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María Valdivieso, participante en el Erasmus agrario: “Los agricultores debemos estar toda la vida aprendiendo”

Pilar Virtudes

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María Valdivieso está convencida de que “los agricultores deben estar toda la vida aprendiendo” y “reinventándose”. Por ese afán de aprender es el tercer año que participa en el programa ‘Cultiva’, una iniciativa conocida como ‘Erasmus agrario’ que desarrolla y financia el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con la colaboración de distintas organizaciones, en este caso con Cooperativas Agroalimentarias.

Este programa facilita que los jóvenes realicen estancias formativas en explotaciones modelo en otras comunidades autónomas. Maria Valdivieso ha elegido para este año, ya que es la tercera edición del programa en la que participa, la explotación de TrufaZero que cuenta con plantaciones trufera de diferentes años ubicadas en el término municipal de Cifuentes (Guadalajara).

Maria Valdivieso, vallisoletana, tiene su explotación en Burgos. “Soy agricultora todo en ecológico y tengo una parte en rotación clásica, tengo abejas y nogales”. Esta joven, que lleva site años dedicada a la agricultura, lo tiene claro. “He estado en el programa Cultiva desde el primer año, yo creí en este proyecto desde que empezó. Creo que es  una oportunidad fantástica de formarnos y de ayudar a los jóvenes que queremos hacer algo más con nuestra explotación para poder aprender de explotaciones modelo que ya llevan muchos años en el sector y tienen una posición consolidada”.

Es el caso de TrufaZero, que empezó con el cultivo de la trufa desde cero, sin referencias y hoy en día cuentan con una marca propia para la comercialización de trufa y productos trufados. El cultivo de la trufa genera una masa forestal que cambia los terrenos áridos en encinares prósperos y fértiles con marcos de plantación que los protegen de los incendios. Están innovando en el aprovechamiento del agua en riego por microaspersión. Utilizan energías renovables para la extracción con el consecuente ahorro en combustibles fósiles. Además, aplican procesos innovadores para el cultivo y utilizan la tecnología más avanzada para la conservación de las trufas: su envasadora es única en la zona y permite mantener las ca­racterísticas organolépticas de las trufas durante más tiempo.

La venta de la producción la hacen directamente con los clientes disminuyendo la huella de carbono. También generan empleo en la zona y diversos beneficios turísticos arrastrando turismo gastronómico que beneficia al entorno fijando población.

Todo ello decidió a María Valdivieso. “Decidí venir a Castilla-La Mancha porque era la única de truficultura que había en todo el programa, me parece muy interesante el trabajo que ellos hacen a nivel de producción y de distribución y para poder aplicar esos conocimientos a mi propia explotación”.

De hecho, asegura que “la zona de Burgos es bastante trufera, lo que pasa que no tiene tradición, sí trufa de verano de búsqueda, ocasional, pero siempre ha venido otra gente a recoger lo que teníamos, pero no hay de quién aprender por allí. Por eso quería ver la rentabilidad y las posibilidades que había dentro de mi explotación, llevarme ese conocimiento y poder montar algo allí”.

En TrufaZero, María Valdivieso está teniendo ocasión de conocer todos los aspectos de esta explotación, “estamos haciendo desde los análisis de suelo, saber la estructura físico-química del suelo, la altitud, latitud, pendiente, tipos de plantas; hemos estado sobre el terreno recogiendo trufas con los perros que es una actividad que me ha encantado; estamos viendo los canales de distribución, la comercialización, la alimentación con trufa, todo el elaborado, procesamiento”.

Trasferencia de conocimientos

Todo este conocimiento lo va a trasladar a su explotación como ha hecho con las experiencias anteriores. “El primer año fui a una explotación igual que la mía pero en Aragón y me interesó muchísimo porque yo, al estar en ecológico, lo que necesito es utilizar variedad de semillas que sean tradicionales, porque al no poder utilizar fitoquímicos lo que necesito es que las variedades sean más resistentes, ellos tenían bastante utilización de alforfón, centeno, variedades de toda la vida que a lo mejor pueda dar menos rendimiento peor en ecológico es interesante, la verdad es que lo traslade”.

Lo mismo hizo con la experiencia del año pasado cuando estuvo en una explotación ganadera de Malorca. “A mí me interesa mucho el mundo de los quesos porque mi abuela hacía quesos, pero la elaboración ha cambiado mucho y ellos me enseñaron las nuevas técnicas, ahora es más complicado porque hay que tener registro sanitario y trazabilidad, y también me enseñaron la venta en mercado”.

En Guadalajara también ha tenido ocasión de visitar una explotación de lavandín con gran interés ya que “como soy apicultora me interesa como aprovechamiento, para favorecer la flora en las fincas”.

María Valdivieso está entusiasmada con estas experiencias ya que le dan la oportunidad de aprender. “Yo siempre que voy a todos los sitios intento aprender porque creo que los agricultores deberían estar toda la vida aprendiendo, me parece fundamental”.

A su juicio, en este sector hay que “reinventarse o morir”, por eso considera que estos programas formativos son tan necesarios.

Próximos destinos en Guadalajara

En total, serán 14 jóvenes serán los que disfrutarán del ‘Erasmus agrario’ que coordina Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, siendo la federación regional que mayor número de jóvenes recibirá esta convocatoria.

‘Alcarria Flora’ en febrero, ‘Apícola Marco’ en abril y ‘Despelta’ en mayo, serán los próximos destinos del programa CULTIVA 2022 en la provincia de Guadalajara para tres nuevos jóvenes que llegarán desde Ibiza, Cataluña y Galicia.