''Yo sobreviví a la violencia machista''
“Que no aguanten nada, que no se callen, que lo denuncien al mínimo indicio, que no tengan miedo”. Es el testimonio de Mónica García, una ciudadana del municipio grancanario de Tejeda que, hace 6 años, recibió un disparo de su ex pareja que le dejó importantes secuelas físicas y psicológicas. Sobreviví. Testimonio de la violencia de género es el libro que Mónica ha escrito para “desahogarse, como terapia”.
Los hechos se remontan al 14 de julio de 2003. Como cada mañana, Mónica se dirigía en su coche hacia el Ayuntamiento de Tejeda, donde trabajaba, cuando encontró aparcado el vehículo de su ex pareja. Tocó el claxon para advertirle de su presencia y saludarle. En ese momento, su ex pareja puso en marcha el coche y embistió al de Mónica. El agresor salió del vehículo con una escopeta en la mano y disparó, impactándole en el brazo izquierdo. “Apuntó al corazón”, asegura Mónica. Un vecino que presenció la escena acudió en su ayuda, antes de que la ex pareja de Mónica se suicidara con un disparo.
Mónica escribió el libro como terapia, para desahogarse y porque la escritura llegaba “a donde la intervención psicológica no podía llegar”. La autora relató en el programa El Correíllo, de CANARIAS AHORA RADIO, que “nunca fue su intención” escribir el libro, que era una especie de “diario” donde expresaba sus sensaciones y sentimientos.
Para Mónica, lo más importante es “estar viva”. Reboza optimismo. El disparo le ha dejado secuelas en el brazo, no puede apenas moverlo e incluso le cuesta escribir en su ordenador. “Tengo que parar cada 20 minutos”, asegura en su libro. El mayor apoyo en su recuperación ha sido el cariño de los familiares y amigos que la abrumaban en su estancia en el hospital. “Parecía un asadero”. Quien no se ha preocupado por el estado de Mónica ha sido la familia de su ex pareja. Según la autora, “sólo se interesaban de cara a la prensa”.
Tampoco ha contado con el apoyo de la mayoría de las instituciones públicas. El Ayuntamiento de Tejeda despidió a Mónica por “ no saber el tiempo que estaría de baja” y, cuando acudió a solicitar ayuda psicológica, le dieron una información “a la ligera”, sin concertar ningún tipo de visita. La ayuda llegó del Ayuntamiento de Santa Lucía, que le proporcionó la atención psicológica y el abogado para que llevara su caso.
“Se puede prevenir”
Mónica no había sufrido agresiones físicas por parte de su ex pareja hasta ese 14 de julio, pero sí había aguantado “durante mucho tiempo” el maltrato psicológico al que la sometía. “Era prácticamente invisible para él”, relata Mónica, que lo define como una persona “muy celosa y machista”, que vigilaba su forma de vestir, que no le permitía salir, quedar con su familia, con sus amigos... “Me anulaba completamente”. La autora reconoce que había roto la relación en numerosas ocasiones, pero que siempre “volvía a ceder”. Para Mónica, la violencia machista “se puede prevenir”, sometiendo al maltratador a una terapia. “No estaba loco ni fue un momento de rabia, fue premeditado y un arranque de puro machismo”, recuerda la autora del libro.
Ahora, seis años después de los acontecimientos, Mónica valora y disfruta más “las pequeñas cosas” como el trabajo, los amigos y la familia. Sin embargo, ha perdido la confianza en las relaciones de pareja y asegura que le va a “costar muchísimo” recuperarla.