El transporte que cambia la vida a personas con discapacidad en Gran Canaria

Rosy, conductora de la Fundación Gran Canaria Accesible

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Acudir diariamente al trabajo, a estudiar o salir a socializar son actividades para las que todas las personas requerimos de diversos medios que nos permitan movernos y llegar a nuestros destinos, especialmente en islas donde la orografía juega un papel clave en las distancias. Las personas con alguna discapacidad reconocida que limite su movilidad se han visto tradicionalmente abocadas a la dependencia de familiares y amigos para poder moverse con independencia. Una situación que puede provocar exclusión o aislamiento. Es por ello que la Fundación Canaria para el Fomento del Transporte Especial Adaptado (ahora Fundación Gran Canaria Accesible) ha funcionado en los últimos años como una herramienta que pretende suprimir barreras en el transporte diario. “Fue una lucha de todos los colectivos de personas con discapacidad, una lucha no de un día sino de mucho tiempo y trabajo”, subraya Liliana Frater, en representación de las personas usuarias que lo utilizan. Desde entonces, asegura que “ha abierto las puertas y posibilidades a muchas personas incluso en los lugares más remotos de Gran Canaria”. En la actualidad, alrededor de 1.100 personas lo utilizan. 

La fundación lleva operando desde el año 2006 y es un servicio puerta a puerta para personas con movilidad reducida. Sin embargo, aún hay quienes no lo conocen. “Todavía hay quien se acerca cuando ve la guagua con la rampa y nos pregunta qué hacemos”, explica Rosy Montesdeoca, conductora de este servicio. Trabaja en horario de mañana o de tarde, pero durante todo el día este transporte funciona. La conductora señala que se genera un vínculo importante con los pasajeros, que lo utilizan para multitud de actividades. Hay quien lo usa diariamente para ir a la universidad, como es el caso de un alumno de ingeniería de Agaete, quien lo hace para ir al trabajo o para acudir a una cita con su pareja, al cine, al teatro o para realizar actividades deportivas, como es el caso de atletas paralímpicos que usan esta modalidad también para cumplir con sus rutinas. “Recogemos en la puerta de la casa y les llevamos al destino”, señala Rosy, que afirma que sus trayectos favoritos son los de larga distancia, especialmente cuando acude a la cumbre de la isla, a pueblos como Tejeda. 

¿Cómo funciona el servicio? Las personas con movilidad reducida  tienen que registrarse en el sistema de la Fundación. A partir de ahí, empiezan a utilizar los servicios. El día anterior de la salida (antes de las 13.00 horas) deben contactar para avisar de qué ruta quieren hacer. Se trata de un transporte colectivo, por lo que en función de las personas usuarias del día se programan las rutas para tratar de optimizar el servicio. “Es una ruta colectiva, que intenta ser un complemento al transporte regular de viajeros para aquellas personas que no pueden acceder a la línea general de guaguas y, una vez tenemos la ruta optimizada, llamamos y les decimos el horario de recogida”, explica el gerente de la Fundación, Carlos Carrión, que añade que este servicio está pensado tanto para actividades diarias como para ocio ocasional e insiste en no confundirlo con un servicio sociosanitario, aunque si se necesita para acudir al médico, también se les lleva. “El motivo principal es facilitar su vida para que puedan acceder a todas aquellas oportunidades que tiene una persona sin movilidad reducida”, destaca. 

“El servicio lo que pretende es dignificar la vida de las personas para que tengan una vida lo más normalizada posible, sacarlas del riesgo de exclusión que supone tener una movilidad reducida y dar un servicio lo más amplio posible dentro de esas características”, remarca Carrión. El gerente apunta que la fundación ha sido un referente nacional y que desde otras islas también les llegan consultas para estudiar la viabilidad de implantarlo en otras zonas del Archipiélago. Liliana Frater, que también es patrona de la fundación, explica que en su caso también utiliza estos vehículos para cumplir con sus tareas dentro de la asociación de personas con discapacidad a la que pertenece, para acudir a reuniones presenciales e insiste en que hay todo un trabajo no reglado como es el voluntariado que también es importante visibilizar. 

“A veces hay una invisibilidad en la sociedad con el típico ”yo te ayudo“, te ayudo en un momento cuando hay un escalón, pero es que no siempre la persona va a estar allí para ayudarte. Tenemos que poder ir accediendo a servicios que te faciliten la vida y que tú puedas acceder a ellos sin estar pendiente constantemente de los demás”, remarca Liliana Frater. Señala que la fundación ha cambiado y mejorado la vida de muchas personas y familias, pero agrega que las personas usuarias seguirán reclamando mejoras como más líneas y personal (tanto chófer como de oficinas, ya que, el aumento de demanda va en proporción) o que se amplíen los horarios también por la noche, al menos hasta las 2.00 de la madrugada para aquellas personas, especialmente jóvenes, que quieren salir. 

Así mismo, recuerda que cuando se habla del bono residente y después de la gratuidad del transporte, las personas con discapacidad piensan: “¿Y a nosotros cuándo nos toca?” Por ello, afirma que “ese es un tema que hay que revisar y buscar las fórmulas para que las personas con discapacidad también disfrutemos de esa rebaja”. En este punto coincide el gerente de la fundación, que destaca que se están estudiando las vías para contar con más fondos propios del Cabildo que permitan generar bonos y tarifas colectivas (ya que hoy día el viaje individual está estipulado en 1,80 euros) y buscar la manera de avanzar en esas políticas de gratuidad que al igual que Global (guaguas del Cabildo) permite avanzar en la gratuidad a quienes realizan más de 15 viajes al mes. 

Fomentar el empleo entre las personas con discapacidad

Carrión también celebra que “la Fundación es un éxito que tienen las asociaciones del sector, de insistir para que las administraciones la constituyeran. Cuando se crea, se hace como centro especial de empleo, esto quiere decir que se potencia que personas con discapacidad trabajen”. Actualmente, el 84% de las personas empleadas en ella tienen alguna discapacidad reconocida. En ella trabajan tanto en la conducción de estos vehículos como en tareas administrativas. Y es a raíz de esa voluntad de fomentar el empleo que la fundación se ha reconvertido en Gran Canaria Accesible, cambiando sus estatutos para poder pasar a coordinar todas las políticas en materia de diversidad del Cabildo, donde el empleo será la piedra angular. 

Se estima que solo un 16% de las personas con discapacidad trabajan, ya que la mayoría no aparecen en las estadísticas de empleo como desempleados. Carrión apunta que muchas veces las personas no se dan de alta como demandantes de empleo porque no son conscientes de que tienen posibilidades de inserción. Por ello, insiste en la necesidad de acercar estas posibilidades y de que se siga fomentando el transporte adaptado, ya que sin un medio adaptado y de calidad las barreras aumentan. 

Más sobre Gran Canaria Accesible 

El pasado 14 de diciembre se hizo oficial el cambio de marca de la fundación, que pasó a ser Gran Canaria Accesible, con un cambio en sus estatutos. Cambios que se vienen gestando desde el pasado 7 de marzo, desde la Consejería de Empleo y Desarrollo Local (liderada por Juan Díaz, también presidente de la Fundación) con el objetivo de generar una estructura que coordinase todas las políticas insulares en materia de discapacidad y, con ello, aumentar la eficacia en la gestión. Carrión explica que desde esa consejería se dieron cuenta de que cuando intentaban aplicar políticas de empleabilidad a personas con discapacidad, no entraban en la línea general de subvenciones que ofertaban, especialmente en temas de formación. “Nosotros sacábamos una subvención y hacíamos exigencias que no se pueden dar a asociaciones de personas que trabajan con discapacidad, que deben tener unos criterios mucho mas individualizados porque además no es lo mismo trabajar la discapacidad física que la discapacidad intelectual o cognitiva, que trabajar con personas con movilidad reducida”.

Por ello, hace hincapié en que “la  necesidad de individualizar las políticas”, hizo que fuera más razonable hacerlas en un organismo propio. En estos últimos meses se ha trabajado en la creación de unos estatutos que ya han sido aprobados por el Cabildo. “Hemos hecho un cambio de estatutos bastante sustancial y añadiendo otras finalidades”, explica. Para ello, se han aplicado políticas de accesibilidad general y se mantuvo una reunión con Isabel Mena, consejera de accesibilidad del Cabildo de Gran Canaria y vicepresidenta de la Fundación para coordinar estas políticas.

Gran Canaria Accesible ya estaba constituida como marca y ahora amplía su abanico de funciones, integrando el servicio de transporte adaptado pero ahora servirá como una herramienta de gestión de las políticas que tienen que ver con la discapacidad. Se constituye como medio propio personificado del Cabildo, que a nivel técnico es un avance muy importante ya que facilita la contratación de personal e impronta mayor agilidad para realizar proyectos.

Un transporte que seguirá uniendo caminos

Tanto Liliana Frater como la conductora Rosy Montesdeoca inciden en las relaciones personales que se entablan en este transporte colectivo, que permite salir de ese aislamiento que en muchas ocasiones afecta a las personas con discapacidad. La conductora subraya que intenta dar lo mejor de sí para contribuir a hacer un trayecto más ameno y que uno de los trayectos que la enorgullecen es el traslado de lesionados medulares que viven en el hospital, que encuentran en este transporte una manera de visitar a sus familias o hacer excursiones. Hace hincapié también en la seguridad del mismo: “Mi misión es ubicarlos en la guagua, si viene en silla la anclo,  son cinco anclajes, cuatro a la silla y un cinturón, de forma que la guagua puede volcar que la silla no se mueve y los que van sentados, los siento y les pongo el cinturón, esa es mi misión”, explica con orgullo. 

“Estos medios te dan el acceso para participar y estar con otra gente y salir que también es importante”, destaca Liliana Frater, que añade que aunque la fundación cambie “no pierde su sentido de ser, que es el transporte especial adaptado”, que es un “pilar importante porque, si no las demás cosas no las puedes realizar”. También resalta que aún quedan muchas barreras en la sociedad y que van desde que los ayuntamientos dejen de instalar contenedores de basura en las esquinas de las calles. Este hecho dificulta a los vehículos adaptados que puedan maniobrar, teniendo en ocasiones que subirse a la acera, lo que implica una inestabilidad para la persona que va dentro. Además, insiste en hacer pedagogía con que las personas que no tienen discapacidad no utilicen los aparcamientos reservados para quienes sí la tienen, ya que es un espacio que necesitan para poder bajar la silla de ruedas. 

Carrión también hace hincapié en otras barreras que hay que romper como en materia de digitalización o que todas las páginas web de las instituciones públicas estén adaptadas y en un lenguaje accesible también a las personas con discapacidad intelectual. Se trata de todo un conjunto de avances que espera seguir viendo y que dentro de unos años, cuando ya no forme parte de la fundación, sienta que es un proyecto que se ha estabilizado y que “todas las consejerías nos vean como una herramienta útil y cada vez que haya un problema seamos una puerta de acceso e igual de cara a la ciudadanía, que nos vea como una fundación que resuelve sus problemas”. 

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