Otro que tiene más nervios que un bistec de a peseta es el concejal de Urbanismo y alcalde en funciones de Telde, el irrepetible e irrefrenable Guillermo Reyes. Ha dicho que alguien le ha dicho que el juez García ha dicho que él también va a pasar por el juzgado. Menuda novedad, don Guillermo, lo hace a menudo para denunciar a los dirigentes de Nueva Canarias, a los que augura que acabarán entre rejas. Todo es posible en Telde. Pero estamos en condiciones de enviar un mensaje de sosiego al señor Reyes y a los suyos: tranquilo, que todavía no toca, y cuando toque, no olvide que existen varios grados desde la detención a la condición de testigo. Que el urbanismo en Telde está sometido a lupas de todas las graduaciones, lo sabe hasta el del camión de Festejos, pero las cosas llevan su proceso y hay que tener paciencia. De momento debemos insistir a este pedazo de concejal que sin los mínimos controles democráticos y las garantías de transparencia y participación, no debe plantear la aprobación del plan general. Ya sabemos que Reyes es un hombre de palabra, pero a veces es mejor incumplirla por el interés general.