El primer largometraje de Andrés Koppel se rueda estos días en La Gomera y Tenerife
La niebla de La Gomera, el universo aislado de una isla pequeña en la que todos se conocen, esconde los secretos de un crimen que tratan de resolver el sargento de la Guardia Civil Bevilacqua y la cabo Chamorro.
Esta isla nebulosa es el escenario del primer largometraje de Andrés Koppel, La niebla y la doncella, basado en la novela del mismo título del escritor Lorenzo Silva.
El rodaje de ocho semanas transcurre entre Tenerife y La Gomera, pero es esta isla el escenario nebuloso en el que transcurre esta trama protagonizada por Quim Gutiérrez, Aura Garrido, Verónica Echegui y Roberto Álamo, todos ellos guardias civiles en la ficción.
Sinopsis
En un bosque aparece el cadáver de un joven y rápidamente se cierra el caso sin que aparezca el culpable. Pero tres años más tarde, el sargento Bevilacqua (Quim Gutiérrez) y su ayudante la cabo Chamorro (Aura Garrido) son enviados para reactivar la investigación, a los que acompaña la cabo Anglada (Verónica Echegui), la última persona que vio al joven con vida.
En la isla les espera el teniente Navas de la Guardia Civil, que vive junto a su esposa, Carmen, embarazada de ocho meses, y su hija de cinco años en lo que, supuestamente, es una familia perfecta.
“Supuestamente, porque en esta historia todo es supuestamente, todo el mundo tiene algo que esconder y Carmen no va a ser menos”, puntualiza durante un alto en el rodaje Marian Álvarez, que da vida a la esposa del teniente Navas.
Las sospechas sobre el crimen apuntan a un político local de renombre, un consejero del Cabildo de La Gomera al que un tribunal popular absolvió a pesar de la aparente contundencia de las primeras pesquisas.
El guionista Andrés Koppel, que ha retomado su faceta de director por primera vez con un largometraje, explica que aparentemente la obra es un thriller clásico en el que se intenta descubrir quién ha matado a una persona.
“Pero al final es una profundización no tanto en el quién sino en el porqué”, hay una mirada pesimista, pues queda la duda de si la justicia o la venganza alivia a unos padres por la muerte de un hijo, explica Koppel.
“Es un tema que me obsesiona mucho, la relación entre padres e hijos, la soledad, el miedo a perder un hijo; una víctima siempre es el hijo de alguien”, describe.
El director canario se muestra muy satisfecho de que Lorenzo Silva situara a su famosa pareja de investigadores Bevilacqua y Chamorro en La Gomera, porque su pequeño tamaño y su aislamiento “son parte vital de la historia”.
“Tengo la oportunidad de contar una historia situada en Canarias, de manera que las islas no son sólo un escenario cinematográfico, sino un universo, y mi reto es que los canarios así lo reconozcan”.
Quim Gutiérrez, que encarna al sargento Bevilacqua, ha renunciado a leerse antes la novela y aún duda de si lo hará cuando termine el rodaje. “Prefiero crear mis personajes desde los códigos cinematográficos, diferentes de los códigos literarios”, explica consciente de la disparidad de opiniones que puede generar entre los muchos seguidores de Bevilacqua su adaptación a la pantalla.
Koppel estuvo de acuerdo, Silva se mostró muy generoso con ese planteamiento y “la negociación artística nos ha permitido crear un Bevilacqua muy interesante”, porque se trata de crear un personaje de carne y hueso, no de recrear un personaje literario, asegura el que fuera protagonista de Anacleto: Agente secreto.
Quim Gutiérrez se acerca al rodaje a La Gomera igual que su personaje, sin conocer previamente la isla. Eso le permite percibir plenamente cómo afecta al caso “una isla pequeña en la que todo el mundo sabe de todo el mundo, los secretos y los trapos sucios”.
La cabo Anglada es Verónica Echegui, y toda la película se la pasa vestida de guardia civil excepto las escenas rodadas este martes. En un alto explica cómo su perfeccionismo la lleva a trabajar por descubrir a fondo el alma de sus personajes. En este caso, es además el personaje más complicado de la película, porque Anglada está sola, convive con muchos conflictos y una enrevesada psicología.
“Me interesan las vueltas psicológicas de Anglada, la historia y las relaciones entre los personajes, es un thriller muy bien construido, muy atractivo, sensual, un mundo que me interesaba explorar”, explica.
Al actor Roberto Álamo, que interpreta al teniente Navas, el marido de Carmen, no le gustan las novelas de intriga, prefiere leer poesía y filosofía, pero a la hora de interpretar le entusiasma “esa cosa infantil de jugar como un niño a descubrir al asesino”.
Él busca al responsable de la muerte del joven en una isla en la que cualquiera puede haber sido. “La Gomera es la metáfora de la soledad y el aislamiento de los personajes, están aislados tanto emocional como socialmente”, apunta.
Los exteriores de La niebla y la doncella, que se estrenará en 2017, se rodarán durante tres semanas en La Gomera, en escenarios de Garajonay, Valle Gran Rey y San Sebastián, pero en Tenerife también transcurre parte de la grabación, en localizaciones como Anaga, Los Roques de Fasnia, Tacoronte, el Hotel Escuela y la Tabacalera Philip Morris, acondicionada como Cabildo Insular.