Honestidad y transparencia. Esas son las dos cualidades más significativas que exige el nuevo presidente de Canarias, Adán Martín, a sus consejeros, entre los que se encuentra -recordémoslo- José Carlos Mauricio. Pues bien, aún no se habían apagado los ecos de tan solemnes palabros, por lo demás innecesarios si viviéramos en ese fabuloso país de las maravillas que describe el presidente, cuando nos enteramos de la penúltima escaramuza mauriciana: colocar a los ingenieros que asesoran a Lopesan -enemigo público número uno de Luis Hernández y del dique según éste- al frente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Transparencia, lo que se dice transparencia, no tendrá la operación, porque si alguien explica los pormenores de la misma y los motivos que llevan a la elección de estos dos ingenieros, seguro que se queda colorado. De la honestidad hablamos a continuación.