Su testimonio es uno de los muchos que se han ido sumando en los últimos días. La joven señala que distintas personas le contaron que Armando había tenido conductas similares con otras mujeres, tanto dentro como fuera de la industria del cine. Ella insiste en que su caso es la “prueba de que no solo utiliza su poder como director de cine para aprovecharse de mujeres del sector”, sino que también “utiliza su privilegio sexual para mantener relaciones basadas en la sumisión de sus parejas y la diferencia de edad le facilita el objetivo”.

Sin embargo, no se decidió a contar su experiencia hasta la fecha por temor a las consecuencias: “Quiso grabarme mientras teníamos relaciones sin decirme nada. Me manipuló y me presionó para que accediera. No he hablado durante mucho tiempo por miedo a que esas imágenes se hicieran públicas”. 

El miedo es un factor que comparten muchas de las mujeres que están comenzando a denunciarlo públicamente. La artista Koset Quintana, la primera que publicó su relato en redes sociales, tardó años en hacerlo porque “existe un miedo en el sector a la falta de credibilidad y a ser tachada en una lista laboral”, según ha declarado a este periódico. En su caso, Armando se le insinuó sexualmente cuando ella aún era menor de edad, tal y como puede leerse en las conversaciones que publicó a través de Instagram.

A raíz de ello, decenas de personas compartieron cómo el cineasta ejerció distintas formas de abuso, laboral y sexual, entre las que se han pronunciado varias actrices canarias. Otras personas que forman parte del sector, incluyendo hombres, también han subrayado que utilizaba su influencia y contactos en la industria para “amenazar” con “no volver a tener un trabajo” a quienes querían exponerle.

Secretos a voces

La actriz y presentadora Ruth Armas fue la primera en denunciarlo, años atrás, mediante vías legales. En su caso no fue por acoso sexual, sino por el impago de su trabajo como protagonista del corto Ansite. No obstante, Ruth señala que en este mundillo no son pocas las personas que conocían sus prácticas pero no daban el paso a denunciar, sobre todo por temores fundados.

Una de las personas que tenía conocimiento de ello es un director y actor que, por ahora, ha decidido no dar su nombre para que “el espacio lo ocupen principalmente las chicas que están denunciando los abusos”. Recuerda que cortó lazos con Armando años atrás debido a las actitudes que escuchó por otras personas del sector y que el propio Armando le confirmó. Entre otras cosas, asegura que impartía charlas y talleres de interpretación, sin tener la formación suficiente para ello, con el fin de encontrar chicas nuevas a las que insinuarse. Tras decidir no relacionarse con Armando, este trató de dar mala imagen personal y profesional de él para evitar que le dieran oportunidades laborales y mermar su reputación. 

Varias de las mujeres que han ofrecido sus testimonios aseguran que lo conocieron a través de este tipo de actividades que organizaba, como es el caso de Koset. Tanto ella como la actriz Cristina Piñero coinciden en que tenía “predisposición” por estar con chicas más jóvenes que él. “Lo que ha llegado al oído público es que ha ido a por muchas”, añade Koset. 

Cristina agradece que en su momento tuvo a un amigo suyo cerca, que también forma parte de la industria, para advertirle de que “manipula y acosa” a mujeres, sobre todo “jovencitas y guapas”, diciéndoles que hay algo “especial” en ellas: “Si me dice lo mismo con 16 y no tengo a nadie al lado que me avise, pues ya está hecho”. 

Asimismo, varias de las mujeres consultadas, que han pedido que sus nombres no aparezcan, aseguran que Armando les relató de forma “explícita” sueños eróticos que había tenido con ellas. 

Un sector en revisión

Los abusos sexuales y de poder en la industria del cine siguen ocurriendo mientras que las personas que los sufren, sobre todo mujeres, “tienen miedo a las represalias y no dicen quiénes son”. Así lo afirmó a elDiario.es Brays Efe, actor y presentador de la última gala de los premios Feroz, a raíz de que tres mujeres anónimas acusaran al director de cine Carlos Vermut de ejercer “violencia sexual”. Su caso salió a la luz días antes que el de Armando Ravelo. 

Varias mujeres pertenecientes a la industria canaria del cine y el teatro, que fueron consultadas por este periódico, aseguran que también han sufrido distintos tipos de violencia por parte de otros hombres. “Un compañero me besó sin mi consentimiento, un jefe me invitó a quedarme en su habitación, un compañero me dijo que me imaginaba colocada haciéndole una felación, etc.”, relata una de ellas. 

La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) ha expresado estos días, a través de un comunicado, que “condena la violencia sexual y cualquier forma de abuso contra las mujeres”. Asimismo, ha destacado su preocupación “por el miedo de las víctimas a denunciar”, por lo que, apunta, “ha llegado la hora de decir basta”. También, por el caso de Carlos Vermut, la Academia de Cine se ha solidarizado con las víctimas y asegura que “visibilizará la reivindicación del fin de los abusos en el cine en la próxima gala de los Premios Goya”.

“Del silencio absoluto a esto”

Al margen del apoyo institucional, Koset subraya su preocupación ante “la falta de recursos” existentes para expresar este tipo de abusos. Sin embargo, valora el apoyo que está recibiendo y que ha derivado en que muchas personas tengan el “valor” de empezar a hablar: “Ha sido sorprendente, del silencio absoluto a esto”. 

De hecho, el paso que dio la artista fue un aliciente para que otras se animasen a contar lo que les ha pasado. “Ahora sé que somos muchas y que lo que me pasó a mí no es un caso aislado”, incide una de las jóvenes. Sin embargo, Koset también considera que centrar la atención mediática en su caso, al que insiste que ya no tiene nada que añadir, “es un gran riesgo y un agobio”. Durante los últimos días, ha recibido mensajes “muy tristes” de otras chicas a las que anima a hablar porque ella no puede contar sus historias. “Algunas tienen tanto miedo que han creado cuentas falsas para dar su testimonio”, añade.

En los últimos días, Armando Ravelo borró sus cuentas en redes sociales y comunicó que abandona el cine. Fue contactado a través de llamadas y mensajes para este reportaje pero no hubo respuesta. Previamente, ya declaró a este periódico que siente “mucha culpa” y se “avergüenza” por su forma de tratar a las mujeres en aquella época, lo cual achaca a una “ola narcisista” que atravesó y a un “estado precario de salud mental”. Indicó, asimismo, que ha asistido a terapia.

Si tienes más datos sobre este caso o conoces otros similares, puedes escribirnos a pistas@eldiario.es

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