La primera firma canaria en confeccionar mascarillas de tela homologadas lleva el sello de Gran Canaria Moda Cálida

Las mascarillas higiénicas de Sutramask by Ogadenia Couture están realizadas con el tejido sutran, que está “patentado en todo el mundo y es antiviral, antihongos y antibacterial"

María Rodríguez Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

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Reinventarse o morir. Esta ha sido la máxima que ha acompañado a muchos empresarios desde el comienzo de la pandemia. Sin embargo, en estos tiempos que corren, no vale renovarse a cualquier precio, ya que, ahora, todo cambio tiene que atender con lupa a las medidas sanitarias frente al coronavirus. En este sentido, la diseñadora canaria Ogadenia Díaz no solo se ha rehecho como profesional, sino que se ha metido de lleno en una de las prendas clave del momento: la mascarilla. Su firma, Ogadenia Couture, asociada a la marca Moda Cálida del Cabildo de Gran Canaria, se adelantó a las normas sanitarias desde el pasado mes de abril produciendo mascarillas de tela homologadas con un tejido inteligente, la primera en hacerlo en el Archipiélago.

Lo cierto es que lo de confecciones de cubrebocas de tela se han convertido en un hobby en muchos hogares e incluso en algunos comercios. Todo apunta, según las últimas directrices del Gobierno de España, que este tipo de confección casera tiene los días contados si no pasa por una serie de requisitos y controles de calidad sanitarias.

El pasado 11 de febrero, el Ministerio de Consumo lanzó una nueva orden con una ampliación de las medidas de comercialización y uso de las mascarillas. A partir de ahora, solo se podrán vender aquellas que estén testadas por un laboratorio autorizado, que indiquen en su envase cuál ha sido, así como los métodos de fabricación, la eficacia de filtración del material o su resistencia respiratoria, entre otros datos. Por su parte, las mascarillas higiénicas que no cumplan con estos requisitos deberán dejar de comercializarse y utilizarse en un plazo de 30 días después de la entrada en vigor del Boletín Oficial del Estado (BOE), y los laboratorios que no cumplan con esta nueva orden se enfrentarán a sanciones, como su cierre durante un periodo de cinco años.

Este cambio de rumbo poco le afectará Ogadenia, ya que su firma fue la primera en todo el Archipiélago en comercializar mascarillas de tela que cumpliesen con los requisitos de la Especificación UNE 0065:2020. En un primer momento, la diseñadora de Alta Costura le planteó su proyecto al Cabildo de Gran Canaria. “Nosotros le dimos el apoyo necesario para la tramitación con el laboratorio autorizado, en este caso, el Instituto Textil Aitex, en Valencia”, explica Juan Manuel Gabella, director de Industria y Comercio de la Corporación insular.

Lo cierto es que la Corporación insular confió desde el principio en el producto de la diseñadora grancanaria confeccionado con la tela sutran, un tejido inteligente y reutilizable, que soporta hasta 30 lavados. Esta confianza fue posteriormente avalada por el laboratorio valenciano, uno de los pocos que operaban a comienzos de la pandemia, por lo que el Cabildo no tardó en equipar a sus trabajadores y centros sociosanitarios con esta mascarilla realizada con tecnología punta. Algo que criticó en su momento la oposición, que vertió algunas dudas sobre la calidad del producto de la diseñadora grancanaria y, por lo tanto, de su utilización por parte del Cabildo. Hoy, “Consumo viene a dar la razón al trabajo de apoyo a estas mascarillas que hizo la Institución”, sentencia Gabella, y añade que la marca de Ogadenia es la única con cubrebocas autorizados en la isla de la que tiene constancia, a la venta en varios comercios y farmacias de las Islas con un precio de 15 euros.

Tejido inteligente

La tecnología sutran fue creada por la empresa barcelonesa Sutran Technology, que hace camisetas con este tipo de tejido desde hace años. Es antiviral, antihongos y antebacteriana y está patentada en todo el mundo. Ogadenia tuvo la oportunidad de formarse y trabajar en esta compañía textil, experiencia gracias a la cual se inspiró para dar un vuelco a su negocio en tiempos de pandemia. Ahora, complementa su diseño de trajes de novia y fiesta con el de las mascarillas. “En mi trabajo, lo textil es primordial y, por otro lado, tenemos la innovación como una de nuestras reglas esenciales”, explica.

El sutran tiene una filtración bacteriana del 91,5% y una alta capacidad de oxigenación, con respirabilidad de valor 31. Además, “es antimanchas, hipoalergénico, sostenible y tiene la capacidad de combatir el sudor y el olor”, detalla la empresaria. Una tecnología traída del futuro más inmediato de la que se hicieron eco en varios puntos de la Península, incluso en otros países como “Inglaterra, Suiza o Italia”, que no tardaron en ponerse en contacto con la firma de Moda Cálida.

No obstante, este tejido no solo se ha utilizado en mascarillas, sino que también se ha destinado a la confección de prendas higiénicas y sanitarias, “para cualquier puesto de trabajo inclusive quirófano”, asegura Ogadenia, pero siempre “como uniforme y no como EPI”, puntualiza.

Esta marca canaria también ha logrado captar la atención de marcas de lujo mundiales. “Firmamos con la firma de cristal de Swaroski y ahora nuestras mascarillas también tienen el rosetón de la marca canaria en el cristal austriaco”. Una combinación entre lujo, moda y responsabilidad sanitaria que ha hecho que un diseño exclusivo con firma grancanaria sea valorado en todo el continente.

Incumplimientos en la comercialización de mascarillas

Sin embargo, no todos los comercios han seguido estos pasos. Un 32% de las inspecciones físicas y online realizadas entre los pasados meses de marzo y septiembre sobre las mascarillas higiénicas y las EPI (las FFP1, FFP2 y FFP3) destinadas a los consumidores registraron algún tipo de incumplimiento, un porcentaje que se elevó hasta el 54% en el caso de las higiénicas. Así se desprende del informe realizado por el Ministerio de Consumo sobre las actividades relacionadas con la vigilancia del mercado de mascarillas higiénicas y EPI a disposición del consumidor y otros productos relacionados con la COVID-19.

La mayor parte de los incumplimientos en las mascarillas higiénicas fueron por información y etiquetado (el 78%), seguido de otros aspectos relacionados con la salud y seguridad (14%) y la documentación (el 7%). En las mascarillas EPI fueron también en distinta proporción por información y etiquetado (el 44%), aspectos relacionados con la salud y seguridad (30%) y la documentación (el 24%).

El informe reveló en términos generales una falta de información respecto a los productos que los operadores económicos comercializaban, en muchos casos imprecisa o incluso falsa o errónea.

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