Impresionante. No existe en castellano un adjetivo que defina mejor las entrevistas que celebra cada semana el periodista Carmelo Rivero, Premio Canarias de Comunicación por el tercio de ATI. Ocurre en la Televisión Canaria, y el título del espacio lo dice todo: Matices, si bien habría que repetir la primera sílaba y cambiar las últimas para atinar de mejor manera con la pirueta. Pero seamos políticamente correctos. Que un entrevistador sea amable con su entrevistado, pase; que se documente previamente sobre su vida y milagros, lógico; que trate de buscar su lado desconocido y humano, de agradecer. Pero que todo ello se haga babeando, huyendo de comprometerlo, saltando por las ramas cuando se incomoda el invitado, pactando cada pregunta y creyéndose todo lo que su jefe de prensa le ha contado previamente, es otro cantar. La entrevista con Mauricio de este miércoles fue de traca, tanto que hasta llegó a un 5% de audiencia. Del número de verdades que dijo, mejor ni hablar, porque el entrevistador no trincó ni una.