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'Better Call Saul': cinco grandes conexiones con 'Breaking Bad'

Cuando se anunció el proyecto de Better Call Saul, no fueron pocas las voces críticas que ponían en duda la conveniencia de una serie protagonizada por Saul Goodman, solo unos meses después de la despedida por todo lo alto de Breaking Bad. La serie de Walter White y compañía es historia de la televisión, cinco temporadas con una progresión de audiencia y calidad sobresaliente, y la lista de spin off que no estuvieron a la altura de su serie madre es, en algunos casos, dolorosamente larga.

Claro que está Frasier, con nada que envidiar a Cheers, también Torchwood, el más que entretenido spin-off de Doctor Who, o si no nos ponemos muy específicos con la definición, hasta Los Simpson. Pero también que por cada uno de los anteriores, emerge el fracaso de Joey, que terminó siendo una nota a pie de página en el legado de Friends.

Desde el principio de Better Call Saul, Vince Gilligan, responsable máximo de Breaking Bad y cocreador del spin off, y Peter Gould, el guionista que creó a Saul Goodman, quisieron dejar muy claro que su nueva serie no era solo una derivada y que su gran ambición era crear una historia nueva que funcionara por sí misma y que fuera dueña de un universo propio. Tras la primera temporada (emitida y disponible en Movistar Series), parece que lo han conseguido: Jimmy McGill, el pasado de Saul Goodman y la gran aportación de Mike han dado como resultado uno de los estrenos más interesantes de lo que llevamos de año. Para disfrutarlo no es necesario haber visto Breaking Bad (Movistar Series), pero que sí que se disfruta el doble si ya se conoce lo que pasará en Nuevo México seis años más tarde.

En Better Call Saul, Vince Gilligan y Peter Gould han vuelto a hacer un ejercicio de estilo. Los diez capítulos de la primera temporada están plagados de guiños que habrán hecho sonreír a los fans de Breaking Bad y otros muchos detalles que llevan impreso el sello de los dos creadores. Cualquiera de los dos tipos es una buena razón para descubrir o volver a ver Breaking Bad durante los meses que quedan por delante hasta la segunda temporada de Better Call Saul.

Los saltos temporales. Casi todos los capítulos de la primera temporada han comenzado con un viaje al pasado de Jimmy McGill. Menos el sorprendente flashforward con el que arranca el primer capítulo: en Breaking Bad, Saul se despide de Walter diciendo que con un poco de suerte su futuro en el programa de protección de (testigos) criminales era trabajar como encargado en una pastelería en Omaha… y solo habría que añadir cuidado con los que deseas, Saul.

La labia de Saul Goodman. Jimmy McGill no consiguió el título de abogado en una universidad de prestigio, ni siquiera en una de la media… pero nadie le gana en desparpajo en el juzgado. Tampoco fuera de él. En el último capítulo de Better Call Saul está la prueba de una anécdota que una vez contó a Walter: consiguió que un ligue creyera que era Kevin Costner. Una situación surrealista que se convirtió en la excusa perfecta para soltar unas cuantas citas sacadas de la filmografía del protagonista de Campos de sueños. En cinefilia, Saul y Jimmy tampoco tienen rival en Nuevo México.

La música. La BSO de Breaking Bad era uno de sus pequeños placeres y en Better Call Saul ha empezado a serlo. Walter White dijo adiós con Baby Blue de Badfinger (un tema que batió récords de escuchas en Spotify en las horas posteriores al final de Breaking Bad) y Better Call Saul se ha ido de vacaciones al ritmo de Smoke in the water, de Deep Purple.

Personajes con pasado. Walter y Jesse no tienen previsto aparecer, de momento, en la línea temporal de Better Call Saul. En 2002, Walter era un aburrido profesor de instituto que seguramente ya tenía problemas para llegar a final de mes y Jesse, un adolescente de 15 años. Sí que estaba previsto que aparecieran otros personajes y uno de los grandes protagonistas de los dos primeros capítulos fue Tuco Salamanca, que ya estaba acompañado de cierto empleado con tendencia a hablar en el peor momento posible.

Mike se merece un apartado especial. Además de protagonizar el capítulo sexto, uno de los mejores de la primera temporada, ya está situado para ser una de las piezas claves de la transformación de Jimmy en Saul.

Planos singulares. En Breaking Bad los más famosos fueron los subjetivos, filmados por ejemplo desde el interior una lavadora. En Better Call Saul han sido los contrapicados y los picados, como la cámara situada en el techo de la infraoficina de Jimmy. También los planos gemelos entre Better Call Saul y Breaking Bad en el desierto.

Una curiosidad: La amenaza de Tuco Salamanca a Jimmy y los hermanos del skate fue filmada exactamente en el mismo lugar en el que Heisenberg decía aquello de “Di mi nombre”.

Los guiños cómplices. Los cheques que recibe Jimmy en el juzgado llevan por dirección la calle Juan Tabó, la misma en la que vivía Gale Boetticher. Jimmy organiza sesiones de bingo en la misma residencia de ancianos en la que años más tarde vivirá el Tío Salamanca (la famosa Casa Tranquila).

La papelera que golpea Jimmy al principio de la temporada recuerda mucho al ataque de ira que tiene Walter contra un dispensador en una de sus revisiones médicas, la afición de Jimmy a los salones de belleza para concertar citas con sus clientes, la fidelidad de Mike a la misma cafetería durante más de seis años... la primera temporada de Better Call Saul se despide con el capítulo con mayor número de guiños a Breaking Bad: cómo no acordarse de lo que significaban los viajes a Belize.

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Cuando se anunció el proyecto de Better Call Saul, no fueron pocas las voces críticas que ponían en duda la conveniencia de una serie protagonizada por Saul Goodman, solo unos meses después de la despedida por todo lo alto de Breaking Bad. La serie de Walter White y compañía es historia de la televisión, cinco temporadas con una progresión de audiencia y calidad sobresaliente, y la lista de spin off que no estuvieron a la altura de su serie madre es, en algunos casos, dolorosamente larga.

Claro que está Frasier, con nada que envidiar a Cheers, también Torchwood, el más que entretenido spin-off de Doctor Who, o si no nos ponemos muy específicos con la definición, hasta Los Simpson. Pero también que por cada uno de los anteriores, emerge el fracaso de Joey, que terminó siendo una nota a pie de página en el legado de Friends.