La Comisión Europea (CE) identificó hoy como políticas prioritarias en el conjunto de la UE para 2014 la restauración de los préstamos, la lucha contra el desempleo, la consolidación fiscal, potenciar el crecimiento y la competitividad y hacer que las administraciones públicas sean más eficientes.
La CE publicó hoy su informe anual sobre el crecimiento de la Unión Europea, en el que destacó que los Estados miembros han hecho “progresos sustanciales” en el área de la consolidación fiscal y que la media de déficit presupuestario en la UE se ha reducido a aproximadamente la mitad desde el pico del 7 % del PIB registrado en 2009.
No obstante, alertó de que los niveles de deuda “siguen siendo altos” y que pueden llegar al 90 % del PIB el año próximo antes de que empiecen a caer.
Bruselas destacó que los países con más margen de maniobra fiscal deberían “estimular la inversión privada y el consumo”, a la vez que “proteger de recortes presupuestarios la inversión a largo plazo” en educación, investigación e innovación, energía y protección del clima.
Además, consideró que estos países deberían desplazar los impuestos del trabajo al consumo, la propiedad o la contaminación.
En segundo lugar, la Comisión considera prioritario restaurar el crédito, y en ese sentido recordó que los esfuerzos para crear una unión bancaria en la UE “reforzarán la capacidad de los bancos para gestionar riesgos en el futuro”.
También pidió “hacer más a corto plazo”, como mejorar los regímenes de insolvencia empresarial o personal, preparar a los bancos para nuevos requisitos de capital y facilitar más el acceso de las compañías a la financiación.
Por lo que respecta al crecimiento y la competitividad, la CE indicó que se han registrado “progresos insuficientes” en lo que se refiere a abrir los mercados de bienes y servicios a la competencia, en particular en el sector de la energía y las profesiones reguladas, y sostuvo que es necesario además mejorar los sistemas de investigación.
En la lucha contra el desempleo, la CE pidió centrarse en reforzar el “apoyo activo y la formación” de los desempleados por medio de servicios públicos de empleo mejorados o de garantías para los jóvenes, así como modernizar los sistemas educativos.
Según Bruselas, los países también deben “controlar los salarios para que respalden tanto la competitividad como la demanda interna”, y asegurarse de que los sistemas de protección social llegan a los más vulnerables.
Por último, instó a los Estados miembros a hacer sus servicios públicos más eficientes mejorando la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, impulsando los servicios en línea y reduciendo la burocracia.