El Centro de Migraciones de CEAR cumple 20 años

Centro de Migraciones Santa Lucía

Thalía Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria —

Dos décadas con mucho que celebrar. El Centro de Migraciones que tiene CEAR en el municipio de Santa Lucía cumple veinte años. Un aniversario que sus trabajadores celebran con la satisfacción que da el trabajo bien hecho y mirando al futuro con ganas y esperanza.

Tras haber acogido a 959 personas refugiadas procedentes de los cinco continentes y perseguidas en sus países de origen, hace unos meses el futuro del centro era incierto. La falta de apoyos económicos hacía presagiar que en septiembre tendrían que cerrar sus puertas. Capeado el temporal, ahora centran sus esfuerzos en brindar por sus veinte años de andadura para el que tienen preparado un amplio programa de actividades.

Juan Carlos Lorenzo, coordinador de CEAR Canarias, celebra como “una buena noticia” que desde la organización hayan logrado el compromiso de varias instituciones canarias, entre ellas varios ayuntamientos y el Cabildo de Gran Canaria. Incluso, a base de mucho esfuerzo, le han conseguido arrancar al Gobierno de Canarias una partida presupuestaria (pendiente de concretar) “para apoyar la labor del centro”.

Aunque la situación sigue siendo “delicada”, Lorenzo asegura que están empezando a coger aire. Los centros de acogida que existían en Canarias han cerrado por problemas económicos, algo que tiene muy presente, “sabemos que tenemos que adaptarnos a una realidad diferente, pero al mismo tiempo consideramos que tenemos que ser apoyados. No olvidemos que estamos hablando del único centro de estas características que existe en Canarias”, añade.

Si el centro de migraciones de Santa Lucía cerrase, las personas que solicitan protección internacional e inmigrantes en situación de vulnerabilidad se quedarían sin un lugar donde ir, ni donde recibir asistencia jurídica, sanitaria, social, psicológica y de formación y empleo. Para Lorenzo, una labor fundamental como “elemento de integración social”.

Retos para el futuro

Todavía queda mucha tela que cortar. Para el coordinador de CEAR Canarias, ahora toca “normalizar la intervención social”.

Durante 2013, el personal de la organización sufrió un Expediente de Regulación de Empleo, y lo que continuaron se sometieron a una reducción de su jornada laboral. Ahora, explica Lorenzo, el reto es “poder seguir prestando un servicio de calidad”.

Para ello hace falta “consolidar la estructura de intervención de CEAR para atender a un mayor número de personas”. El coordinador considera fundamental el “conseguir una estructura sólida y potente para poder dar una respuesta adecuada a la realidad con la que trabajamos día a día.

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