Restaurado el retablo del siglo XVII de la Iglesia de San Francisco de Asís en Santa Cruz de Tenerife

Retablo de la iglesia de San Francisco de Asís de Santa Cruz de Tenerife,  ya restaurado
24 de febrero de 2022 17:46 h

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El Retablo de Nuestra Señora de la Consolación, en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís de Santa Cruz de Tenerife, luce nueva cara después de haber sido restaurado en una rehabilitación ha costado 45.617 euros, financiada al 50% entre el Cabildo y el Obispado de Tenerife.

Los trabajos de restauración se completaron en nueve meses (entre marzo y diciembre de 2021), y corrieron a cargo de las restauradoras Carmen Suárez Benítez y Lucía Irma Pérez González.

Durante su intervención en la presentación de los trabajos, Carmen Suárez detalló que el retablo, enclavado en el primer cuarto del S. XVIII, procede del antiguo Convento Dominico de Nuestra Señora de la Consolación, que se destruyó en 1847 y donde actualmente se encuentran el Teatro Guimerá y la Recova Vieja.

En lo que respecta al estado en el que se encontraba el retablo, Lucía Irma Pérez explicó que presentaba daños en el soporte y la policromía. “El problema más grave era el debilitamiento de la estructura y los problemas mecánicos asociados a la acción de las termitas”, así como las alteraciones, deformaciones y añadidos que presentaba la estructura. “Para dar solución a estas patologías, llevamos a cabo una desinsectación y se devolvió la consistencia mecánica al soporte de la madera”, detalló.

En cuanto a la estética, se le devolvió la apariencia original “y ha salido a la luz la recuperación y el esplendor original de la policromía, apareciendo jaspeados de colores cálidos, de influencia portuguesa”, continuó Irma Pérez.

El retablo tiene ocho metros de altura, cinco metros de ancho y 88 centímetros de profundidad realizados en distintos tipos de madera tallada, policromada y dorada, con corlas broncíneas en tonos verdes, azules y rojos. Se caracteriza por ser un retablo con traslado de origen, que ha sufrido alteraciones y adaptaciones en sus dimensiones para el lugar que ocupa en la actualidad.

La arquitectura presenta dos cuerpos con coronación y se divide en tres calles con tres hornacinas y un banco o predela con hornacina central. Mientras que el altar está realizado en mármol blanco.

En la presentación del resultado de los trabajos, el director insular de Planificación del Territorio y Patrimonio, Emilio Fariña, destacó la labor “respetuosa y exquisita” realizada por las restauradoras, “que permite devolver a la ciudad una de las manifestaciones de estilo barroco más importantes de la isla”.

Fariña aseguró que este tipo de actuaciones “pone de manifiesto la necesaria colaboración que ha de existir entre el Cabildo y el Obispado de Tenerife, para proteger y conservar los bienes de titularidad eclesiástica que forman parte importante de nuestro patrimonio cultural e histórico”.

Emilio Fariña explicó que con esta restauración el Cabildo cumple con a la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias y con su compromiso de recuperar bienes eclesiásticos, “a fin de que la sociedad tinerfeña y la ciudadanía en general puedan acceder, con más garantías si cabe, a nuestro patrimonio cultural e histórico, que forma parte de nuestra identidad como pueblo y del cual nos sentimos tremendamente orgullosos”.

El delegado diocesano de Patrimonio Histórico del Obispado de Tenerife, Miguel Ángel Navarro Mederos, agradeció al Cabildo su contribución y apoyo y destacó que, gracias a esta restauración, se ha descubierto que este retablo, “que siempre se ha fechado en el primer tercio del siglo XVIII, probablemente corresponda a la segunda mitad del siglo XVII”. Mederos también puso en valor “la generosidad y el entusiasmo de la ciudadanía, que nos han permitido acometer esta obra”.

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