La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ratifica la pena a una menor por acosar y agredir a una compañera
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha ratificado la pena impuesta por el Juzgado de Menores a una joven a la que considera autora de un delito contra la integridad moral y otros dos leves de maltrato por lo que debe cumplir doce meses de tareas socioeducativas.
La razón es haber acosado, humillado y agredido -lo que es conocido como 'bullying'- a una compañera con una discapacidad del 36%, a la que no podrá aproximarse a menos de 300 metros durante dos años, según la sentencia.
La sancionada que tenía 17 años entre marzo y junio de 2022, cuando estudiaba en un instituto de Santa Cruz de Tenerife, causó “desasosiego e intranquilidad” en su compañera, a la que insultaba.
La víctima presentó varias denuncias, sin pedir ningún tipo de compensación económica, relatando que había sufrido un trato “degradante y humillante” por parte de la expedientada.
Relató que constantemente la denunciada hablaba mal de ella con los demás compañeros, la insultaba y decía que era un chivata por haber contado a los profesores lo que estaba ocurriendo.
También la tocaba como si le diera asco, amenazaba con agredirla, tiró su suéter por la ventana y derramó una botella de agua dentro de la mochila por lo que se estropearon los apuntes, todo ello mientras el resto de compañeros se reían.
La penada creó varias cuentas falsas en una red social en la que se hacía pasar por chicos y le pedía fotos a la víctima que ésta llegó a mandar, teniendo que cerrarla la sancionada después de que lo descubriera un orientador y la obligara a pedirle perdón delante de la clase.
También le sustrajo un bolso regalo de su hermana mayor que recuperó una profesora aunque faltaba un dinero que pusieron los propios docentes de su bolsillo.
En una ocasión, de acuerdo con el tribunal, la siguió al salir de clase y al llegar a una esquina la cogió por detrás del cuello y le dio un fuerte puñetazo en la cabeza que le hizo caer al suelo y se levantó con tal aturdimiento que casi la atropella un coche.
Los orientadores confirmaron que las quejas de la menor por el trato que recibía duraron varios años, fueron constantes, por ello se puso en marcha el protocolo para casos de 'bullying' y una de las profesoras la acompañó para presentar una de las denuncias.
La menor que cometió estos abusos no tenía antecedentes, vivía con su madre y en su momento llegó a estar declarada en situación de riesgo por la Fiscalía de Menores.
La sentencia inicial fue recurrida por la representación de la menor expedientada ante la Audiencia Provincial, alegando que la medida impuesta era “desproporcionada”, por lo que pedía su revocación y que fuera absuelta.
Sólo reconoció algunos hechos como que a veces junto con los demás la insultaba y que en una ocasión le escondió el bolso.
Mantenía que no existía prueba alguna de que hubiera acosado y agredido a la denunciante pero sí reconoció que abrió una cuenta en una red social y se hizo pasar por un chico, pero pidió disculpas, la cerró y borró las fotografías enviadas.
La Audiencia consideró que el Juzgado estuvo en mejores condiciones para conocer lo que ocurrió realmente y que no aprecia vulneración del principio de presunción de inocencia por lo que se negó a anular la sentencia.
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