La Fiscalía mantiene 20 años de cárcel para el acusado de asesinar a la joven Yuliza
La fiscal y la acusación particular mantuvieron este miércoles la pena de 20 años de prisión para el padrastro de la joven Yuliza Pérez por un supuesto delito de asesinato, mientras que la defensa la elevó de cinco a diez años y pidió que se calificaran los hechos como homicidio.
La fiscal Laura Ordaz pidió al tribunal popular la condena de asesinato para el acusado Antonio Luis Ferreira Machado, porque “sabía lo que hacía”, quería matarla y lo hizo de manera sorpresiva y sin posibilidad de defensa el 8 de noviembre de 2007 en el domicilio que compartía en Lanzarote con su ex pareja, la madre de Yuliza.
Ordaz destacó que a lo largo de la vista oral ha quedado probado que la joven, de origen dominicano, no tuvo oportunidad de defensa y que el acusado se aprovechó de que estaban solos en la casa, así como de su superioridad física y de la relación de confianza, por lo que incluye el agravante de parentesco.
Así mismo, subrayó la relación “obsesiva” que mantuvo con la joven, como ha quedado demostrado por las declaraciones de los testigos, así como por la de su madre, Hilma Altagracia, quien señaló que sus relaciones íntimas cambiaron tras la llegada a la isla de su hija, en mayo de 2007.
Así mismo, la fiscal sostuvo que el acusado ha demostrado un comportamiento “muy frío” y no “tenía respeto por nadie”, y lo consideró como un hombre “peligroso” que no ha mostrado “ningún tipo de arrepentimiento”, al igual que la acusación particular, que representa a la madre de la víctima.
La acusación particular, ejercida por Rosa Callero, solicitó al tribunal jurado que “no permitan que su actitud les engañe” como hizo con su ex pareja y con Yuliza Pérez, a la que “no sólo mató, sino engañó, mintió y se mofó de toda su familia”.
El acusado “no puede quedar en libertad ni impune” y “es un asesino porque no tiene escrúpulos ni sentimientos”, clamó la abogada de la acusación.
La defensa también pide justicia
El abogado de la defensa, Sergio Lorenzo, pidió también justicia, por lo que solicitó que sólo se le condene por los hechos que cometió.
Dijo que el acusado ha reconocido que estranguló a la joven en el transcurso de una discusión porque no quería que saliera ese día de su casa para evitar que fuera con los Testigos de Jehová y, movido por un arrebato u obcecación y por la importancia que daba a la relación con su hijastra, acabó con su vida.
Subrayó que Antonio Luis Ferreira no era una persona violenta, como así lo han asegurado testigos, y era frecuente que permaneciera a solas con su hijastra en la casa porque estaba en paro, por lo que negó que aprovechara esa circunstancia para matarla.
Además argumentó que no había un motivo por el que él quisiera matarla y rechazó la alevosía que defiende la acusación por basarse en indicios y no en pruebas, al tiempo que consideró que no se han podido acreditar los deseos sexuales que, según la acusación, sentía el acusado por la joven.
El letrado apuntó también al tribunal que el hecho de que el acusado haya ocultado pruebas no le convierte en un asesino, pues actuó por miedo, e insistió en que “sólo un arrebato puede llevar a acabar con la vida de una persona en un momento así”.