La gran banca desploma sus resultados tras reservar casi 3.900 millones para hacer frente al coronavirus

Uno de los efectos más fuertes en la economía de la crisis de la COVID-19 ya apunta al sector financiero. Algo más de una década después del desplome financiero de 2008, el sector se prepara para el impacto de esta crisis sobrevenida por la pandemia y las medidas de freno de la actividad económica. Así, las seis principales entidades del país (BBVA, Santander, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) han anunciado esta semana que reservan en sus cuentas provisiones por 3.878 millones de euros para hacer frente a esta nueva crisis.

Estas reservas han tirado por los suelos los resultados del primer trimestre del año (de enero a marzo) y sumando las seis entidades agrupan unas pérdidas de algo más de 1.000 millones de euros. Si bien, este resultado se debe principalmente a BBVA. La entidad que preside Carlos Torres es la única que se ha anotado un resultado negativo en el primer trimestre, pero este ha sido de 1.792 millones de euros, lo que ha pintado en rojo las cuentas del sector.

Si se saca a BBVA de la ecuación, las otras cinco entidades financieras del sector se anotan un recorte de más del 75% en el beneficio de este año. Es decir, pasa de ganar a marzo de 2019 2.981 millones a 739 millones. Este recorte se debe principalmente a las provisiones que todas se han anotado en sus balances. Es decir, dinero que deciden reservar para hacer frente a los efectos de la crisis de la COVID-19 en su negocio.

La entidad que ha hecho una mayor provisión ha sido Banco Santander. El grupo que preside Ana Botín ha anunciado que reserva en sus cuentas 1.600 millones. Sin contar con las pérdidas de BBVA, Santander es uno de los grupos que más recortan el beneficio, al pasar de 1.840 millones a 331, un 82% menos.

Le sigue en volumen de provisiones BBVA. La entidad española ha reservado 1.433 millones de euros para hacer frente a la crisis del coronavirus. Sin embargo, el problema agravado para el grupo ha sido su presencia en EEUU, en cuya filial ha tenido que hacer un ajuste contable en el fondo de comercio que le ha llevado a agravar estas pérdidas. Es decir, a grandes rasgos, ha ajustado el valor que le otorga a esta filial en unos 2.000 millones, también debido en parte a esta crisis.

CaixaBank también se ha anotado un fuerte descenso de los beneficios, del 83%, siendo la que más ha recortado sus resultados sin entrar en pérdidas, tras haber reservado 400 millones de euros a esta crisis. En el resto de entidades vemos a Sabadell, que tiene 213 millones de provisiones y recorta un 63% sus cuentas; Bankia, que la reduce en un 54% tras provisionar 125 millones; o Bankinter, que se reserva 100 millones y baja un 10% su beneficio.

Este impacto que se aprecia en los resultados del primer trimestre es, por tanto, debido a las provisiones y a la proyección que hacen de posibles contingencias a las que tengan que enfrentar en los próximos trimestres. Sin embargo, en lo que se refiere al negocio entre enero y marzo, no se comprueban todavía fuertes distorsiones, puesto que el estado de alarma y el parón en la economía comenzó en la segunda quincena de marzo.

En este sentido, si acudimos a consultar el volumen de negocio de estas entidades durante el trimestre al que hacen referencia estas cuentas, fue de 22.900 millones de euros, ligeramente superior al del mismo periodo del año anterior.

Lo que está haciendo la banca es prepararse para el impacto en los próximos trimestres, lo que ya se ha podido constatar en algunas decisiones de calado. Una de las principales medidas ha sido la de restringir el dividendo que reparten entre sus accionistas a cuenta de los resultados del pasado año. Se trata de una decisión impulsada también desde el Banco Central Europeo y las autoridades comunitarias.

Uno de los efectos que sí notan ya los bancos es en Bolsa. Al igual que las empresas cotizadas han visto este año reducir su valoración en el mercado de manera drástica y todas ellas cotizan en niveles mínimos. Si bien, en el caso de la banca, se suma a una evolución ya negativa durante los últimos años, debido a diversos factores del negocio.