Fue todo un espejismo. La UD Las Palmas ha vuelto a sumirse en una de sus inveteradas crisis derivadas de la revoltura de accionistas, avalistas, percusionistas, chantajistas, ilusionistas y abrazafarolas que han adornado el universo amarillo los últimos años. Siempre hemos defendido al presidente actual, Miguel Ángel Ramírez, porque además de su patrimonio y su físico (gayumbos aparte), se está jugando el prestigio para sacar adelante un proyecto que muchísimos habían dado por muerto. Sin embargo, en el episodio que desde la mañana de este lunes les venimos acercando desde este periódico y CANARIAS AHORA RADIO, la actuación del presidente tiene algunas sombras. Por ejemplo, desde el entorno de los avalistas disconformes se comenta que su negativa a firmar responde a que no se les han consultado grandes decisiones, como la contratación del nuevo director de comunicación o el proyecto de montar una emisora de radio propia del club y ponerla en manos de la familia Almeida en las instalaciones de la fenecida Radio Atlántico.