Ecologistas denuncia la “amenaza” de una macro-granja porcina en Brihuega

Ecologistas en Acción de Guadalajara alerta de un nuevo proyecto de cría intensiva de cerdos en esta provincia, que se une a los de Riofrío del Llano, de Querencia (Sigüenza) y Poveda de la Sierra además de los ya existentes en la provincia.

La organización ecologista habla de la “amenaza” que se cierne sobre el término municipal de Brihuega, por la instalación de seis granjas en una gran finca denominada El Casar de Montefrío, y que afectaría, al menos, a media docena de pueblos: Brihuega, Romancos, Yélamos de Arriba, Yélamos de Abajo, San Andrés del Rey y Budia.

“De llevarse a cabo esta nueva macro granja para la cría de 36.000 cerdos, la calidad de vida en la zona se vería gravemente afectada”, dice Ecologistas, entre otras cosas porque la granja “provocaría una sobreexplotación de los acuíferos que abastecen a los municipios y los contaminaría por nitratos”. A eso se suman los fuertes olores que suelen provocar este tipo de instalaciones o la emisión de “contaminantes” como metano y el amoniaco a la atmósfera.

Según el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la promotora de la explotación, “ésta necesitaría un consumo de agua de más de 120.000 metros cúbicos al año, lo cual agravaría las graves carencias de abastecimiento que sufren algunos de los municipios próximos”, señalan.

Toda la zona afectada está incluida en la Orden de la Consejería de Agricultura del 10 de febrero de 2003 que la declara zona vulnerable por nitratos. La explotación generaría 258 toneladas de purines al año, unos residuos, ricos en nitrógeno, y que son el principal problema que han tenido y tienen las explotaciones intensivas porcinas.

La organización ecologista recuerda que en Teruel y Cataluña, el 60 % de los manantiales superan los 50 microgramos de nitrógeno por litro de agua, convirtiéndolas en aguas no potables. Y recuerdan que en Brihuega ya se han superado esos niveles recientemente, tal y como se recoge en un bando del Ayuntamiento emitido el pasado 16 de julio de este año. “La instalación de esta macro granja sólo puede hacer más grave este problema”, dice Ecologistas.

Por otro lado, advierten que la cuenca hidrográfica del Río Tajuña, cuyo tramo en esta zona está protegido por la Red Natura 2000, recibiría la escorrentía y filtración de todos los contaminantes procedentes de la explotación. “En el caso de un posible accidente, todos los vertidos acabarían directamente en el río Tajuña o en sus afluentes”, insisten.

La macro-explotación, además, generaría uno de los gases de efecto invernadero más potente, el metano con emisiones que cifran en más de 320.000 kilos al año. Asimismo produce uno de los principales causantes de la lluvia ácida, el óxido de nitrógeno, con la generación de más de 1.500 kilos al año. Otro contaminante que produce, especialmente dañino si llega a las aguas fluviales, es el amoníaco. 

También apuntan perjuicios al turismo, del que vive parte de la comarca, especialmente ahora que se quiere potenciar el derivado del cultivo de la lavanda. Por eso, Ecologistas en Acción de Guadalajara pide a la Administración regional que impida la ejecución de este proyecto y que modifique la legislación actual para evitar que Castilla-La Mancha sufra los graves problemas que ya sufren las comarcas catalanas, aragonesas o murcianas por este tipo de explotaciones.

Igualmente, esta organización solicita que los ayuntamientos afectados y toda la población se opongan a este proyecto “por los graves impactos ambientales y económicos que supondría su puesta en marcha”.