El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo hoy que es “pesimista” acerca de las posibilidades de llegar a un acuerdo el próximo lunes para resolver la situación de Grecia en la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro en Bruselas.
El también ministro holandés de Finanzas dijo a la llegada a la reunión semanal de su Gobierno que es “todavía muy pesimista” sobre la posibilidad de que el Eurogrupo y el Gobierno griego encuentren ya el lunes una fórmula para garantizar la financiación de Grecia una vez concluya el programa de asistencia a ese país, el próximo 28 de febrero.
Dijsselbloem y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, llegaron a un acuerdo por el que Grecia y las tres instituciones que forman la “troika” de acreedores -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- han retomado hoy los contactos técnicos para tratar de encontrar “puntos en común” entre el programa del actual rescate a Grecia y el plan defendido por el nuevo Gobierno de Atenas.
A lo largo de este fin de semana, los trabajos continuarán con el objetivo de tratar de allanar el camino y facilitar un acuerdo político en el Eurogrupo del lunes.
“Es complicado, solo podemos dar el dinero que tenemos. Grecia pide mucho, pero hay poco dinero”, añadió en declaraciones a varios medios holandeses.
El líder del Eurogrupo consideró que las ambiciones de Grecia son muchas, pero que las posibilidades en vista de su economía son limitadas.
Las partes deberán acordar con qué tipo de respaldo financiero contará (o no) Grecia a partir de la medianoche del próximo día 28, qué reformas y ajustes tendrá que seguir aplicando el país y cuáles podrían ser sustituidas por nuevas medidas más acordes con el programa de Tsipras.
Tsipras quiere un programa financiero “puente” que asegure que el país puede afrontar sus pagos los próximos meses hasta lograr un acuerdo definitivo, en torno a agosto, y un mayor margen para financiarse y suavizar los ajustes fiscales.
Por su parte, los socios del euro insisten en que Grecia mantenga sus compromisos y cumpla con lo pactado por el anterior Gobierno, y son reticentes a hacer nuevas concesiones al país sin exigir a cambio la imposición de nuevas condiciones que Tsipras quiere evitar a toda costa.