Canarias no se 'apaga' contra el cambio climático

A las 19.55 horas, momento en el que comenzó la protesta, la demanda registrada en el sistema eléctrico era de 40.830 MW, cifra que descendió hasta los 39.780 MW para, en torno de las 20.00 horas, iniciar su recuperación hasta volver a su situación habitual. El presidente de REE, Luis Atienza, cifró la caída del consumo en unos 1.000 MW, aunque la cifra exacta es difícil de precisar, pues la acción concertada de los ciudadanos coincidió con el final de la jornada laboral, momento en que la curva de demanda eléctrica inicia su descenso desde su máximo diario.

Atienza señaló que la situación fue “gestionada perfectamente con los procedimientos ordinarios”, sin que hiciera hecho falta recurrir a plan de alerta previsto por la compañía, y mostró su satisfacción porque “el acontecimiento” se haya resuelto “con normalidad”. REE, empresa que actúa como gestor técnico del sistema eléctrico y vela por el equilibrio entre demanda y oferta de electricidad, había diseñado un protocolo de actuación para poder afrontar una caída de la tensión de hasta tres veces mayor de la producida.

La compañía constituyó durante la mañana de este jueves un comité de alerta para afrontar los hechos y decidió multiplicar por cuatro el número de operadores que trabajan en su centro de control, explicó Atienza. REE había hecho también una reserva extraordinaria de centrales de generación (principalmente hidroeléctricas) para poder contar con mayor potencia de generación instantánea en el momento que el consumo volviera a normalizarse.

Asimismo, tenía previsto un refuerzo de la interconexión eléctrica con Francia para contar con una potencia extra en caso de necesitarse. Sin embargo, no fue necesario recurrir a estos elementos, ya que la protesta ciudadana se resolvió con procedimientos de operación habituales.

El presidente de la compañía afirmó que la concienciación ciudadana sobre el cambio climático es “buena”, pero recordó que la producción y el consumo de electricidad se tienen que hacer de forma simultánea, por lo que advirtió que acciones como la de hoy de mayor envergadura pueden desestabilizar el sistema y producir un efecto muy superior al “gesto testimonial”. Según Atienza,

“los comportamientos bruscos de la demanda imprevistos pueden producir un apagón”.

Los 1.000 MW que dejaron de consumirse este jueves equivalen a la producción de una central nuclear o de 500 aerogeneradores. Atienza resaltó lo insólito de la situación de este jueves y recordó que el 12 de marzo de 2004 se vivió algo parecido, cuando miles de personas hicieron un paro cívico en su trabajo para protestar por los atentados del día anterior con una caída de la demanda de 2.500 MW.

Monumentos europeos sin luz

Algunos monumentos emblemáticos europeos, como la parisina Torre Eiffel o la madrileña Puerta de Alcalá, se apagaron este jueves cinco minutos en respuesta a la convocatoria de asociaciones ecologistas para protestar contra el cambio climático. La iniciativa, que surgió de un colectivo de organizaciones francesas denominada “Alianza”, se llevó a cabo bajo el lema de “cinco minutos de respiro para el Planeta”.

En Francia, la Torre Eiffel y una decena de monumentos de París se apagaron y muchos consumidores convocados por una asociación de consumidores para secundar esta iniciativa en sus casas. El breve apagón voluntario de esta noche puede aumentar, paradójicamente, las emisiones de gases con el encendido automático de centrales térmicas (carbón y gas) cuando los consumidores vuelvan a pulsar los interruptores.

La ciudad de Madrid se sumó este jueves al “apagón” energético promovido por la organización “Alianza por el Planeta” desconectando durante cinco minutos la iluminación de la Puerta del Alcalá, uno sus monumentos más emblemáticos. En Valencia (este de España) se apagaron las luces de todos los edificios públicos, así como los del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde en noviembre se reunirá el Grupo Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático.

El Ministerio español de Medio Ambiente animó a los españoles a sumarse al “apagón” de energía contra el cambio climático, seguido en otros monumentos como la Alhambra, de Granada. El secretario general de Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático, Arturo Gonzalo Aizpiri, dijo que se tomarán todas las medidas para evitar que la súbita pérdida de consumo -cayó la demanda de electricidad mil megavatios (mw)- y su posterior recuperación no provoquen la caída de la línea.

En Bélgica, otro monumento emblemático, el Atomium, también se quedó a oscuras, lo mismo que el Parlamento Europeo, única institución de la UE que se ha sumado a la iniciativa. Los particulares en Bélgica no fueron los únicos en desconectar el interruptor, ya que numerosos organismos, empresas y grandes sociedades han decidido unirse al movimiento, y los trenes apagaron sus luces, excepto las de emergencia.

En Holanda, las instituciones y entidades públicas no siguieron la convocatoria con tanto entusiasmo y el propio primer ministro, Jan Peter Balkenende, advirtió del peligro de que esta acción pueda llevar a un apagón general. Así, sólo un ministerio, el de Medio Ambiente, secundó el llamamiento de los ecologistas, y los ferrocarriles apagaron la calefacción, pero no las luces.

En Italia, se sumó el ayuntamiento de Roma que apagó las luces de la Plaza del Campidoglio, donde se encuentran la sede del propio Ayuntamiento y el Coliseo. También la región de Toscana (oeste), que había hecho un llamamiento a los ciudadanos para que apaguen las luces, porque “todos podemos y debemos contribuir” a frenar el cambio climático.

En Portugal, la principal organización ambientalista portuguesa, Quercus, decidió no secundar el apagón debido a que considera que el sector energético no es el principal responsable del cambio climático, sino el de los transportes. Un portavoz del Ministerio del Ambiente declaró a la prensa que la institución no se adhería a la protesta ni tenía iniciativa al respecto.

'Apagón' informativo

CANARIAS AHORA se sumó, al igual que multiples medios de comunicación, al apagón de luz promovido por la Alianza por el Planeta para luchar contra el cambio climático llevando a negro la portada de nuestro periódico durante cinco minutos.

La decisión, que supuso una desconexión simbólica de este periódico entre las siete menos cinco y la siete de esta tarde, se adoptó por este medio para llamar a la conciencia de los ciudadanos sobre el problema del cambio climático. La Alianza por el Planeta lanzó hace dos semanas en Francia un llamamiento para que los ciudadanos apaguen todas sus luces este jueves, 1 de febrero, un día antes de que se presente en París el informe IPCC sobre cambio climático.

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