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La Educación canaria no progresa adecuadamente

El Ministerio de Educación acaba de presentar la Evaluación General de Diagnóstico, el primer informe de este tipo que se realiza en el conjunto de España según establece la Ley Orgánica de Educación (LOE), y que analiza cuatro de las competencias básicas (lingüísticas, matemáticas, conocimiento e interacción con el medio y social y ciudadano) en alumnado de cuarto de Primaria. Canarias (473 en lingüística, 463 en matemáticas, 477 en ciencias y 489 en sociales, siempre por debajo de los 500 puntos establecidos como promedio en el estudio) aparece en el pelotón de cola, junto a Baleares y Comunidad Valenciana, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en los parámetros analizados. Por el contrario, La Rioja, Asturias y Castilla y León son las destacadas en este diagnóstico, que se realiza con una metodología similar al PISA europeo.

La Educación canaria no progresa adecuadamente. Casi veinticinco años después de asumidas las competencias en este área nuestro sistema educativo sigue sin equipararse a la media estatal, pese al generoso esfuerzo inversor de nuestra Comunidad en la mayor parte de ese recorrido autonómico. Algunos factores parecen incidir en el mantenimiento de ese atraso respecto a otras comunidades autónomas.

Entre ellos aparece como significativo el menor nivel de formación del conjunto de la población, con inferior porcentaje de personas que cuenten con estudios de Secundaria postobligatoria y titulaciones universitarias. Otros análisis apuntan a la relevancia de nuestro modelo económico, vinculado en las últimas décadas al binomio turismo-construcción, y que ha hecho, que al igual que sucede en Baleares, muchos jóvenes se incorporen al mercado de trabajo sin cualificación alguna.

Numerosos factores se añaden a los anteriores, desde la persistencia de elevadas ratios profesor/alumno a la motivación y formación del profesorado pasando por la preocupación de las familias por la educación de sus hijos e hijas. A lo que se suma un importante retroceso en el gasto (¿o la inversión?) educativa. Algo que presumiblemente irá a más en los próximos Presupuestos, donde se anuncian millonarios recortes que afectarán, sin duda, a la Educación y otros servicios públicos.

Ahora, este estudio del Ministerio de Educación sobre competencias básicas - que podríamos definir como las habilidades, actitudes, conocimientos y experiencias que nos permitan desenvolvernos de manera activa y responsable en la vida- desnuda una vez más nuestras carencias y muestra que se precisa una enorme transformación si queremos que la Educación responda a las necesidades de la Canarias del siglo XXI, contribuyendo a la formación de buenos ciudadanos con posibilidades de competir en el complejo mundo del trabajo.

Para la realización del mismo se ha contado con una muestra de 28.708 alumnos y alumnas, igual número de familias, 1.341 enseñantes y 874 equipos directivos de centros educativos. En el caso canario la muestra es bastante significativa, 1.626 estudiantes, cifra similar a la que le corresponde a comunidades con mucha mayor población, caso de Andalucía o Madrid, de 50 centros de Primaria de todo el Archipiélago.

Escuela para la vida

El objetivo inmediato “es obtener datos representativos del grado de adquisición de las competencias básicas y valorar en qué medida la escuela prepara para la vida y forma a los estudiantes para asumir su papel como ciudadanos en una sociedad moderna”. Se destaca, por otra parte, que se trata de una evaluación formativa para el conjunto del sistema educativo, que debe contribuir “a su conocimiento, transformación y mejora, facilitando orientaciones para las políticas educativas”.

El objeto de la evaluación ha sido cuatro de las competencias básicas: las lingüísticas (aunque en este estudio no se abordó la oral ni las lenguas extranjeras), con contenidos relativos a relaciones semánticas, conocimientos de gramática, enunciados y textos, elementos contextuales, léxico y vocabulario y caligrafía y ortografía; las matemáticas: números y operaciones, la medida (estimación y cálculo de magnitudes), geometría, etcétera; las de conocimiento e interacción con el medio, tanto del mundo natural como del físico; y, por último, la social y ciudadana, la que permite a los ciudadanos “comprender la realidad social en la que viven, convivir y ejercer la ciudadanía democrática en una sociedad plural y comprometerse a contribuir a su mejora”.

Los resultados están expresados en una escala continua en la que la media se hace equivaler a 500, similar a lo que ocurre en el informe PISA. Además, existen cinco niveles de adquisición del grado de competencias, que van desde los 300 puntos a los 700, aproximadamente. La diferencia entre un nivel y el siguiente son unos 70 puntos.

En este sentido, sus autores destacan que las diferencias entre las comunidades autónomas situadas por encima o por debajo de ese promedio no superan en ningún caso los 50 puntos, lo que da idea de una cierta homogeneidad de nuestro sistema educativo.

Insisten, por otra parte, en que las mayores diferencias no se dan entre comunidades ni entre colegios (con una variación global que asciende al 15,8% en el caso de la lectura), sino dentro de los propios centros educativos (hasta un 84,2% en el caso de la competencia lingüística). Esto conduce, señala el Ministerio, “a la necesidad de profundizar en la autonomía de los centros y en apostar por la atención individualizada de los alumnos”; asegurando, asimismo, que el sistema educativo español tiene una elevada equidad: dos tercios de los alumnos españoles se mueven en puntuaciones medias, entre los 400 y los 600 puntos.

Comunicación

En comunicación lingüística, seis comunidades superan los 520 puntos, es decir están veinte por encima del promedio: Asturias, la mejor, seguida de Castilla y León, La Rioja, Madrid, Aragón y Navarra. Canarias, en esta competencia básica, queda por debajo de los 480 puntos, con 473, y sólo supera a Melilla, Ceuta y Baleares. Solo el 8 por ciento de los estudiantes están en el nivel 5, el más alto, en comunicación lingüística, y, sin embargo, un 15 se sitúa en los niveles más bajos.

Otro tanto ocurre en competencias matemáticas. En este caso, Canarias tiene el dudoso honor de ser la única comunidad por debajo de los 480 puntos, logrando apenas los 463, con datos mejores, eso sí, que Ceuta y Melilla. En el lado contrario de la tabla destacan en el manejo de los números, por encima de 520 puntos, La Rioja, Navarra, Castilla y León, Cantabria y Asturias.

En conocimiento e interacción con el mundo físico escalamos algunos puestos, y aunque no superamos tampoco los 480 puntos (nos quedamos en 477), dejamos por debajo a Ceuta, Baleares, Comunidad Valencia y Melilla. Seis comunidades se sitúan por encima de los 520 puntos: La Rioja, Asturias, Castilla y León, Aragón y Madrid.

En competencias en el área social y ciudadana salimos mejor parados, muy cercanos de la media de los 500 puntos, en un ranking que en la parte negativa nos deja a Baleares, Comunidad Valenciana, Ceuta y Melilla. En la cabeza, veinte puntos por encima de Canarias, se encuentran La Rioja, Castilla y León, Asturias y Madrid.

Repetidores

Por otra parte, con relación al alumnado que repite curso en cuarto de Primaria, los porcentajes más bajos se dan en Cataluña (1,3), seguida de La Rioja (2,9) y Comunidad Valencia (3,4). Nuestro Archipiélago aparece en la parte más alta de la tabla en repetidores, con el 6,5%, sólo superada negativamente por Castilla La Mancha, Baleares, Melilla y Ceuta.

Peores son los resultados en sexto de Primaria, en el que Canarias alcanza un porcentaje del 7,9, circunstancia en la que solamente nos ganan Castilla La Mancha y Ceuta.

Respecto a este asunto, el informe demuestra que los resultados de los alumnos que han repetido un curso están, de media, un nivel por debajo que el de los demás en las cuatro competencias analizadas . “El sistema educativo debe tener más flexibilidad ya que no existen expectativas de mejora en los resultados educativos de los alumnos repetidores”, aseguran.

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