Parece que no ha sido algo espontáneo ni cosa aislada la aprobación de planes parciales en distintos municipios de Canarias en contra de lo establecido por la Ley 6/2001, de moratoria turística. Han fallado los mecanismos de control, o es lo que parece a simple vista, porque de otro modo no se entiende que pasen tantos planes parciales ante las narices de los políticos encargados de velar por la legalidad y que no se emitan los preceptivos informes, a petición, en muchos casos, de los Ayuntamientos donde se ubican los planes parciales, ni siquiera de los interesados. El colador se llama silencio administrativo positivo. La ley y la trampa, para entendernos.