Espacio de opinión de Tenerife Ahora
No es un empresario cualquiera
Tenemos claro que Rodrigo Rato no es un exministro cualquiera. Tenemos claro que Luis Bárcenas no fue un tesorero más del Partido Popular. La mayoría de los canarios tenemos claro que Miguel Zerolo no fue un alcalde y senador cualquiera que paseaba por Las Teresitas. De la misma forma, se debe asumir que Antonio Plasencia no es un empresario cualquiera.
Antonio Plasencia no es un empresario cualquiera. No lo es, por mucho que haya medios de comunicación o pseudoperiodistas interesados en blanquear al Cabildo de Tenerife. No lo es, por mucho que algunos quieran blanquear a la vieja guardia de Coalición Canaria.
Precisamente, porque no es un empresario cualquiera, sorprende que, a tan solo cinco meses de las elecciones, el presidente del Cabildo de Tenerife le diga a los ciudadanos que le compra un edificio a Plasencia por casi 30 millones (la suma del inmueble y su adaptación) porque era la “mejor opción”. Escribirlo suena tan ridículo como cuando lo lees. Que una Administración pública haga negocios con personas condenadas por corrupción nunca es “la mejor opción”.
El interés general
El interés generalEl otro argumento utilizado por Alonso para justificar la compra del edificio de Plasencia es aún más ridículo que el primero. Nos dice Carlos Alonso que la compra se hizo con la ferviente necesidad de solucionar los problemas de los usuarios del hospital Febles Campos y Ofra. Problemas que, además, no son nuevos. Esto me recordó a cuando pillan a un político en un caso de corrupción y acaba diciendo en el banquillo: “Lo hice por el bien de los vecinos/ciudadanos”.
Alonso ha dicho públicamente que es consciente de que esta decisión tenga consecuencias electorales. Al presidente del Cabildo debería preocuparle aplaudir y proteger al empresario del caso Las Teresitas.
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