La sentencia condenatoria para López Vejo se dictó el pasado 15 de febrero, sólo 10 días después de que el jurado le declarase culpable de asesinato con el agravante de parentesco por haber matado a su pareja sentimental, un crimen que cometió en una pista forestal entre Caloca, en Pesaguero, y la localidad palentina de Casavegas, y dejarla allí tirada.
Ese veredicto del jurado se alcanzó por mayoría y no por unanimidad ya que siete miembros creían que Juan Carlos Pérez Vejo cometió un asesinato cuando mató a María Cruz Gutiérrez en la pista forestal, mientras que otros dos consideraban los hechos un delito de homicidio.
A pesar de esas discrepancias, aprobaron por mayoría que el acusado mató a su pareja de “forma rápida, sorpresiva e inopinada, sacando un cuchillo escondido, buscando de propósito que ella no pudiera reaccionar o defenderse y para garantizar así que la mataba”.
Con ese veredicto, la mayoría del jurado entendió que hubo alevosía en el crimen y, por lo tanto, que los hechos fueron un asesinato con el agravante de parentesco como solicitaban las acusaciones particular, que representaba a la familia, y la popular, que ejerció el Gobierno de Cantabria al tratarse de un delito de violencia de género, aunque éstas reclamaban una pena de 20 años.
Así, la condena de 18 años impuesta por la Audiencia Provincial de Cantabria, y que López Vejo ha recurrido, se ajusta a la pena que solicitaron tanto el Ministerio Fiscal como la defensa tras conocer que el veredicto del jurado era de asesinato y no de homicidio.
En cualquier caso y nada más conocer el pronunciamiento del jurado, la defensa del condenado ya avanzó que recurriría porque no estaban conformes con el veredicto.
Y es que el letrado de López Vejo estaba de acuerdo con la calificación del fiscal para que se condenase a su cliente por un delito de homicidio con el agravante de parentesco (15 años) pero pedía que se le aplicase la atenuante por drogadicción, lo que rebajaría la pena a 10 años.