Señoras y señores, la cosa se pone fea. Por primera vez en la historia de la democracia española, el partido perdedor de unas elecciones no felicita al ganador. Tuvimos la santa paciencia este domingo de escuchar las comparecencias públicas de Mariano Rajoy y de Mayor Oreja y ninguno de los dos reconoció el triunfo del PSOE y ninguno de los dos le felicitó por los resultados. Estamos ante una señal muy peligrosa de cómo se van a radicalizar las posturas en Madrid, lo que sin duda tendrá sus repercusiones en Canarias, donde preside el PP un hombre de tan profundas creencias democráticas como es José Manuel Soria, que se apoya en elementos de suma finura y respeto a la diversidad, como Luis Larry Álvarez. Agárrense, que vienen curvas.