Por qué hay más psicópatas en la política y los negocios

La palabra psicópata nos hace recordar la famosa película de Hitchcock, o al doctor Hannibal Lecter del silencio de los corderos: un asesino despiadado que no siente ningún remordimiento por el daño que causa.

Sin embargo, no todos los psicópatas son asesinos. Aunque no hay definición oficial, se considera que una persona es psicópata cuando tiene ciertos rasgos:

  • Comportamiento antisocial y sádico
  • Falta de empatía y remordimientos
  • Narcisismo, egoísmo y una visión exagerada de su valía
  • Son mentirosos y superficiales
  • Tienen la habilidad de manipular a otras personas

Todos conocemos a personas que encajan en este descripción, y es probable que estés votando por una de ellas para dirigir el destino de tu dinero y de tu país.

Como muchos otros trastornos de personalidad, la psicopatía es un espectro. En los niveles más bajos están las personas que tiran basura al suelo o aparcan en una plaza de discapacitados. En el más alto, los asesinos en serie. Pero entre medias hay muchos tonos de gris.

De hecho, hay un test desarrollado por el psicólogo canadiense Hare que mide tu nivel de psicopatía, y casi todo el mundo tiene algún pequeño rasgo. El test puntúa entre cero y 40. Si consigues más de 30, eres oficialmente un psicópata.

Afortunadamente los verdaderos psicópatas son pocos, una persona de cada 100 en la población general. En las cárceles ese porcentaje sube hasta el 15%. Lo interesante es que varios estudios han encontrado que el porcentaje entre los directivos de las empresas está entre el 4 % y el 6%, es decir, cinco veces más que en la población general.

Esto no es de extrañar porque algunas de las características de los psicópatas son útiles para los negocios. Pueden tomar decisiones difíciles sin verse afectados emocionalmente, asumen más riesgos, son mejores manipulando y convenciendo, y tienen algo llamado resistencia al caos. Esto quiere decir que mantienen la cabeza fría y disfrutan en las situaciones más estresantes y caóticas, porque en realidad las consecuencias les dan igual.

El riesgo es que estas personas también tienden a crear caos a su alrededor, porque así tienen una oportunidad de quedar bien frente a los demás. Por desgracia esta tendencia es contraproducente. Un estudio descubrió que la presencia de psicópatas entre los directivos hacía que el valor de sus empresa cayera en bolsa a medio plazo.

Aunque las cifras son difíciles de conseguir, las profesiones que más psicópatas atraen son precisamente aquellas en las que se premia al resistencia al estrés y al caos, la capacidad de convencer y manipular, y además hay cierto grado de impunidad.

Aquí están fuerzas de seguridad, abogados, vendedores, cirujanos, curas, cocineros y también, ejem, periodistas.

¿Y los políticos? Es complicado hacerles un test, pero el doctor Kevin Dutton usó una escala diferente llamada inventario de personalidad psicopática y la aplicó a varios presidentes y figuras históricas.

Estos son los resultados:

  • Gandhi: 119
  • Margaret Thatcher: 136
  • El emperador Nerón: 151
  • Jesucristo: 157
  • Hitler: 169
  • Donald Trump: 171

Varios estudios han comprobado que además las personas que siguen ideas más conservadoras también tienen un índice mayor de psicopatía, especialmente por la falta de empatía hacia el sufrimiento ajeno.

Muchos psicópatas en posiciones de poder proyectan una imagen de carisma, coraje y seguridad en sí mismos, pero en realidad detrás solo hay manipulación, temeridad e imprudencia.

Es posible que tu jefe o tu presidente sea un psicópata. Como sociedad la pregunta es ¿queremos que estas personas tomen decisiones por todos los demás? ¿Y cómo impedirlo? Lo veremos en otro episodio.