Eustasio López es un empresario que se ha limitado a hacer lo que hacen todos los empresarios, ganar dinero. No es un mafioso, ni se ha aprovechado de otra cosa que no sean las influencias, como han hecho muchos de sus colegas durante estos tiempos que nos están tocando vivir en los que se confunden demasiadas cosas. Ya les hemos contado aquí cómo fue su encuentro con Mauricio -que llegó a visitarle a su despacho para ofrecerse a cambio de nada- y cómo esa relación se transformó en amistad. Una amistad que también le ha acarreado demasiados disgustos porque como consecuencia de ella ha tenido que participar en operaciones políticas a las que en otras circunstancias habría renunciado radicalmente. Eustasio López quiere un casino en su hotel; está empeñado en tenerlo porque cree que es un complemento necesario para un establecimiento singular. Quizá haya equivocado el camino para conseguirlo y está cargando con las consecuencias.