Ante la ausencia de una oposición sólida y centrada, ha tenido que ser el editor de un periódico el que coloque las cosas en su sitio, el que explique de modo directo y contundente cómo ha actuado José Manuel Soria desde que se descubrió la trama eólica, consistente en unas operaciones presuntamente corruptas nacidas en el seno de la Consejería de Industria, cuando ésta era dirigida por Luis Soria, miren ustedes por dónde. Sin pretenderlo, el editor de este diario ha tenido que actuar como líder de la oposición, de una oposición ciudadana ante la incapacidad de los que le deberían ejercer oficialmente para poner los puntos sobre las íes, íes que Henríquez colgó a Soria en base a tres calificativos bien precisos: “indecente, impresentable e indeseable”.