Sabido que no se trata de informar sino de poner una estampita sobre la mesa, hagamos nosotros el ejercicio simple de leer lo que el mismo reportaje de investigación publica: el escrito firmado por José Fernández no habla en ningún momento de autorización, ni de título alguno. Sencillamente se le dice a Matías Marrero que puede suministrar material de Roque Ceniciento a otras empresa adjudicatarias, ni siquiera a todas las demás, y sólo si son adjudicatarias de obras en el Puerto de La Luz. Tampoco se otorga la exclusiva del machaqueo de la piedra extraída por otras empresas en La Isleta, pero son muy libres las empresas -y en eso no puede entrar la Autoridad Portuaria- de alcanzar un acuerdo para machacar la piedra en la planta de Matías Marrero. Total, que una vez más, ni la piedra sale tan machacada como la verdad. Y el buen periodismo. Qué le vamos a hacer.