ENTREVISTA | Riot Propaganda

“Parece que la Audiencia se quedó sin trabajo tras ETA y tiene que perseguir a raperos”

Tienen el verbo fácil y la protesta cargada. No hay tema sobre el que no den hachazo, nombre a quien no carguen un pecado, problema sobre el que no disparen. Ellos son Ricardo, Antonio y Miguel, más conocidos como Nega, Toni y M.A.R.S. Es decir, Los Chikos del Maíz y Habeas Corpus. Y todos juntos, Riot Propaganda, que han sacado nuevo disco, Agenda Oculta, donde han vuelto a sentir la necesidad de cantar las taras del mundo que habitan.

Desde los títulos de sus nuevas canciones, presentadas en tres formatos (CD, vinilo y digital) junto con un libro, se entiende el calambrazo que han necesitado para regresar cuatro años después: Plata o plomo, Cambiarlo todo, Le llaman paz, La huelga... Tiempo más que suficiente para que la actualidad sea de nuevo su diana y que se permitan debatir sobre la complejidad de ponerle límites a la libertad de expresión, su afinidad con Pablo Iglesias o la salud del rap hoy en día.

“Diciendo lo que casi nadie se atreve a decir”, “plata o plomo” (como el título de la segunda canción): Pablo Iglesias les ha mostrado todo su apoyo en redes sociales, ¿pura afinidad, buen marketing o ambas cosas?marketing

Nega: Lo de Pablo Iglesias es solo que directamente le gusta el grupo.

Toni: No tiene mayor misterio. Se saca de contexto, no hay que hacer dobles lecturas sobre si 'Coldplay o el Boss: no, Riot Propaganda'. Tampoco hay que buscar más allá. Es una persona, tiene sus gustos musicales y cuelga canciones nuestras como podría ser de otros.

¿Y al contrario? ¿Muestran apoyo a Pablo Iglesias? 

N: Yo sí, soy militante de Podemos. Pero el problema es que estamos acostumbrados a políticos que si cuelgan algo en redes es a Julio Iglesias. Es un reflejo de que hay gente normal haciendo política y la gente normal escucha grupos como el nuestro. No solemos ver gente normal en las instituciones y se saca todo un poco de quicio. ¿Cómo no me va a poner en las redes si es mi colega?

M.A.S.H: Pablo Iglesias escuchaba estos grupos cuando no era “nadie”, así que es totalmente lógico que lo siga haciendo en el presente. Si ahora, con más protagonismo, cuelga a alguien en sus redes, no es que se trate de una cuestión de marketing, es solo algo natural en él.

N: Lo raro sería que cambiara ahora que es político, que de repente escuchara a Bertín Osborne. Eso sí sería raro.

En su disco al fin y al cabo hacen la crítica del día a día, a él incluso lo llaman el 'coletas', pero ante todo tiran al resto de partidos políticos. ¿Debe Podemos hacer autocrítica?

N: Autocrítica hay que hacer en todos los sectores: los músicos, los artistas pero sobre todo los políticos, sean de Podemos o de lo que sean. Creo que el problema es que no estamos acostumbrados a ver autocrítica en partidos más allá de la izquierda. No ves al PP o al PSOE haciendo autocrítica.

T: Autocrítica no hay que hacer dentro de ciertos aspectos, sino en la vida. En tu día a día te equivocas muchas veces y tienes que revisarte tus errores y aprender y corregirlos. La autocrítica es algo normal.

De ahí a que en sus canciones den más caña a Felipe González y sus comentarios en Venezuela o a Albert Rivera.

M: Ojalá Felipe González hiciese autocrítica. Esa sería la noticia.

T: Creo que ha quedado claro qué tipo de partidos políticos suelen hacer autocrítica y cuales no.

Pero Vistalegre 2, ¿es para autocriticárselo? Puso a Podemos en una situación dividida y mediatizada como los partidos más antiguos.

N: Los partidos más antiguos jamás han hecho un Vistalegre.

T: Es algo novedoso y normal que se discuta sobre política si se tienen distintos planteamientos. Pero como nunca se ha hecho, queda raro, aunque sólo sea un discusión dentro de un partido político.

N: Y además se ha hecho con luz y taquígrafos. Sí que igual algunas cosas se deberían haber discutido de puertas para dentro, pero el debate político y de organización se ha hecho a la luz. No veo el problema. Hay gente en el Estado español que dicen 'Oh, ¿qué están haciendo estos? ¿Discutiendo?', pero a mí me gustaría ver más partidos que hiciesen un congreso como el de Vistalegre. Sería un signo de normalidad democrática.

M: En el PSOE se hacen por la espalda. [Risas]

En España da la sensación de que ser rapero y tener letras comprometidas puede tener consecuencias. A la vista están los casos de Valtonyc, condenado a tres años y medio por la Audiencia Nacional, o de César Strawberry y sus tuits.

N: Es una auténtica locura. Lo que pasa en este país es un verdadero escándalo, porque al fin y al cabo son delitos de opinión. Al final lo que tenemos es un organismo, una entidad como es la Audiencia Nacional, que parece que se quedaron sin trabajo desde que ETA dejó la lucha armada y tienen que seguir trabajando y se dedican a llevarse a chavales que escriben tuits o a llevarse raperos. Y es una locura porque están juzgando emociones.

Te dicen qué chiste te tiene que hacer gracia o qué chiste no te puede hacer gracia, con qué tienes o no que emocionarte. Y eso es básicamente una policía del pensamiento. Escandaloso. Si lo comparas con cualquier país de nuestro entorno, eso no pasa. Aquí se está llegando a unos límites que hacen cuestionarte si estamos viviendo realmente en una democracia. Igual vivimos en otra cosa y no nos hemos dado cuenta todavía.

M: La Fiscalía no hace excepciones, ya sean raperos o tuiteros, y al final cualquier persona que de manera pública se posicione con según qué temas y que en cierta forma sea beligerante, corre el riesgo de sufrir esa pequeña llamada de atención que no acaba siendo tan pequeña. Porque es enfrentarte a una pena de tres años y medio de prisión por un delito de opinión.

Pero no olvidemos que los delitos de opinión no son nuevos. Llevan aquí desde principios del pasado siglo y estaban catalogados como tal. Parece que la Fiscalía está empeñada en recuperar esa caza de brujas totalmente delirante que no sabemos dónde empieza y sobre todo dónde va a acabar.

¿Ustedes tienen algún tipo de miedo sobre lo que dicen?

T: Tampoco miedo porque con miedo no se puede vivir, pero sí que sabes que con el tipo de letras o conforme te posicionas corres el riesgo de que algún día te pueda pasar a ti. Pero, ¿qué haces? ¿Encerrarte en tu casa, llorar, escribir sobre otros temas que no sientes?

N: ¿Cantar en la ducha? Pues no pensamos cantar en la ducha.

T: El runrún está ahí, que no nos pase a nosotros lo que Valtonyc o Strawberry, pero vivir con miedo no es vida.

N: Además, estas historias se hacen para que el resto tengan miedo. Estos casos más mediáticos se hacen para dar ejemplo: 'mira lo que te puede pasar a ti'.

Por lo que dicen, aquí estamos hablando de la libertad de cada uno para decir lo que quiera. Y el otro día fue curioso porque la manifestación que se hizo en España, en Madrid, a favor de la libertad de expresión la llevaron a cabo los de HazteOir con su mensaje tránsfobo. Por un autobús. ¿Hay que ocultarlo, hay algún límite en la libertad de expresión o debe circular libremente?

N: España es el mundo al revés.

M: Lo ha dicho Nega y estoy de acuerdo con él. Desde hace mucho tiempo vengo reflexionando sobre el tema. Yo creo que la libertad de expresión no debería tener límites, no tiene sentido. Lo digo porque de otro modo es muy difícil anteponer tu opinión a la de otro y decir que tú tienes derecho a manifestarla y otro sin embargo no. Creo que era Jello Biafra [líder de los Dead Kennedys] quien decía que “hasta los nazis deberían tener libertad de expresión”. Y no es el único.

N: Es que ese no es el debate. Esto es una pregunta trampa, porque el debate es por qué siempre los que sufrimos las restricciones a la libertad de expresión somos los de la izquierda. Lo del autobús ha sido la primera vez en la historia de España que a la derecha o al mundo más conservador se le ha parado los pies en algún sentido. Pero es que estaba de por medio el tema de los niños y decirle a los chavales lo que tienen que ser y que no ser...

Coincido con 'Migue': la libertad de expresión no debe tener ningún límite ni ninguna traba, pero luego tú tienes que asumir las consecuencias. Y las consecuencias no tienen por qué ser ir a la cárcel, pero si tú tienes un grupo racista o fascista y vas a dar un concierto y en la puerta hay mil antifascistas que te quieren reventar, es algo que tienes que asumir. O tú tienes un grupo con letras machistas, que yo no pido que se lo lleven a la cárcel por tener esas letras, pero si en la puerta del concierto hay colectivos protestando, es algo que tienes que asumir.

Y luego, sobre todo, saber defenderte, porque aquí cada uno somos esclavos de nuestras palabras. Con la violencia machista: mira lo de Jorge Cremades. Me repugna Jorge Cremades, pero, por libertad de expresión pura y dura, no prohibiría un vídeo suyo. Si se prohíbe el autobús, ¿hay que prohibir a Jorge Cremades? Pues no, pero si hay un grupo de feministas que no quiere que vaya a un teatro, pues que se joda. Cuando se llega un punto en que no se puede decir algo, nos metemos en terrenos muy pantanosos.

Hay una línea que está en el punto en que se llega a la violencia.

N: Claro, si tenemos que encerrar o castigar judicialmente por una actitud racista, igual con ese argumento pueden venir a nosotros a decirnos que lo que hacemos son barbaridades, que nos encierren. Es un tema muy, muy complicado.

T: Es complicado porque, por ejemplo, los partidos de nuevas políticas pasaron un día de defender a la libertad de Valtonyc o de César Strawberry a no querer dejar circular al autobús al día siguiente o censurarlo. Al final no sabes dónde marcar la línea, pero se debe poder decir todo. Otra cosa es que pase el bus y le caigan piedras.

M: Lo bueno sería que el autobús fuera como el de [la película] Speed y no pudiese parar bajo ningún concepto y tuviese que estar permanentemente circulando [Risas].

N: Ponerle límites a la libertad de expresión es peligroso, peligrosísimo, porque es un arma de doble filo y puede volverse en tu contra.

Cuando pasó por la Universidad Complutense, los alumnos hicieron que diera marcha atrás y lo echaron.

N: Es lo que te decía: las consecuencias. Si vas a la puerta de la Complutense y luego los alumnos te reciben a pedradas es algo a asumir, pero lo que yo jamás haría sería coartar o cercenar el ejercicio de la libertad de expresión porque si lo hacemos, que es lo que está ocurriendo en este país, nos metemos en un terreno peligroso.

M: Por no hablar del protagonismo que en este caso se le está otorgando a un autobús que de otro modo...

T: Es que es una contradicción que digas que estás defendiendo a Strawberry y luego esto. No sabes al final posicionarte. Como a la derecha le da igual decir 'Je suis Charlie' y al día siguiente encerrar a gente...

N: Ahí le has dado. La derecha no tiene esas contradicciones con la libertad de expresión: dicen 'Je suis Charlie' y luego encierran a un tuitero.

Quizá la clave está en la educación. Si tú sabes desde el principio que el autobús dice una cosa que está mal, te da igual el autobús.

N: Se está perdiendo la cabeza con este tema. O sea, prohibimos los partidos. Menuda contradicción: si legitimamos que se tiene que parar el autobús de HazteOir, ¿por qué no prohibimos a VOX? El programa de VOX es lo que dice HazteOir, subraya cada una de sus palabras. Y aquí entra la hipocresía: ¿por qué los mismos que piden que se detenga el autobús no piden la ilegalización de VOX, que encima podría estar diciendo lo mismo en los parlamentos y se está presentando a las elecciones, lo que es más grave aún? ¡Me cago en Dios! Que salga Podemos diciendo eso. Los de HazteOir son una asociación de locos y VOX, un partido.

M: Pero es que pedir ahora mismo la ilegalización de VOX es darle un protagonismo que no tienen.

T: Ya hay una ley antipartidos, pero sólo se aplica a la izquierda.

N: El ejemplo lo tienes con la izquierda abertzale y VOX. La izquierda abertzale ha sufrido la ley de partidos y se les ha ilegalizado. Probablemente, con la ley de partidos en la mano o por el mismo motivo que se ha parado al autobús, podría ilegalizarse a VOX.

M: Es que hay una línea roja en este país por la trayectoria de los últimos años y es el terrorismo. Esa es la que marca el devenir diario y las decisiones de la Fiscalía y de la propia Audiencia Nacional. El problema es encuadrar como terrorismo determinadas opiniones. 

N: Si se metiera en la cárcel a todo aquel que hizo un chiste sobre Carrero Blanco, no estábamos aquí ninguno, las cárceles estarían llenas.

¿Entonces no hay solución?

M: No sé si la respuesta a este fenómeno sería el de la autoinculpación. Obviamente se pueden llevar a uno, pero no a todos. Y quizá fuera una fórmula para contrarrestar toda esta locura. Que, por cierto, va en una sola dirección. Tú puedes reírte de miles y miles de víctimas que están todavía en las cunetas y burlarte de ellos y no hay repercusión, y sin embargo te ríes de un jefe de Gobierno de una dictadura fascista y... ¿Es lógico que tengamos aquí calles dedicadas a un genocida como Franco? No, no es lógico, eso en ningún país pasaría, pero tampoco en ningún país europeo se llevan a la gente por escribir un tuit.

T: Pero es que tampoco podemos decir que tener una calle al General Mola sea libertad de expresión.

M: ¿Y si hubiese una calle Baader-Meinhof [la Fracción del Ejército Rojo] en Berlín? Lo tienen prohibido.

T: Es que si consideramos al franquismo como terrorismo que es lo que es, estoy seguro que con la Ley de partidos en la mano, incluso se podría ilegalizar al PP.

N: Es que ese es el problema. Ese es el problema. Que con la Ley de Partidos, el PP tendría que estar ilegalizado por haber puesto de nuevo en Alicante la calle a Franco, pero como aquí la libertad de expresión funciona siempre para el mismo bando y sólo la pueden ejercer los de la derecha y es unidireccional, pues tenemos lo que tenemos. ¿Quién hizo de HazteOir una asociación de interés público? El Partido Popular. ¿Quién hasta hace cuatro días decía lo mismo que HazteOir? El Partido Popular, pero claro...

¿Creen que es el miedo el que está cohibiendo a la sociedad para salir de nuevo a la calle, con la todavía vigente ley Mordaza, por ejemplo?

N: Es que por manifestarte pueden meterte 3.000 euros. Claro que hay miedo. Es una ley muy laxa.

T: El otro día se hizo viral un tuit de Ana Pastor en el que había una fotografía de una chica con la cara tapada, creo que era por el Día de la Mujer, y decía 'Si es una manifestación pacífica por qué te tapas la cara'. Pues porque te pueden perseguir los fascistas, porque te pueden meter una multa.

T: Hay miedo a todo y no todo el mundo puede pagar 3.000 euros.

M: Las leyes no son más que la adecuación jurídica al contexto social en el que se vive. En Madrid estuvieron las vallas alrededor del Congreso como parte del mobiliario urbano. Eso es inconcedible. Si la escalada reivindicativa crece, la escalada represiva va a crecer.

El poeta Gabriel Celaya escribió que en la poesía hay que “tomar partido hasta mancharse”. ¿Y en la música, en general? ¿O en el rap?

N: Pablo Alborán, por mucho que diga que su música es apolitíca, está tomando partido. Cuando estás en una sociedad en la que hay un conflicto, están echando a la gente de sus casas, en la que hay unos tremendos niveles de precariedad y están robando a manos llenas, y tú no te posicionas, estás posicionándote. Toda esa gente que dice que hace música apolítica, que no engañen, están posicionándose a favor de la clase dominante, del status quo.

Pero en sus letras denuncian todas y cada una de las taras de la sociedad que se ven cada día en los periódicos: Felipe González y “su” Venezuela, la violencia machista, la libertad de prensa,...

T: Si abordaramos un tema por letra saldría un triple LP.

N: La ventaja del rap es que puedes tocar muchos palos, muchas problemáticas. La gracia está en un corto espacio de tiempo poder decir un montón de cosas.

T: Para tratar a Felipe González a veces no hace falta más que una frase.

M: De hecho con una letra, X.

N: Buen chiste ese.

M: Al trullo me van a llevar ya.

Muchas de las partes más polémicas o que tendrían mayores consecuencias suelen ser las más coreadas.

N: Se suelta la burrada. Pero yo creo que es mucho más inteligente dar una vuelta para decir lo mismo. Desde el punto de vista artístico es más enriquecedor y no ponérselo al público en bandeja de plata. Es más gratificante si te curras ese camino y no das directamente el hachazo. Hay mucha peña que tienen letras superbrutas, pero no me sueltes la obviedad: 'abajo la policía, los políticos son tal'. Si ese es tu concepto de un tema político, discrepamos.

T: Nos pasamos las letras los unos a los otros. Y es verdad que se destaca más con una burrada pero al final puede ser menospreciar al público porque pienses que no lo va a entender o no le va a gustar igual.

¿Cómo ven el estado actual de la salud del rap en España? ¿Hay compromiso, hay pulso o hay reticencia?

N: La situación es un poquito floja en líneas generales. Quitando Kase.O y gente emergente como Follones o Ayax y Prok con los que hay un relevo. Unos pocos hemos sobrevivido. Ha habido un relevo generacional en el hip-hop y hemos sobrevivido. También SFDK junto a nosotros, pero nosotros de una época un poco anterior.

T: También ha surgido un subgenéro que es el trap, que falta por ver si es una moda pasajera o si viene para quedarse, pero no, no creo que el rap español tenga ahora mismo su mejor salud.

N: Nosotros no denostamos al trap.

T: Lo denostamos todo.

N: Más bien, a ciertas actitudes que pueden darse en el trap, en el rap o en el rock. Esa gente que oigo del trap de 21 años que dicen que la calle es durísima y que estoy aquí vendiendo droga: levántate a las ocho de la mañana para ir a una fábrica o subirte al andamio todos los días. Eso sí que es duro.

Dicen que “os han hecho volver”, pero en estos 4 años, ¿no ha habido algún momento en que lo necesitaran desesperadamente?

T: Hicimos 3 conciertos juntos hace poco porque nos apetecía la experiencia. Pero luego es que hemos sacado disco tanto Los Chikos del Maíz como Habeas Corpus y después la gira de estos discos. Por supuesto que había ganas, pero surge cuando lo marcan los tiempos.

Si cada parte respondiera por el resto: ¿qué hay de Habeas Corpus y qué de Los Chikos del Maíz en Riot Propaganda?

N: Habeas Corpus aporta toda esa experiencia, ese bagaje, esas tablas y ese saber estar encima de un escenario. La composición, los gritos, ese cantar, que nosotros no sabemos, solo rapeamos.

M: Ellos tienen un protagonismo lírico indudable y además cuentan con el favor de cada vez más gente. La suma de lo que nos podría diferenciar nos sirve para formar una banda potente como se vio en el 2013 y en el nuevo disco.

T: Y también aportamos juventud y belleza [Risas].

El título de su nuevo disco, Agenda Oculta, ¿es porque hay de veras algo que ocultar?Agenda Oculta

N: Es un pequeño guiño y homenaje a una película del maestro Ken Loach que también se llama Agenda Oculta, y no tiene más misterio. Vivimos un tiempo en el que pese a haber tantos canales de información, estamos saturados. Y esa saturación hace que estemos menos o peor informados. Y en esa agenda oculta los gobiernos rastrean en la que te meten un TTIP o una reforma laboral o un cambio de la Constitución por la noche con nocturnidad y alevosía. Los gobiernos siempre han tenido cloacas y hay que sacar esa agenda oculta a la luz.

“La libertad de expresión no debe tener ningún límite ni ninguna traba, pero luego tú tienes que asumir las consecuencias”