La directriz de la central del PP tras el Congreso de Valencia es clara: poner tierra de por medio con Aznar. Si el nuevo portavoz, Esteban González Pons, ha sido diáfano al respecto, veamos algunas consecuencias: “insólita reacción del ex presidente del Gobierno”, “perdió, con su intervención, gran parte del crédito político que había atesorado y la autoridad moral que tenía en el PP”. Esto dice el diario ABC, que no es sospechoso siquiera de socialdemócrata. Pero Vidal Quadras no se queda atrás, según confiesa a la periodista Paloma Cervilla: “No se puede dar un discurso basado en unos fundamentalismos que han llevado al PP a perder dos elecciones” (...) “Su discurso es inconsistente porque algunas de las cosas que ha dicho no se corresponden con lo que hizo conmigo” (...) “Muchos dirigentes de hoy y de ayer no daban crédito a lo escuchado, lo comentaban con pena, con un profundo malestar. Hay que saber retirarse, aceptar los nuevos tiempos...” Pero Soria sigue defendiendo el legado de Aznar, Zaplana, Acebes y compañía, y así lo hizo en Valencia, donde reivindicó todo el pasado. Salvo el de María San Gil.