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La participación en la consulta en Badalona se lee también en clave de castigo municipal al PP

A las 9 de la mañana, cuando los 12 centros de participación establecidos en Badalona abrieron, la expectación era máxima. En la tercera ciudad de Catalunya se planteaba un reto doble. Por un lado, el proceso puesto en marcha en torno al derecho a decidir. Por otro, a nadie se le escapa que había una segunda batalla, no en vano la ciudad está gobernada por el Partido Popular (PP), con la figura del discutido Xavier Garcia Albiol al frente.

Las primeras señales daban la pista sobre el resultado final. Colas, a veces de más de 200 metros, en centros de votación como el del Institut La Llauna, en el barrio del Progrés, daban a entender que los votantes tradicionalmente catalanistas no se habían asustado ante las posibles prohibiciones insinuadas días antes .

Pero otros locales de votación ubicados en barrios con muchos vecinos castellanohablantes también mostraban a primera hora una gran afluencia de votantes. Las conversaciones mientras se esperaba el momento de depositar el sufragio mostraban una mezcla de motivaciones. Por un lado, la intrínseca reivindicación soberanista. Pero también un cierto deseo de mostrar la disconformidad con los impedimentos para ejercer el derecho de voto. En tercer lugar, en los barrios había ganas de castigar la gestión del actual equipo de gobierno del PP en Badalona.

En el Instituto La Pineda, situado junto a la autopista, la mezcla entre vecinos de la zona del Centro de la ciudad y del barrio de Sant Crist era patente. El catalán y el castellano se podían escuchar normalmente en la cola. Quizás el elemento que unía todas las visiones era la pancarta situada en la plaza donde está la instalación educativa que reclamaba que la instalación se dedicara a Jordi Dauder, actor badalonés que inició su vida cívica en el barrio del Sant Crist. A esta iniciativa se opone el Ayuntamiento comandado por el partido conservador.

Albiol, con las motos

El Instituto Pompeu Fabra está situado en el Barrio de Bufalà. En el mapa sociológico de Badalona este lugar refleja una mezcla armónica de orígenes entre los badaloneses. De nuevo, a media mañana cola en la entrada y, escuchando a los que iban a votar, malestar porque la Guardia Urbana había multado a los vehículos que acompañaban a personas mayores al considerar que estaban mal aparcados. Esta actuación era entendida por algunos afectados como una represalia. Los vecinos, en grupos familiares o en colectivos como el de las monjas del geriátrico Roca i Pi, se mezclaban con observadores internacionales que captaban la variedad de participantes y la corrección del proceso.

En el resto de centros de votación, la tónica era similar: menos participación de la media en los situados en el área de influencia de Badalona Sur y más participación cuanto más se acercaba al Centro. En todos los casos ningún incidente y buen rollo.

En el momento de contar los votos los cálculos se hacían intentando trasladar el resultado a las municipales, teniendo en cuenta que el PP ha boicoteado la consulta y que el conjunto de partidos de tradición catalanista han mostrado un frente unido, incluído el PSC. Mientras tanto, el alcalde del PP participaba en una concentración de aficionados a las motos.