María del Carmen Hernández Bento volvió este martes a demostrar al mundo que su lealtad a su partido y a su líder regional es a prueba de bombas. Con su estilo sonriente y conciliador, que en ocasiones le permite disimular lo que en realidad quisiera expresar públicamente, la delegada del Gobierno en Canarias salió en defensa del ministro de Industria, Energía y Turismo ante el incidente institucional provocado el lunes con motivo de las reuniones que le fueron canceladas al viceconsejero de Turismo de Canarias. Bento conoce perfectamente la verdad y sabe de los arranques de soberbia de su jefe, pero su obligación era permanecer impasible el ademán y quejarse de que desde Canarias se pretenda crucificar a su líder utilizando las más variadas escaramuzas. Por eso dejó abierto un resquicio por el que salvar al viceconsejero de Turismo porque, como les decíamos ayer aquí mismo, cualquiera que lo conozca sabe que es incapaz de inventarse lo que Industria y Turismo dijo que se inventó. “No me lo puedo creer en Ricardo”, vino a decir públicamente la señora Bento, elevando por tanto la responsabilidad del incidente a la superioridad gubernamental canaria. Bento sabe que los gallifantes de la credibilidad se le pueden ir agotando si se dedica a abrazar posturas como las dos que tuvo que abrazar este martes. La primera, ésa de su jefe haciendo el bestia contra Canarias; y la otra, sonreír hasta convertirse en candidata del próximo anuncio de Colgate, al tomarle posesión a la directora insular del Gobierno en La Gomera, Luz Reverón. Tras esos dientes apretados simulando una sincera sonrisa, se podía adivinar a Bento mascullando el nombre de los y las que propusieron a una acusada con posible condena por el caso mamotreto. ¡Con todos los funcionarios válidos que tenemos en el partido! Y superó un día más en el cargo, que es de lo que en realidad se trataba.