Ya se sabe que cuando empieza la cuesta abajo hay muchas maneras de descender. En el caso concreto de José Manuel Soria, parece haber adoptado la modalidad de glúteos y sin frenos, al menos en lo que respecta a las instalaciones deportivas dependientes del Cabildo grancanario. No insistiremos en la disparata gestión que ha hecho del accidente del Martín Freire y del más disparatado descubrimiento de que aquello era una bomba de relojería. Pero el cierre de Martín Freire ha generado secuelas en cadena, como el hecho de que muchos opositores que se preparaban para sus exámenes, particularmente a cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, han sido desviados al Estadio de Gran Canaria. Y como no hay desgracia que venga sola, este lunes hubo un accidente al romperse la barra de dominadas y herir de cierta consideración a una mujer que utilizaba este aparato. Fueron necesarios unos puntos de sutura y remitir a los usuarios al momento en que se repare la barra para poder ejercitarse. Échenle hilo a la cometa.