Tenemos una consejera de Turismo verdaderamente espectacular, que no se amilana ante las adversidades que puedan depararle los periódicos críticos y los miembros de la muy noble y leal oposición, dicho sea sin animus mortificandi. Ya ha conseguido que en todas las entrevistas se le pregunte por la campañita de los Estadios de la Felicidad, ésa que nos está costando 4,5 millones de euros, a razón de 1,5 por cada una de las tres ciudades previstas: Londres, Madrid y Munich. Se le fue un poco la mano con las cifras londinenses, seguramente para ir rebajando el tamaño del escándalo que se le viene encima cuando se conozcan todos los detalles de lo que ha contratado, subcontratado y malgastado. Dijo, atención, que la U televisiva del Emirates Stadium la vieron 500 millones de telespectadores, que en aquel partido se enteraron de lo que es Canarias 65.000 almas y que también están al tanto los 120.000 socios del Arsenal. Ya será menos, Rita, querida, que tampoco son cinco guaguas sino dos las que tuviste dando vueltas en vacío por todo Londres.