Enagás recorta de su cifra de inversión para 2017 los 70 millones destinados a la regasificadora de Granadilla
La empresa multinacional Enagás recortará el 15% sus inversiones este año, desde los 650 millones de euros previstos hasta los 550 millones, debido a que aún no cuenta con la autorización para construir la planta regasificadora de Granadilla (Tenerife) y a la partida inferior destinada a inversión en el proyecto Trans Adriatic Pipeline (TAP), informó la agencia Europa Press.
En la presentación con analistas de los resultados del tercer trimestre, el presidente de Enagás, Antonio Llardén, indicó que la cifra de inversión será unos 100 millones inferior a la prevista debido a los 70 millones de euros que iban a destinarse este ejercicio para la planta de Tenerife y a otros 30 millones producto de que se ha sido “un pelín más eficiente” en el proyecto TAP.
Así, aseguró que esta cifra de 100 millones de euros que no se invertirá este año deja abierta “una vía de inversión” al grupo para los próximos años. “Hay una paleta de 3-4 proyectos mundiales que están vivos, se estudian y siempre podremos, en algún momento, encontrar un proyecto al que destinar esto para el futuro”, dijo.
Sobre el proyecto de la planta regasificadora de Granadilla, Llardén indicó que el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), en el que no se aprueba el proyecto, no es vinculante para el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, que será el que tome la decisión final.
No obstante, el directivo defendió que, cuando el proyecto en Canarias se incluyó en la planificación, el argumento fundamental fue “lo que ahora se denomina el plan de transición energética”. “El objetivo central del regulador en su momento, al hablar de instalar regasificadoras en Canarias, era reducir estos efectos de CO prácticamente a la mitad”, dijo.
Finalmente, el presidente de Enagás afirmó que el Ministerio de Energía, en una conversación con el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, le ha confirmado que se va a mantener la estabilidad regulatoria actual en el sector gasista hasta 2020.
Llardén señaló que a ello ayuda que se esté eliminando el déficit a mayor rapidez de lo previsto, así como la evolución de la demanda. “Estaba previsto acabar con el déficit a 15 años y los últimos cálculos permiten pensar que se podría reducir este periodo a la mitad”, dijo.
Así, el directivo consideró que en el sistema gasista no existe “la necesidad ni la inmediatez” de ningún tipo de revisión regulatoria antes del año 2020, por lo que en este momento “es pronto para especular qué va a hacer el regulador en 2020”.